"El g¨¦nero negro permite escapar del orden moral"
Pedro de Silva, nacido en Gij¨®n hace 57 a?os, ex presidente del Principado de Asturias con el PSOE y abogado, mantiene una intensa actividad literaria como articulista, poeta, ensayista y narrador. En su cuarta novela, Una semana muy negra (Losada),abraza el g¨¦nero negro, en el que ya hab¨ªa hecho incursiones en dos de sus tres novelas anteriores. La novela est¨¢ ambientada en la Semana Negra de Gij¨®n.
Pregunta. ?Subyace el ensayista y el poeta en sus novelas?
Respuesta. Los elementos propiamente l¨ªricos hay que dosificarlos mucho, porque pueden romper el hilo narrativo. Soy muy cauteloso en esas aproximaciones l¨ªricas, pero son inevitables. S¨ª, huyo vehemente de la novela-ensayo, pero intento que en el relato haya ideas. En Dona y Deva hab¨ªa partes muy discursivas. En Una semana muy negra eludo esa tentaci¨®n. Pero intento que haya muchas ideas dentro. Reflexiones no discursivas y sin caer en el discurso de la reflexi¨®n. Aunque lo que prima son los elementos propios del g¨¦nero: un crimen y un criminal -reales o posibles-, un investigador y un clima cl¨¢sico.
P. Pero tambi¨¦n hay una historia de amor.
R. Es una historia de amor en tiempo pasado. Forma parte de lo natural. Si buscas la verosimilitud, hay que integrar una historia de amor. No hay historias veros¨ªmiles sin amor.
P. Usted distingue entre novela policiaca, negra, de misterio y mist¨¦rica. ?D¨®nde ubica Una semana muy negra?
R. Puede ser le¨ªda en varias pistas distintas. La principal es la policiaca. Pero es novela negra porque no es maniquea, porque no deslinda entre buenos y malos, sino que se desenvuelve en una cierta indefinici¨®n moral. No hay raya que separe el bien del mal. Pretend¨ª que sea tambi¨¦n de misterio, que est¨¦ reinada por las cosas ocultas. Lo secreto y lo oculto va apareciendo sucesivamente hasta configurar un clima, y cuando crees que ya has resuelto el secreto, aparece otro debajo. La novela no resuelve el misterio, sino que va profundizando en ¨¦l. Y est¨¢ tambi¨¦n la dimensi¨®n inci¨¢tica o mist¨¦rica. Es, por tanto, una novela de b¨²squeda y de iniciaci¨®n. La trama act¨²a como rito de paso, por el que el personaje deja de ser una cosa para convertirse en otra.
P. ?Qu¨¦ tiene el g¨¦nero negro que cada vez m¨¢s atrae a autores no espec¨ªficamente policiacos?
R. El g¨¦nero negro permite al lector y al autor escapar del orden moral y, por tanto, es liberador. Estamos encarcelados en un orden moral que resulta m¨¢s o menos opresivo seg¨²n las personas y su grado de conciencia, pero que siempre genera sensaci¨®n de agobio. La novela negra, en la medida en que disuelve las categor¨ªas bueno y malo, crea un orden amoral inexistente, y libera. Adem¨¢s, en la novela negra hay tambi¨¦n algo de realizaci¨®n personal porque todos somos criminales fallidos. Pero tambi¨¦n libera el misterio. La certidumbre -saber todas las cosas- define los l¨ªmites, constri?e. Ponerte en contacto con lo que hay detr¨¢s de la apariencia de las cosas y con lo que no est¨¢ al alcance de la vista proporciona tambi¨¦n un sentimiento de libertad. Y como la literatura es un ejercicio de liberaci¨®n, el g¨¦nero negro y policiaco es muy adecuado.
P. Usted naci¨® y vive en Gij¨®n, y la novela se desarrolla en la Semana Negra de Gij¨®n. ?Es su homenaje a este singular festival l¨²dico-literario-policiaco?
R. La Semana Negra tiene tanta carga literaria y tan propia de una novela negra que si a¨²n no ha habido en ella un crimen es por un error de libreto. La idea de la novela naci¨® de una de mis visitas a la Semana. Funciona como una ciudad aut¨®noma, autosuficiente, con su propio urbanismo, un sistema de orden, sus normas y sistema de recaudaci¨®n, pero sobre todo con unos valores y una conciencia propios. Es una ciudad-naci¨®n que funciona diez d¨ªas al a?o. Su conciencia la podemos identificar como el vertedero ideol¨®gico de todas las revoluciones perdidas: hay zapatistas, castristas, saharauis, est¨¢ el cad¨¢ver de Fidel y el fantasma del Che, los restos del naufragio de todas las revoluciones -fracasadas y a la vez pendientes- que arrancan de los a?os sesenta. Pero en el estercolero de las revoluciones hay mucho calor humano. Es uno de los dep¨®sitos de humanidad todav¨ªa disponibles. Es un humus con una gran vida. Y es un h¨¢bitat muy adecuado para desarrollar una trama que tenga que ver con eso.
P. Su biograf¨ªa pol¨ªtica tambi¨¦n es tributaria de esos movimientos que intentaron cambiar el mundo.
R. S¨ª, es un homenaje melanc¨®lico y cr¨ªtico a mi propia memoria.
Babelia
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