Las vacaciones son necesarias
Esta cr¨®nica empieza bien. La primera sede electoral a la que acude quien les escribe est¨¢ en el colegio Nuestra Se?ora del Rosario, en la calle de Mallorca entre Roger de Flor y N¨¤pols. ?No ser¨¢ la que le ha tocado a Joan de Sagarra para ejercer de vocal de mesa? Pues s¨ª. Como anunciaba en su cr¨®nica de ayer, Sagarra lleva una camiseta con la imagen de san Genaro, unos tejanos de marca impolutos y una petaca redonda y plateada, cargada con buen Jameson. Ante s¨ª tiene un magn¨ªfico claustro donde podr¨¢ fumarse, cuando le venga en gana, el habano que guarda en la purera y para el almuerzo ya se ha puesto de acuerdo con sus compa?eras de mesa para que le dejen ir a casa a zamparse un excelente arroz -s¨¦ de qu¨¦ hablo- que sin duda le tendr¨¢ preparado su mujer, Mar¨ªa Jes¨²s. De modo que los lectores de Sagarra pueden dejar de sufrir: ayer no pudo ir al Bauma, pero supo organizarse la mar de bien. Menudo es ¨¦l.
Pero uno no se ha acercado hasta aqu¨ª para ver a su amigo enfrascado en tales menesteres, ni para ver votar a Jordi Portabella, pues le consta que se vota a s¨ª mismo -lo hace a las dies y diez, acompa?ado por su mujer y sus dos hijas-, y tampoco para o¨ªrle decir que espera una alta participaci¨®n en una jornada pac¨ªfica -que es lo que hace-, sino para controlar en persona la propaganda ilegal que pueda haber colgada por ah¨ª. Lo primero con que se topa es un mensaje rotundamente falso. Grandes letras de cartulina rodeadas de florecillas anuncian: "?s P¨¤squa, amics". Hombre, no. Sigue investigando y lo ¨²nico que encuentra son otros dos anuncios: "P3 A som la classe dels ping¨¹ins" y "P3 B som la classe del tren". La ¨²nica alusi¨®n a la guerra en el recinto es la chapa que Portabella lleva en la solapa y la pegatina con el lema Guerra nunca m¨¢is de su mujer.
El cronista vuela raudo hasta los jesuitas de la calle de Casp, donde a las diez y media est¨¢ previsto que acuda -y acude, en compa?¨ªa de su esposa- Joan Clos. Una decena de j¨®venes con pancartas piden la libertad para los presos de Tor¨¤. En una de las pancartas puede leerse: "L'Ajuntament empresona antifeixistes". Hombre, tampoco. Multas de cortar el hipo s¨ª pone, pero mandar a la c¨¢rcel a la gente, eso en principio es cosa del juez. Cuando el alcalde se acerca, los chavales se ponen a silbar y a corear protestas. El interior del colegio est¨¢ limpio como una patena limpiada por jesuitas. Un ¨²nico cartel convoca a los estudiantes de segundo de bachillerato a la Festa de l'Orla. Clos exhibe una chapa roja con una paloma blanca.
En ruta hacia la calle del Rector Ubach, entre Amig¨® y Calvet, donde a las once debe votar Xavier Trias. Se trata de la Escola Augusta. A la entrada, un cartel advierte: "No es permet jugar a pilota en aquesta zona". Dentro un anuncio solicita "un presentador y una presentadora divertidos y con ganas de pas¨¢rselo bien" para el concurso de play-back que se celebrar¨¢ durante la fiesta de fin de curso. El aula en la que vota Trias, que ha acudido acompa?ado de su mujer y la suegra, es la de pl¨¢stica y est¨¢ adornada con temas gaudinianos. Trias no lleva chapa.
Uno empezaba a desanimarse, cuando el colegio p¨²blico -?por fin!- Pau Casals, en Provid¨¨ncia entre Alegre de Dalt y Secretari Coloma, le devuelve la fe en la humanidad. No pod¨ªa tocarle a Imma Mayol, que ya ha votado cuando el escribiente se acerca al lugar, un colegio con una escenograf¨ªa m¨¢s adecuada. En todas las ventanas hay carteles con la frase "aturem la guerra" y efigies de John Lennon. Dentro, una reconstrucci¨®n artesana del Prestige yace junto a la leyenda Nunca m¨¢is. Si hubiera habido que desmontar todo eso, desde luego el colegio no abre en todo el d¨ªa. En un pasillo, un cartel m¨¢s modesto convoca a la fiesta de cumplea?os de unos alumnos, clasificados bajo los ep¨ªgrafes "marietes" y "dofins". Lo bien que se lo debe de haber pasado aqu¨ª la Imma.
De vuelta a la carretera, ahora rumbo a Les Corts, calle del Pisuerga. El colegio Pau Romeva, que ha tenido el honor de recoger el sufragio de Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz, tambi¨¦n es p¨²blico, como el de Mayol. ?Mera coincidencia o alusi¨®n directa a la pinza que tanto inquiet¨® a Felipe Gonz¨¢lez? Sin ser tan extravertido como el Casals, el Romeva tambi¨¦n est¨¢ posicionado: de la puerta de entrada cuelga el cartel de la bomba tachada que convoca a la manifestaci¨®n del 15 de febrero. Dentro, letras de colores recortadas hacen saber: "Sempre direm no a la guerra, visca la pau". En un tabl¨®n se anuncia una conferencia, organizada por la AMPA, que dar¨¢ el pedagogo Manel Torrente, ma?ana a las 21.00 horas, en el gimnasio de la escuela. El t¨ªtulo de la charla es sugestivo: Las vacaciones son necesarias. Vaya si lo son. Y m¨¢s cuando por delante quedan las auton¨®micas y luego las generales.
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