El saqueo de Irak
La Unesco acaba de certificar en Bagdad la cat¨¢strofe cultural acarreada por la guerra que comenz¨® hace dos meses. Los expertos han se?alado que este saqueo arqueol¨®gico no se limita al Museo Nacional, aunque ¨¦ste fuera su punto culminante, y que incluso se ha acentuado en algunos yacimientos iraqu¨ªes tras la consolidaci¨®n del control territorial anglo-estadounidense. Es un relativo alivio la rectificaci¨®n de algunos expertos, que hacen un balance algo menos catastr¨®fico en cuanto a la cantidad de obras de arte desaparecidas durante el caos que presidi¨® la ca¨ªda de la capital.
El despojo moderno del patrimonio art¨ªstico iraqu¨ª viene de lejos. Tras d¨¦cadas de dictadura, se acentu¨® con la primera guerra del Golfo y el dogal del embargo internacional. Pero este asalto a los valores de la civilizaci¨®n ha alcanzado su lamentable ep¨ªtome hace s¨®lo algunas semanas, bajo la indiferente mirada de los marines estadounidenses que ocupaban Bagdad. Para mayor desgracia, la calamidad del expolio ha ido acompa?ada por la destrucci¨®n o p¨¦rdida de archivos e inventarios, lo que complicar¨¢ extraordinariamente la eventual identificaci¨®n de las obras y su localizaci¨®n, trabajos b¨¢sicamente ahora en manos de la Unesco e Interpol y que requieren la imprescindible cooperaci¨®n de los expertos iraqu¨ªes.
El inicial desprecio ol¨ªmpico estadounidense por lo sucedido -Rumsfeld, el jefe del Pent¨¢gono, lleg¨® a hablar de "cosas que pasan"-, que acarre¨® la airada dimisi¨®n de una parte de los asesores culturales de Bush, ha dejado paso a una actitud m¨¢s civilizada, pero irremisiblemente tard¨ªa. El fiscal general Ashcroft compromet¨ªa recientemente hasta el final el esfuerzo de Washington para impedir la llegada de lo robado a los mercados de antig¨¹edades y conseguir su restituci¨®n a los iraqu¨ªes.
Pero si la experiencia sirve de gu¨ªa, no cabe hacerse ilusiones excesivas. Para regodeo de los peristas transnacionales, muy poco de lo expoliado tras la guerra de 1991 ha vuelto a las vitrinas de los museos. Y las opiniones m¨¢s autorizadas coinciden en que tanto entonces como ahora, con las diferencias de magnitud obvias, la parte m¨¢s selectiva del saqueo se ha hecho bajo la eficaz direcci¨®n de la delincuencia organizada.
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