"?D¨®nde he dejado la chapa?"
Miles de ciudadanos responden a la llamada de la plataforma y acuden a votar con adhesivos contra la guerra
"?D¨®nde he dejado la chapa?". Eso es lo que se preguntaba ayer Rosa Maria, una se?ora entrada ya en la cincuentena, antes de salir de su domicilio de L'Hospitalet para ir a votar al colegio Tecla Sala. Hace ya m¨¢s de dos meses que acab¨® la guerra de Irak y desde entonces la insignia pacifista hab¨ªa quedado en un caj¨®n. Pero ayer era el d¨ªa de volverse a poner en la solapa el lema No m¨¢s sangre por petr¨®leo. "Mi hijo me est¨¢ esperando en casa a que vuelva de votar para ponerse ¨¦l la chapa", explica la mujer. "Los adhesivos no los encontramos porque hemos llevado las chaquetas a la tintorer¨ªa y no nos acordamos de quitarlos", remata a modo de disculpa.
De modo muy distinto se comport¨® un guardia urbano de la misma ciudad de L'Hospitalet que, excedi¨¦ndose en sus funciones, invit¨® a los interventores del colegio Pau Sans a quitarse los s¨ªmbolos pacifistas. Pero olvid¨® que all¨ª no mandaba ¨¦l en esas cuestiones, sino el presidente de la mesa electoral, quien no tuvo m¨¢s remedio que record¨¢rselo. Luego aclar¨® a los interventores que pod¨ªan lucir los adhesivos que quisieran.
Pero en cada colegio hubo un criterio diferente, como no pod¨ªa ser de otro modo tras la libertad de actuaci¨®n que concedi¨® a los presidentes de mesa la Junta Electoral Central. En el colegio electoral del Aula de Cultura de Bellvitge, por ejemplo, hab¨ªa un presidente menos permisivo. La entrada hab¨ªa amanecido con pintadas en el suelo advirtiendo al votante: "No olvides las v¨ªctimas de Irak". ?C¨®mo eliminarlas, si ayer era domingo y no hab¨ªa nada abierto? Pues con una alfombra, azul celeste para m¨¢s se?as, que no se sabe bien de d¨®nde sali¨®, pero que cumpli¨® los deseos del presidente de la mesa.
Otros fueron m¨¢s ingeniosos, como el del colegio Virgen de Montserrat de Cornell¨¤, en el populoso barrio obrero de Sant Ildefons. All¨ª el dilema que se le planteaba era c¨®mo neutralizar el mensaje de los trabajos de cartulina y los murales de los ni?os. Muy f¨¢cil: arrincon¨¢ndolos y tap¨¢ndolos con papel de envolver.
Encarna Ruiz, de 48 a?os, es vocal en una de las 12 meses del colegio Merc¨¨ Rodoreda de Badalona. Lleva una chapa con un misil y el lema No olvid¨¦is. Es miembro de la Plataforma Aturem la Guerra en Badalona y explica que al principio quer¨ªa ir a la mesa "envuelta en una bandera de Nunca M¨¢is y empapelada de pegatinas". Al final, dice que ha optado por la chapa, porque tampoco quer¨ªa crear un problema a los dem¨¢s. "Yo soy libre de ir como quiera, y de momento nadie me ha dicho nada", explica. A su lado, Juan Galiano, de 46 a?os, a?ade que ¨¦l hab¨ªa llevado varias pegatinas y chapas pero "se las han quitado de las manos" los amigos y vecinos, hasta el punto de que ha tenido que regalar la suya. Por su lado pasan tres j¨®venes que, a modo de misses de la protesta, lucen una banda con el lema Vota no a guerra por delante y Guerra nunca m¨¢is por la espalda.
En el colegio La Palmera, en el distrito de Sant Mart¨ª, en Barcelona, en las paredes s¨®lo hay orlas de los ni?os que estudiaron primaria y ni rastro de murales contra la guerra. S¨®lo en algunas solapas se ven chapas y adhesivos contra el conflicto. Entra una joven y se contempla a s¨ª misma, con ocho a?os menos, en una fotograf¨ªa. Marta Marcilla acab¨® sexto de primaria en 1996, cuando era una ni?a casi rubia con flequillo. Ayer era una chica morena de 19 a?os que votaba por primera vez.
En el centro de la ciudad, en el Raval, Jos¨¦ Gonz¨¢lez, de 78 a?os, fuma en su silla de ruedas despu¨¦s de votar. "Yo voto siempre, porque a¨²n me acuerdo de cuando no se pod¨ªa elegir nada ni a nadie", dice mientras contempla una s¨¢bana algo sucia con el lema No a la guerra en el balc¨®n de enfrente.
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