El lunes, al sol
La pel¨ªcula Los lunes al sol, de Fernando Le¨®n, es un eficaz artefacto audiovisual que da voz a quienes no suelen tenerla en la actualidad, los parados. Empieza y termina de la misma manera, con un grupo de antiguos trabajadores de los astilleros de Vigo que, carentes de ocupaci¨®n, toman el sol. Entre ambos extremos del celuloide asistimos a sus esfuerzos in¨²tiles por luchar solos contra el destino, pero el entorno hostil en que se mueven, con la solidaridad de clase ya casi olvidada y unos sindicatos obreros reducidos a pura realidad virtual, los condena a una existencia vegetativa.
El pasado 1 de mayo, durante la tradicional manifestaci¨®n sindical en Madrid, un grupo de desempleados reventaron la fiesta y uno de ellos le parti¨® la frente a Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo, el secretario general del sindicato CCOO. Los medios de comunicaci¨®n de masas del pa¨ªs -el sistema nervioso del estado- trataron a modo de espect¨¢culo un hecho tan ins¨®lito como ¨¦ste, la rebeli¨®n de los obreros contra quienes, por principio, deben defenderlos de la patronal, y tanto lectores de peri¨®dicos como televidentes s¨®lo pudieron asistir a la superficialidad de los hechos y a la condena moralista del antiguo obrero que cometi¨® la agresi¨®n, sin ning¨²n tipo de an¨¢lisis que tratase de explicar el porqu¨¦. Como ya va siendo habitual, la intrahistoria desde el lado de los perdedores tuvo que aparecer en los medios alternativos de internet, que son el ¨²ltimo reducto donde se refugian quienes a¨²n creen que otro mundo es posible. Manuel Espinar, un sindicalista contestatario, desmont¨® con palabras sencillas el discurso "progresista" de la c¨²pula sindical (www.rebelion.org/spain/030508espinar.htm), hoy en d¨ªa reducido a simple ret¨®rica.
Pero dicho discurso ajeno a la realidad no se limita solamente a los jefes sindicales. Es algo mucho m¨¢s generalizado, afecta a todo lo que nos rodea. La pol¨ªtica profesional en que vivimos inmersos estos d¨ªas preelectorales tambi¨¦n es virtual. Francisco Camps, el aspirante a presidente de la Generalidad Valenciana por el ultraderechista Partido Popular (cuyos diputados avalaron entre risotadas el genocidio de Irak y ahora persiguen judicialmente a un profesor que los llam¨® asesinos), se ha autodefinido como pol¨ªtico de centro y ha acusado a la izquierda electoralista de radical, dos mentiras podridas.
La democracia bipartidista en que vivimos est¨¢ definitivamente instalada en la sociedad del espect¨¢culo, con expresiones enf¨¢ticas, promesas que nunca ser¨¢n cumplidas y ataques verbales entre enemigos ficticios que tienen una concepci¨®n del mundo parecida -el capitalismo de mercado- y que s¨®lo se diferencian entre s¨ª por su gesti¨®n despiadada o humanista de lo social. No hay grandes alternativas, blanco o negro, sino negro o gris. Por eso los votantes, meros espectadores con las manos cortadas, eligen cada cuatro a?os al menos malo. Ninguno es bueno.
El pr¨®ximo domingo, d¨ªa 25, Espa?a asistir¨¢ al reestreno de esa otra pel¨ªcula, ya tan rancia, que se titula Elecciones auton¨®micas y municipales. Una vez concluida la ¨²ltima imagen con la palabra fin, nada habr¨¢ cambiado. Al igual que en el artefacto de Le¨®n, todo seguir¨¢ igual. Por eso al d¨ªa siguiente, lunes 26, los espa?oles tomaremos el sol.
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