Ondas
Las ondas cuentan el tiempo con pasos espaciales y el espacio con intervalos temporales, su entrelazado arm¨®nico de espacio y tiempo, propagador y repetitivo es ubicuo en el universo. Los artistas captan sus resonancias. La Gran Ola de Hokusai, crepitante y de un azul salobre, estimulando a los impresionistas. Y los campos de trigo de Van Gogh, siseantes y turbulentos. Hay ondas de luz, de sonido y materia en este artista. El universo vibra como la piel de un tigre exhibiendo su pavorosa simetr¨ªa, por citar libremente a William Blake. Ondas op-art de Victor Vasarely, cebras vibrantes en la estampida, generando ondas neuronales en el c¨®rtex visual del depredador, para que el individuo se confunda en el grupo y propiciar el yerro de la zarpa debido al trampantojo. El amor es el leopardo en la enramada, seg¨²n el poeta mexicano Salvador Arag¨®n. Ondas de pigmentaci¨®n de Alan Turing, que ocultan a la fiera en el c¨¢lido y pardo claroscuro.
O las ondas cromo-cin¨¦ticas de Bridget Riley, o las c¨¢usticas de las piscinas reci¨¦n perturbadas de David Hockney en el para¨ªso prohibido de California. O las ondas de orden traslacional de los cristales, como la melancol¨ªa en serie de Marilyn, por Andy Warhol. Donde hay repetici¨®n de un solo motivo hay racionalidad y no hay conflicto. Ondas cabalgando sobre ondas sin conflicto. A veces, por ejemplo, un cristal se viste con las ondas de los electrones extendidos por su estructura peri¨®dica y les confiere su orden y su elegante simetr¨ªa, como la modelo al indumento. Sobre el vestido ella lleva un cuerpo, dir¨ªa Blaise Cendrars a prop¨®sito de los vestidos simult¨¢neos de Sonia Delaunay. Hay un elegante teorema indumentario af¨ªn a esta idea. Es debido a Floquet y a Bloch. La utilidad de este teorema iguala a su belleza cuando se trata de estudiar las propiedades f¨ªsicas de la materia cristalina.
Mi amigo y condisc¨ªpulo, el malogrado artista espa?ol Diego Lara, trabaj¨® con series pl¨¢sticas de dos motivos diferentes obsesivamente repetidos; dos enigm¨¢ticos retratos pop de Baudelaire y Gauthier. Es la serie BG. Como hay dos motivos, en lugar de uno s¨®lo, en esta serie podr¨ªa surgir lo irracional y romperse la pauta peri¨®dica. Introduzcamos una sencilla regla de sustituci¨®n e iteremos como sigue: B pasa a ser BG y G se transforma en B. La nueva serie BGBBGBGB... es cuasiperi¨®dica, jam¨¢s se repite, y el n¨²mero de los retratos de Baudelaire dividido por el de los de Gauthier tiende al n¨²mero de oro; n¨²mero irracional muy celebrado por los artistas del Renacimiento.
La secuencia fue descrita por primera vez por el matem¨¢tico medieval Fibonacci, estudiando las pautas idealizadas de reproducci¨®n de estirpes de conejos inmortales. Es el ex¨®tico orden de las aleaciones cuasicristalinas, donde tambi¨¦n se han observado ondas electr¨®nicas cuasiperi¨®dicas acopladas y extendidas por su extra?a estructura irracional. Estados electr¨®nicos ondulatorios a la Floquet-Bloch. El arte contempor¨¢neo hab¨ªa prefigurado asimismo de alg¨²n modo estas ondas cuasiperi¨®dicas en las tramas cruzadas reticulares de Piero Dorazio y en algunos muar¨¦s de Eusebio Sempere.
Hippasus de Metaponto, disc¨ªpulo de Pit¨¢goras, descubri¨® la existencia de los n¨²meros irracionales. As¨ª estall¨® el primer esc¨¢ndalo cient¨ªfico de la historia de la humanidad. Los dogm¨¢ticos pitag¨®ricos ahogaron al infeliz Hippasus en castigo y, seg¨²n Proclo, comentarista tard¨ªo de Euclides, permaneci¨® all¨ª sepultado y batido por las olas.
Alan Turing, h¨¦roe y campe¨®n cient¨ªfico brit¨¢nico, torturado por la intolerancia moral de la Inglaterra de los a?os cincuenta, hubo de morder la emponzo?ada manzana de Blancanieves y se suicid¨® sin llegar a cumplir los cuarenta y dos a?os. Estaba estudiando la morfog¨¦nesis de los diminutos radiolarios con sus patrones ondulatorios de reacci¨®n qu¨ªmica y difusi¨®n.
Ritmos de vibraci¨®n de la belleza y del miedo p¨¢nico del mundo, rayas del cazador y de la presa en ambos lados del espejo de la muerte en la celada, esenciales en la intimidad de la materia y en la propagaci¨®n de la energ¨ªa, pautas de nuestro coraz¨®n y nuestros sue?os, adagio interminable y multiforme de armon¨ªa, pobladoras ubicuas y a la par del espacio y el tiempo: ondas.
Manuel Torres es investigador cient¨ªfico del Instituto de F¨ªsica Aplicada del CSIC.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.