Ja¨¦n sigue buscando su identidad
Con un desarrollo urban¨ªstico que mira al norte, la capital ha visto frenados los principales planes por los enfrentamientos
Para cualquiera que visite Ja¨¦n es evidente la transformaci¨®n de la ciudad en los ¨²ltimos a?os, al menos desde la ¨®ptica de la est¨¦tica urbana. Con un censo de 111.000 habitantes y una elevada poblaci¨®n flotante gracias, en gran parte, a la expansi¨®n de la Universidad, el retrato del Ja¨¦n actual es el de una ciudad de claro predominio funcionarial, que se resiste a abandonar su mentalidad agraria, con escaso peso industrial y con un desarrollo urban¨ªstico acompasado a la fiebre inmobiliaria de miles de inversores que han visto en la vivienda el mejor refugio para el ahorro. Es, en definitiva, una ciudad que ha cambiado, pero que no ha crecido y sigue buscando su identidad.
"Ja¨¦n ha despegado lentamente de la mentalidad agraria, pero no ha conseguido a¨²n echar ra¨ªces en el sector industrial; se ha quedado como ciudad de servicios de mediano valor a?adido", asegura Jos¨¦ Garc¨ªa Roa, profesor de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad jiennense y miembro del Consejo Econ¨®mico y Social (CES) de la ciudad. De hecho, un informe de este ¨®rgano revela que el 75% de los centros productivos tiene menos de cinco empleados, y apenas 180 empresas cuentan con m¨¢s de 20 trabajadores. El Ayuntamiento proyecta ahora la construcci¨®n de un nuevo pol¨ªgono industrial de m¨¢s de un mill¨®n de metros cuadrados.
No s¨®lo su mentalidad conservadora ha frenado el desarrollo de Ja¨¦n. Por si fuera poco, la enconada confrontaci¨®n pol¨ªtica de la ¨²ltima legislatura entre el gobierno municipal del PP y los gobiernos socialistas de la Junta y la Diputaci¨®n ha echado por tierra cualquier esperanza de que la ciudad d¨¦ un salto cualitativo. Y eso no ha pasado desapercibido a los vecinos. "Al principio nos cre¨ªamos que todo se deb¨ªa a problemas econ¨®micos, pero luego hemos comprobado, desconcertados, c¨®mo unos a otros se echaban la culpa de la falta de inversiones y se han bloqueado importantes proyectos para la ciudad". Jos¨¦ Bautista, presidente de la federaci¨®n de asociaciones de vecinos, se refiere a las "eternas promesas" del Museo de Arte Ib¨¦rico, el teatro, la circunvalaci¨®n del castillo, el albergue juvenil o las conexiones por ferrocarril.
Muchos de estos proyectos est¨¢n pendientes desde 1992, justo desde que la Junta activ¨® el plan Ciudades del Sur para corregir los desequilibrios que gener¨® la Expo de Sevilla. Uno de los casos m¨¢s significativos de abandono institucional es el casco antiguo, que languidece con el paso del tiempo a pesar de que cada cuatro a?os est¨¢ en la vanguardia de las promesas electorales. Tampoco los 16 millones de euros de fondos comunitarios que han llegado a trav¨¦s del Plan Urban parecen haber sido la panacea. "Las inversiones que se requieren son mucho mayores, pero lo que hace falta es que los pol¨ªticos tengan voluntad de actuar sin pensar en la rentabilidad electoral", se?ala Rafael C¨¢mara, de la asociaci¨®n Iuventa, una de las m¨¢s activas del casco viejo.
La asociaci¨®n vecinal Arco del Consuelo estima que en el casco antiguo hay 203 casas en ruina y 109 solares abandonados, lo que da una idea de la degradaci¨®n. Desde hace unos a?os, el desarrollo urban¨ªstico de la ciudad mira al norte, aunque de una manera desequilibrada y con escasa planificaci¨®n.
Jos¨¦ Mar¨ªa de la Torre, presidente del Colegio de Aparejadores, lamenta el escaso suelo urbanizable previsto en el PGOU. "Hay que buscar f¨®rmulas para incentivar a los promotores privados", indica.
Si el urbanismo ha sido la principal ¨¢rea de crispaci¨®n en el ¨²ltimo mandato -casos Bariloche y Somuvisa, por ejemplo- el caos en el tr¨¢fico es, seg¨²n una encuesta, lo que m¨¢s preocupa a los ciudadanos, por encima incluso del empleo o la vivienda.
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