Terreno abonado para la gesti¨®n privada

Frente a las 13 residencias de la tercera edad municipales en construcci¨®n, las 20 de instituciones sin ¨¢nimo de lucro, las 20 de las llamadas de nueva f¨®rmulas de gesti¨®n -privadas con plazas reservadas al sector p¨²blico-, o a los 49 centros privados en obras, la Generalitat s¨®lo est¨¢ construyendo dos. Basta esta foto fija para ilustrar la pol¨ªtica social de apoyo a la gesti¨®n privada por la que ha apostado el PP, especialmente despu¨¦s del fuerte impulso dado desde la llegada de Rafael Blasco a Bienestar Social.

La falta de fondos para nuevos centros p¨²blicos no deber¨ªa sorprender a nadie. Poco despu¨¦s de la llegada de Blasco a la consejer¨ªa, en diciembre de 2000, tuvo un encuentro en la sede de los empresarios valencianos en el que puso boca arriba las cartas de lo que iba a ser su pol¨ªtica. Exist¨ªa un fuerte d¨¦ficit de residencias de tercera edad (una cobertura de 2,14 plazas por cada 1.000 mayores, frente a las 3,19 de la media estatal) y esta falta de plazas se extend¨ªa a la ayuda a domicilio y teleasistencia. Vista la insuficiencia del bono residencia -unos cheques para que los mayores pagaran parte del coste de un centro privado-, Blasco apel¨® al sector privado. Pidi¨® a los empresarios y a la "iniciativa social" -un t¨¦rmino en el que entran las universidades o las cajas de ahorros- su entrada en el sector de los servicios sociales a trav¨¦s de "f¨®rmulas imaginativas" para ayudar a la Administraci¨®n a resolver las carencias del sector.

De un lado, el consejero justificaba esta apuesta con un escenario en el que las crecientes necesidades chocaban con la escasez de recursos p¨²blicos. De otro, con la idea de que lo mismo da que la gesti¨®n sea p¨²blica o privada -con el hospital de la Ribera en el subconsciente-, o incluso que el recurso a esta ¨²ltima es una garant¨ªa de la sociedad del bienestar.

El resultado de esta suma de conceptos fue un concurso para construir 9.021 nuevas plazas para la tercera edad por parte de empresas privadas de las que la Generalitat se reserva un tercio, una f¨®rmula que Blasco ha anunciado que pretende extender a otros campos de la asistencia social y que los sindicatos y la oposici¨®n califican como la apuesta definitiva por el sector privado.