El atentado de Casablanca deja 41 muertos
Los cinco ataques de los terroristas toman como objetivos edificios occidentales y jud¨ªos
"Aquello era un espect¨¢culo dantesco". Cuando el padre Manuel, un franciscano, se asom¨® a la azotea de su vivienda vio el patio en llamas de la Casa de Espa?a y a decenas de heridos que corr¨ªan ensangrentados hacia las cuatro salidas. Los cristales hab¨ªan volado y en las paredes de los edificios colindantes hab¨ªan quedado incrustados restos humanos de carne de aquellos que estaban agonizando. En el patio de ese club social espa?ol, convertido en restaurante al aire libre cuando llega el buen tiempo, murieron pasadas las diez de la noche -poco despu¨¦s de la medianoche, hora peninsular espa?ola- 19 de las 41 v¨ªctimas mortales que arroja la informaci¨®n oficial, a¨²n provisional, de los cinco atentados sincronizados que sacudieron Casablanca, capital econ¨®mica y ciudad m¨¢s poblada de Marruecos.
Dos empresarios espa?oles, que cenaban en la Casa de Espa?a, resultaron muertos, el tarraconense Manuel Albiach y del almeriense Francisco Abad. Otros cuatro espa?oles quedaron heridos por los atentados.
"Dos fogonazos"
Todas las pistas apuntan a la red de Bin Laden
Como suele ser su costumbre, las autoridades marroqu¨ªes han sido parcas en informaci¨®n sobre los atentados no s¨®lo ante la prensa sino con las embajadas extranjeras pese a que hubo algunas v¨ªctimas que no eran marroqu¨ªes. Hay adem¨¢s cierta confusi¨®n sobre la detenci¨®n de tres supuesto terroristas suicidas antes de que pudieran volarse.
"Hasta ahora no disponemos de informaci¨®n sobre el grupo que plane¨® esta acci¨®n criminal ni sobre sus autores materiales", declar¨® el ministro del Interior, Mustaf¨¢ Sahel, en la madrugada del s¨¢bado a la agencia de prensa oficial marroqu¨ª MAP.
La similitud de las explosiones con las que se produjeron esta misma semana en Arabia Saud¨ª; la declaraci¨®n de Marruecos, por parte de Osama Bin Laden, como pa¨ªs que practica la apostas¨ªa; y el ¨¢rabe carente de acento marroqu¨ª en el que se expresaban los terroristas, seg¨²n un testigo, hacen sospechar que detr¨¢s de la pesadilla que padeci¨® Casablanca est¨¢ la organizaci¨®n terrorista Al Qaeda.
Las dos principales organizaciones islamistas de Marruecos se han apresurado a desmarcarse, como ya lo hicieron en su d¨ªa de los atentados del 11 de septiembre de 2001. El Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), el tercero del pa¨ªs a juzgar por su representaci¨®n parlamentaria, public¨® un comunicado condenando la "acci¨®n terrorista salvaje".
Fathallah Arsalan, el portavoz del ilegal pero tolerado movimiento isl¨¢micvo Justicia y Caridad, record¨® tambi¨¦n que su formaci¨®n rechaza la violencia cualesquiera que sea su origen. Se?al¨®, no obstante, que el principal beneficiario de las explosiones es la "entidad sionista" (Israel) que logra as¨ª "distraer la atenci¨®n" de los abusos que comete contra los palestinos.
Ambas organizaciones temen que el deterioro del clima pol¨ªtico que se producir¨¢ en Marruecos tras esta oleada de violencia les perjudique. Los islamistas legales o tolerados ya se sent¨ªan inc¨®modos con la oleada de represi¨®n, acentuada en v¨ªsperas de la guerra de Irak, contra predicadores radicales pero que, seg¨²n ellos, no apostaban por la violencia. Dos de esos imanes, Abu Hafs y Hassan Kettani, han sido encarcelados.
Alegando la necesidad de mejorar los instrumentos de lucha contra el terrorismo, el ministro de Justicia, el socialista Mohamed Buzubaa, ha presentado un proyecto de ley que refuerza los poderes de la polic¨ªa y contra el que el PJD y los peque?os partidos de izquierda no integrados en la coalici¨®n gubernamental luchan en el Parlamento.
Argumentaban, entre otras cosas, que Marruecos no necesitaba esa ley porque es inmune al terrorismo. La ola de violencia en Casablanca reforzar¨¢ la determinaci¨®n de Buzubaa en sacarla adelante.
Desde que hace nueve a?os unos islamistas armados, procedentes de Francia, mataron a dos turistas espa?oles en el hotel Atlas-Asni de Marraquech, Marruecos no hab¨ªa padecido ning¨²n atentado de car¨¢cter internacional.
Algunos radicales s¨ª hab¨ªan dado muerte, en barrios populares de las ciudades, a personas alcoh¨®licas o supuestamente corruptas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.