Terapia con una mano de goles
El Madrid evita cualquier debate sobre su crisis con tres goles tempraneros y Ra¨²l y Guti como protagonistas
Una mano de goles disip¨® cualquier duda sobre la reacci¨®n del Real Madrid al fiasco de Tur¨ªn. Probablemente no ha tenido un partido m¨¢s sencillo en Chamart¨ªn, donde todos los equipos ponen a prueba la agilidad de Iker Casillas. No el M¨¢laga, que no record¨® jam¨¢s a sus interesantes versiones anteriores, muy temidas por la hinchada madridista, bastante preocupada en la vigilia del encuentro. Pero al M¨¢laga no le sali¨® la vena competitiva que acostumbra, quiz¨¢ porque le falt¨® el uruguayo Dar¨ªo Silva, cuya aspereza se contagia en sus colegas. El Madrid se encontr¨® con un rival comod¨®n, nada preparado para defender, ni para atacar, sin inter¨¦s por aprovecharse del estado de nervios que se vive en el Bernab¨¦u. Por si acaso, el regreso de Ra¨²l le viene de perlas al equipo. Marc¨® dos goles, protagoniz¨® la mayor¨ªa de las jugadas de ataque y dio una sensaci¨®n absoluta de autoridad.
REAL MADRID 5 - M?LAGA 1
Real Madrid. Casillas; Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos (Cambiasso, m. 81); Figo (McManaman, m. 76), Flavio, Guti, Zidane (Solari, m. 65); Ra¨²l y Morientes.
M¨¢laga: Contreras; Josemi, Fernando Sanz, Roteta, Valcarce (Iznata, m. 29); Miguel ?ngel, Gerardo, Manu, Musampa (Leko, m. 72); Sandro y Dely Vald¨¦s (Canabal, m. 72).
Goles: 1-0, M. 4. Morientes, desde la frontal. 2-0, M. 15. Ra¨²l aprovecha un pase de Guti.
3-0, M.18: Roberto Carlos, de potente disparo.
4-0, M. 54: Morientes, en el ¨¢rea peque?a, a pase de Ra¨²l. 4-1, M. 63: Manu, sin marca, no perdona ante Casillas. 5-1, M. 83: Ra¨²l, en jugada individual.
?rbitro. Puentes. Amonest¨® a Gerardo, Josemi, Manu y Miguel ?ngel.
Santiago Bernab¨¦u. 67.000 espectadores.
Al M¨¢laga le sobraron pases y le faltaron delanteros. Dispuso de la pelota con abundancia en el primer tiempo, pero no le sirvi¨® de nada porque el ¨¢rea madridista le qued¨® muy lejos. Y de remates, nada. Casillas sali¨® del partido sin estirarse, cosa rara, y m¨¢s en los ¨²ltimos tiempos, que han sido un martirio para el portero. El Real Madrid tambi¨¦n se dio a los pases, porque va en su estilo, pero eran pases para algo, para llegar al ¨¢rea y marcar goles. De eso trata del f¨²tbol, y de eso se hab¨ªa olvidado el Madrid. Claro que con Ra¨²l es m¨¢s f¨¢cil. Ra¨²l no se distrae de su objetivo ni a tiros. Puede hacer cualquier cosa en un partido, y todo estar¨¢ destinado a infligir da?o al adversario. Es un futbolista que ha hecho un arte de lo concreto, cosa que no sucede con muchos jugadores del Real Madrid, dispersos por naturaleza. La referencia de Ra¨²l como estilo resulta fundamental para un equipo que, a veces, se enfrasca en un manierismo irremediable.
El partido no tuvo ning¨²n car¨¢cter dram¨¢tico. Se esperaba la respuesta de la hinchada a la derrota frente a la Juve y a los malos resultados en la Liga. Se esperaba, tambi¨¦n, la reacci¨®n con respecto a Hierro o a Figo, los dos futbolistas m¨¢s cuestionados tras el encuentro de Tur¨ªn. No hubo caso. La gente salud¨® con tibieza la aparici¨®n del equipo, a la espera de emitir veredicto durante el juego, que no ofreci¨® dudas desde el principio. Marc¨® Morientes en la primera llegada del Madrid y todo el partido fue de carril. Sin grandes alardes, pero con una frescura en la elaboraci¨®n que hab¨ªa faltado en las ¨²ltimas jornadas, el Madrid anot¨® en sus dos siguientes jugadas de ataque. Ra¨²l -en fuera de juego- convirti¨® el segundo en un excelente pase de Guti y Roberto Carlos marc¨® el tercero con un martillazo. No se hab¨ªa alcanzado el primer tercio del encuentro. No hab¨ªa nada m¨¢s que decir. La hinchada olvid¨® cualquier rencor y decidi¨® disfrutar de la tarde.
Si Ra¨²l fue decisivo, como es habitual, la naturalidad en el juego del equipo se debi¨® a algunos estupendos instantes de Zidane y Guti. Zidane se abri¨® de capote en varias acciones clamorosas que provocaron el entusiasmo de la afici¨®n. Guti se dedic¨® a manejar el bal¨®n con facilidad y criterio, con la clase que le permite enhebrar pases que a otros se les hace imposible. Pases de gol, nada menos, como el que envi¨® a Ra¨²l en el segundo tanto, o en la jugada del quinto, tambi¨¦n coronada por Ra¨²l. Guti jug¨® una gran primera parte, con la sorprendente colaboraci¨®n de Flavio Concei?ao, uno de los futbolistas m¨¢s protestados por el p¨²blico. En esta ocasi¨®n, hasta recibi¨® alguna ovaci¨®n. Flavio jug¨® con intensidad y poder¨ªo. Acudi¨® con rapidez a cortar el fuego y no se pele¨® con la pelota, cosa rara. Se sinti¨® tan c¨®modo, tan satisfecho, que su actividad comenz¨® a crecer ante la sorpresa general. Por fin se vio algo decente de un jugador que s¨®lo ha provocado preguntas. ?Por qu¨¦ le fich¨® el Madrid? ?sa es la m¨¢s com¨²n.
No hubo debate con Hierro, aunque escuch¨® alg¨²n silbido. Jug¨® con sencillez, no qued¨® expuesto nunca y pareci¨® firme en todas sus acciones. Por una vez, la defensa del Madrid no se complic¨® la vida. S¨ª, dej¨® un borr¨®n en la inoportuna acci¨®n de Helguera que precedi¨® al gol del M¨¢laga, pero el error lleg¨® tan tarde que nadie lo tom¨® en cuenta. En esos momentos estaba firmado el armisticio entre el equipo y el sector cr¨ªtico de la hinchada. Las previsiones de un desplome del Madrid, a la luz de los ¨²ltimos resultados, se hab¨ªan resuelto en direcci¨®n contraria, con una mano de goles y la Liga a la caza.
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