25-M
A manera de anticipo de un largo a?o electoral, las elecciones del 25 de mayo pasar¨¢n a manos de los soci¨®logos electorales para plantear una serie de inc¨®gnitas: ?cu¨¢ntos espa?oles constituyentes del 91% contrario a la guerra experimentaron la esquizofrenia de votar al PP? ?Cu¨¢ntos espa?oles manifestantes activos contra la guerra no fueron a votar el 25 de mayo? No todo el mundo lo tuvo tan claro como la revista valenciana Cartelera Turia, ¨²nica publicaci¨®n superviviente del progresismo publicista de los a?os sesenta. Cartelera propuso en la portada: Ni un voto a la guerra... antes de que la Junta Electoral ni quitara ni pusiera rey pero barriera para su se?or.
Tranquilos. Esto no ha hecho m¨¢s que empezar. Aqu¨ª queda mucho chapapote y mucho socav¨®n bajo los trenes de dudosa velocidad, mucho Ebro y pocas nueces, mucho chasco a la hora de contar los beneficios reportados por la complicidad del Gobierno espa?ol en la guerra de anexi¨®n de Irak. Y queda una ocasi¨®n ¨²nica para el regocijo popular que ser¨¢ ese momento en que el presidente Bush o cualquier allegado deposite la medalla del Congreso de Estados Unidos sobre el pecho de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, demostrando as¨ª que nuestro presidente no se libr¨® de la mili por estrecho de pecho.
Sostengo que se convertir¨ªa en excelente negocio producir medallas del Congreso de pl¨¢stico con la efigie de Aznar rampante sobre campo de gules para que sean miles, millones de espa?oles los que puedan conservar un testimonio de aquellos tiempos en que Espa?a volvi¨® a intentar ser una naci¨®n de Primera Divisi¨®n. Como cuando tratara de colarse, sin ¨¦xito, en las guerras mexicanas o conchinchinas del siglo XIX o como cuando bajo Franco, a?os cincuenta del siglo XX, el ministro de Exteriores espa?ol, Mart¨ªn Artajo, propuso un plan para pacificar Oriente Pr¨®ximo que s¨®lo entusiasm¨® a la unificada prensa espa?ola y de las JONS.
Nos esperan maravillas ling¨¹¨ªsticas como la resurrecci¨®n de la palabra afrancesados aplicada por Aznar a los antibelicistas o La batalla de Madrid en la que el PP se jugaba sucederse a s¨ª mismo en el poder municipal y auton¨®mico. 25-M. Retengamos el d¨ªa en el bolero de nuestra memoria como una de esas fechas totales que llenan de conciertos y desconciertos las mejores transiciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Elecciones Municipales 2003
- Manifestaciones
- Elecciones Auton¨®micas 2003
- Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar
- PP
- Protestas sociales
- 11-S
- Estados Unidos
- Elecciones municipales
- Malestar social
- Elecciones auton¨®micas
- Atentados terroristas
- Elecciones
- Eventos
- Prensa
- Partidos pol¨ªticos
- Problemas sociales
- Espa?a
- Medios comunicaci¨®n
- Terrorismo
- Pol¨ªtica
- Comunicaci¨®n
- Sociedad