Sentido del humor y normalidad vasca
En muchas calles del centro de Bilbao hay unos estupendos carteles de una candidatura bilba¨ªna poco conocida. Se trata de Bosco San Mart¨ªn, del PKD (Partido del Karma Democr¨¢tico) y de la revista humor¨ªstica Karma dice, que conmina a sus conciudadanos a marchar unidos "hasta la derrota siempre". "Ni un voto al humor desaprensivo. 13 razones para no votar a esta calamidad", pregona. Una de las 13 propuestas exige quitar la ro?a al Palacio Euskalduna (un edificio moderno con fachada de color oxidado) y otra, desecar la r¨ªa de Bilbao para una nueva l¨ªnea de metro. Los muchachos de "hasta la derrota siempre" recorren vestidos de negro el casco viejo aportando algo maravilloso, un poco de sentido del humor, de capacidad de re¨ªrse de uno mismo, que est¨¢ absolutamente ajena de la vida vasca desde hace ya muchos a?os.
Aunque parezca dif¨ªcil de creer, el PKD es uno de los rasgos m¨¢s "normales"de la campa?a municipal en Euskadi. Por mucho que los partidos cl¨¢sicos se esfuercen en ofrecer una cierta imagen de cotidianidad, la verdad es que las elecciones en el Pa¨ªs Vasco son siempre extra?as. Y las municipales m¨¢s a¨²n, porque resulta inconcebible ver a tantos concejales y candidatos a concejales en ciudades y pueblos, a veces m¨ªnimos, moverse con nerviosismo entre centenares de guardaespaldas, inhibidores de frecuencia, perros detectores de explosivos... Todo el mundo reacciona como si esas operaciones rel¨¢mpago, casi de corte militar, para entregar una rosa o una pegatina de su candidatura a cuantos pillen en la calle en esos miserables cinco minutos, fuera lo normal, pero el PKD, de repente, resalta el disparate de los otros y la "normalidad" de su propuesta.
El partido que parece esforzarse m¨¢s en actuar como si la campa?a fuera normal es el PNV. En el Pa¨ªs Vasco nadie habla, como en el resto de Espa?a, de las elecciones de 2004. Aqu¨ª el punto de referencia es el plan soberanista de Juan Jos¨¦ Ibarretxe. El lehendakari est¨¢ haciendo una intensa campa?a, con m¨ªtines que siempre comienzan del mismo modo, un duro ataque contra ETA -a la que califica de criminal y desgracia para el Pa¨ªs Vasco-, y otro ataque no menos duro contra el Gobierno de Aznar y contra "Madrid", "empe?ados en que los vascos y vascas terminen rompi¨¦ndose la cara entre ellos mismos". Ibarretxe se presenta como el ¨²nico que tiene un plan capaz de traer la paz a Euskadi y el ¨²nico que se ha preocupado intensamente de su bienestar econ¨®mico, un doble mensaje que siempre le ha proporcionado buena acogida entre los electores. Desde hace dos d¨ªas, pide tambi¨¦n, directamente, el voto a los seguidores de AuB, record¨¢ndoles que la papeleta nula que les exige ETA solo servir¨¢ para ayudar al PP y al PSOE.
Ibarretxe est¨¢ tambi¨¦n convencido de que ¨¦sta puede ser "una maravillosa oportunidad" para que el PNV consiga el control de la Margen Izquierda, la zona industrial vizca¨ªna en la que el PSOE ha tenido hist¨®ricamente m¨¢s fuerza y en la que ahora se han planteado algunas luchas internas (poco antes de las elecciones hubo una pelea entre Carlos Pera, alcalde de Barakaldo durante m¨¢s de 10 a?os, pr¨®ximo al sector redondista, y la direcci¨®n de Patxi L¨®pez, hasta el extremo que Pera tuvo que renunciar a volver a presentarse). El pasado viernes, el lehendakari acudi¨® precisamente a Barakaldo para dar un mitin y asegurar que sin el trabajo de esta margen izquierda ser¨ªa imposible la Euskadi de hoy. Y proclam¨®: "Sois como nosotros". La frase pudo despertar perplejidad entre los presentes, pero la mayor¨ªa reconoci¨® la buena voluntad y le aplaudi¨® con fuerza.
No hubo nadie del PNV en el homenaje al pintor Agust¨ªn Ibarrola, celebrado el s¨¢bado en el Teatro Arriaga. Era esperable, e incluso l¨®gico, dado que lo organizaba ?Basta Ya? y que el propio Ibarrola se ha caracterizado siempre por su oposici¨®n al nacionalismo. Lo que ya resultaba m¨¢s raro, dada la extraordinaria trayectoria personal de Ibarrola como luchador antifranquista, sindicalista y defensor de los derechos humanos, es que el teatro no estuviera ni medio lleno. Algunos explicaban que los socialistas y otros sectores progresistas estaban presentes, pero en peque?o n¨²mero porque les retra¨ªa la idea de celebrar el homenaje como un acto electoral m¨¢s, antinacionalista. La fecha elegida se prestaba sin duda a suspicacias, pero la verdad es que el acto se desarroll¨® en un tono m¨¢s bien ¨ªntimo, casi melanc¨®lico. Lo realmente extra?o es que no hubiera entre el p¨²blico pr¨¢cticamente ninguno de los otros artistas pl¨¢sticos de Euskadi, ni tan siquiera en un gesto de autonom¨ªa personal. ?Quiz¨¢s en otra ocasi¨®n?
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