'Polaroids', claveles y besos

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"?Pero si no estoy arreglada!". ?sta ha sido una de las expresiones frecuentes en los paseos de la campa?a de Joan Clos. Lo exclaman muchas mujeres que, al saludar al alcalde y candidato del PSC, se ven sorprendidas por la posibilidad de que ese instante pase a la posteridad en forma de una foto polaroid. Porque ¨¦sta ha sido la campa?a de la polaroid, adem¨¢s del tradicional clavel rojo. Jaume, el fot¨®grafo del equipo del s¨¦quito electoral del PSC, ha tomado un promedio de 350 fotos al d¨ªa. Lo de los besos es m¨¢s dif¨ªcil de contar. Clos confiesa que no tiene ni idea de los que ha recibido y dado.

Nou Barris, Sant Mart¨ª, Barceloneta..., da igual: cualquier paseo de la campa?a del PSC tiene un atrezzo impecable. Una furgoneta suele ir al paso de la comitiva. De ah¨ª salen los cientos de claveles que se reparten entre todos los que quieran cogerlos. Militantes del partido dan los claveles, las estampitas con la foto del alcalde y un dec¨¢logo de promesas electorales. "Ten, si quieres te doy el voto. As¨ª ya lo tienes", dice, como quien no quiere la cosa, otro que distribuye sobres y papeletas. En los paseos en que ha apretado el calor se ha a?adido al kit un paipay en forma de coraz¨®n: "Vota amb el cor", por supuesto con la marca de la casa: PSC.

Pero la estrella ha sido la polaroid. Sobre todo entre las mujeres y los ni?os. El PSC ya hab¨ªa tomado fotos instant¨¢neas en alguna campa?a de Maragall, pero en menor medida porque, entre otras cosas, les sal¨ªa muy caro. Ahora el avance de la tecnolog¨ªa ha abaratado los costes y por eso se hacen muchas m¨¢s. Y es que Clos despierta adhesiones entusiastas. Nadie duda en posar junto al alcalde. A veces, se forman peque?as colas para posar junto al candidato. Entre ellas hay amenudo varias Bridget Jonnes -de 40 para arriba- que le dan dos besos directamente. El cabello blanco, la apariencia tranquila y el cuidado atuendo, casi siempre claro, hacen de Clos un galan al que adem¨¢s se puede abordar para los m¨¢s diversos problemas. "Alcalde, tengo dos hijos y les llevo al colegio en autob¨²s. Pero si va lleno, no para y llegamos tarde. ?No podr¨ªas arreglarlo?", le dijo una mujer en Virrei Amat.

Clos tampoco provoca animadversi¨®n entre quienes le critican. La gente que le expresa quejas no lo hace de forma airada. En todos los paseos va acompa?ado por el n¨²cleo duro, sus colaboradores de m¨¢s confianza, como Xavier Casas, Jos¨¦ Cuervo, Assumpta Escarp o Joan Ferran. Ellos son los que toman nota de las quejas de los ciudadanos. "S¨ª, pero luego os olvidar¨¦is", les espet¨® un hombre. "Ya ver¨¢s como no", le replicaron.

Las mujeres son m¨¢s decididas a la hora de abordar al alcalde, que por otra parte no tiene problema alguno en pasarles el brazo por los hombros. Los hombres son m¨¢s discretos. Pero tampoco desperdician la ocasi¨®n: "Te voy a votar, pero a ver si consigues quitar los trileros", le dijo un jubilado en un paseo por la Barceloneta.

Seg¨²n las encuestas, el grado de conocimiento del alcalde es alt¨ªsimo. Los paseos lo confirman. Incluso lo reconocen desde lejos: el martes, Clos sal¨ªa del Port Ol¨ªmpic en un barco para presenciar c¨®mo se arrojaban al mar los primeros bloques para regenerar el biotopo en el litoral barcelon¨¦s. A cierta distancia, un grupo de ni?os iban en dos escandalosas -un tipo de embarcaci¨®n de vela ligera para aprender a navegar- y no dudaron en gritarle: "?Hola, alcalde! ?Que te voten mucho!".