Reclamo electoral

La actual Ley de Extranjer¨ªa, presentada en su momento por el Gobierno del PP poco menos que como definitiva y el no va m¨¢s de la respuesta legal a los problemas de la inmigraci¨®n, afronta su cuarta reforma -sin que haya culminado a¨²n la tramitaci¨®n parlamentaria de la tercera, que permitir¨ªa expulsar sin juicio a los inmigrantes que cometan delitos- a lo largo de los dos a?os y medio que lleva en vigor. Tan intensa terapia reformista s¨®lo se comprende si se trata de una ley gravemente enferma, pero Aznar ha tenido la habilidad o la frescura de exhibir esa cuarta reforma -que ser¨¢ aprobada por el Consejo de Ministros 48 horas antes de los comicios del 25 de mayo- como un reclamo electoral hacia un sector social que parece exigir a¨²n mayor dureza frente al inmigrante.

Aznar ha defendido la nueva reforma con el mismo argumento con que justific¨® la Ley de Extranjer¨ªa: hay que favorecer la imigraci¨®n legal y poner coto a la irregular. ?Es una t¨¢cita confesi¨®n del fracaso de la ley en sus objetivos b¨¢sicos? Hay que estar ciego para no ver que la Ley de Extranjer¨ªa ha cerrado a¨²n m¨¢s las v¨ªas de la inmigraci¨®n legal en Espa?a, dej¨¢ndolas reducidas en la pr¨¢ctica al insuficiente y mal gestionado cupo anual de mano de obra extranjera, y no ha servido para controlar la inmigraci¨®n irregular, como pone de manifiesto la gigantesca bolsa de inmigrantes sin papeles -unos 600.000- que sobreviven sin posibilidad de regularizar su situaci¨®n tras el cierre a cal y canto del llamado r¨¦gimen general.

La nueva reforma da una vuelta de tuerca m¨¢s a la dureza originaria de la Ley de Extranjer¨ªa, salvo en una cuesti¨®n: el visado podr¨¢ servirle de permiso de residencia al inmigrante llegado a trabajar legalmente en Espa?a, ahorr¨¢ndole un engorroso y redundante tr¨¢mite burocr¨¢tico. Pero por lo dem¨¢s, no s¨®lo no abre puertas a la inmigraci¨®n legal, sino que prev¨¦ trasponer al nuevo texto de la ley los 11 art¨ªculos del reglamento anulados recientemente por el Tribunal Supremo por restringir derechos fundamentales, entre ellos, la tutela judicial efectiva de los inmigrantes sin papeles interceptados dentro de territorio espa?ol o la libre circulaci¨®n del inmigrante indocumentado autorizado a permanecer en Espa?a.

Su descaro en remitir al Congreso en plena campa?a electoral una iniciativa legislativa que supone la reforma de 20 de los 70 art¨ªculos de la Ley de Extranjer¨ªa no ha impedido al Gobierno apelar al "consenso de los partidos". Pero con este tipo de comportamientos su llamada al acuerdo es lo m¨¢s parecido a un brindis al sol.