Protecci¨®n inmediata
La violencia dom¨¦stica no s¨®lo no diminuye en Espa?a, sino que est¨¢ adquiriendo los rasgos de un profundo mal social inmune a las terapias de choque que se vienen aplicando. Con Patricia Maurel, candidata del PP a la alcaldia de La Puebla de H¨ªjar (Teruel), que fue acribillada a tiros por su marido, son ya 27 las mujeres que han muerto en lo que va de a?o en circunstancias de violencia dom¨¦stica.
Sin entrar en los motivos del tr¨¢gico suceso ocurrido en La Puebla de H¨ªjar, que s¨®lo la justicia podr¨¢ desvelar, hay un dato com¨²n a otros muchos casos: la previa denuncia de la v¨ªctima de la situaci¨®n amenazante en que vive, sin que esa iniciativa logre evitar el tr¨¢gico desenlace. Patricia Maurel denunci¨® a su marido por malos tratos horas antes de ser asesinada. Tal vez en este caso no hubo tiempo material para adoptar medidas preventivas, pero otras muertes hubieran podido evitarse con una mayor diligencia.
Las mujeres maltratadas saben que su denuncia representa siempre un punto definitivo de ruptura que puede emperorar su situaci¨®n y precipitar incluso un desenlace dram¨¢tico. De ah¨ª que cualquier plan de prevenci¨®n exija garant¨ªas de protecci¨®n inmediata a partir de la denuncia. ¨¦se es el punto m¨¢s d¨¦bil de los planes de choque puestos en marcha hasta ahora contra la violencia dom¨¦stica: la falta de protecci¨®n efectiva a la v¨ªctima. Las medidas cautelares suelen ser m¨ªnimas y escandalosamente insuficientes, por lo que el agresor est¨¢ en condiciones de llevar a la pr¨¢ctica sus designios.
Urge, por ello, poner en marcha cuanto antes la orden de protecci¨®n inmediata e integral a las mujeres maltratadas, consensuada por todos los grupos parlamentarios a principios de abril y que deber¨ªa haber entrado en vigor al tiempo que los juicios r¨¢pidos. Es responsabilidad del Gobierno no retrasar un d¨ªa m¨¢s una disposici¨®n que, seg¨²n las previsiones, facultar¨¢ a los jueces a adoptar en 72 horas un conjunto de medidas penales y civiles que blinden a la v¨ªctima frente a su potencial agresor. La violencia dom¨¦stica tiene ra¨ªces profundas, pero no deja de ser un s¨ªntoma de un cierto abandono de la dimensi¨®n social de la politica, que se manifiesta tambi¨¦n en la sociedad actual en actitudes como el abandono de los ancianos o la insensiblidad frente a la creciente siniestralidad laboral.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.