Una fosa com¨²n de la prehistoria
Hallados en Catalu?a restos de 160 muertos en batalla hace 4.000 a?os
La prehistoria no fue el lugar id¨ªlico que plasman las novelas de Jean M. Auel, la popular autora de El clan del oso cavernario, que postula para aquellos tiempos unas sociedades en buena medida pacifistas, m¨¢s preocupadas del sexo que de la guerra. Cada vez parece m¨¢s claro que los conflictos b¨¦licos y sus horrores han acompa?ado al hombre desde el alba m¨¢s remota de la especie.
Ahora, arque¨®logos del Museo de Matar¨® (Barcelona) han concluido tras sus investigaciones que el conjunto de 25.000 huesos pertenecientes a unos 160 individuos y hallado en una cueva en la localidad de Dosrius, en el Maresme, testimonia un acto de violencia grupal, seguramente una batalla prehist¨®rica. Junto a los huesos, seg¨²n informa Efe, se encontraron 68 puntas de flecha de s¨ªlex con aletas laterales, presumiblemente las causantes de la muerte de varios de los enterrados. Parece claro, por la disposici¨®n, que esas puntas -rotas, usadas- no formaban parte de ning¨²n ajuar funerario, sino que se desprendieron de los cad¨¢veres al descomponerse los cuerpos.
Las puntas de flecha de s¨ªlex clavadas se desprendieron al descomponerse los cuerpos
El yacimiento de la cueva de la Costa de Can Martorell es un hipogeo, un sepulcro colectivo, que ha sido datado por carbono 14 en el calcol¨ªtico, hacia finales del tercer milenio antes de Cristo, hace m¨¢s de 4.000 a?os. El recinto consiste en una c¨¢mara funeraria precedida por un corredor de acceso, excavados ambos en la roca, y una antec¨¢mara formada con grandes piedras megal¨ªticas clavadas verticalmente en el suelo. El sepulcro recibi¨® en un momento puntual una aportaci¨®n masiva de cad¨¢veres, seg¨²n el equipo de arque¨®logos que dirige la prehistoriadora Sara Aliaga. Los individuos inhumados en ¨¦l eran en su mayor¨ªa hombres y mujeres de entre 20 y 40 a?os.
No es la primera vez que se producen en Espa?a descubrimientos semejantes. En San Juan Ante Portam Latinam (?lava), un abrigo de ¨¦poca similar al de Dosrius, se encontr¨® en 1985 un enterramiento colectivo similar con m¨¢s de 200 cuerpos inhumados al mismo tiempo y los investigadores atribuyeron el hecho a alg¨²n suceso violento, citando concretamente la posibilidad de una guerra. Varios de los esqueletos hallados presentaban a¨²n clavadas puntas de flecha.
Para el profesor de Prehistoria de la Universidad de Barcelona y especialista en temas de historia militar Francisco Gracia Alonso, autor de La guerra en la protohistoria (Ariel, 2003), el hallazgo de Dosrius es extremadamente interesante y confirma la precocidad del g¨¦nero humano en ejercer la matanza sistem¨¢tica del pr¨®jimo. El estudioso recalca que el empleo de armas arrojadizas como las saetas refleja la existencia de un combate a distancia y, por la cantidad, a gran escala. "La interpretaci¨®n nos lleva a pensar no en una lucha interpersonal, sino en una verdadera batalla, una de las primeras que tenemos documentadas en la Pen¨ªnsula".
A la pregunta de cu¨¢ndo empezaron a guerrear los seres humanos, el prehistoriador responde que seguramente desde que el hombre tuvo la posibilidad de arrebatarle algo a su semejante y los medios para organizar a otros en ese empe?o. "Las guerras y batallas no son nada nuevo", deplora Gracia; "se desarrollaron, por lo que vamos averiguando, con bastante frecuencia e intensidad creciente en la prehistoria y en el neol¨ªtico. Tenemos testimonios elocuentes en el arte rupestre; el levantino muestra varios ejemplos de escenas b¨¦licas".
De la cuesti¨®n de si se trataba de luchas de peque?os grupos o verdaderas batallas campales, el prehistoriador se?al¨® que hallazgos como el de Dosrius, "que no deja de ser el precedente de una fosa com¨²n", apuntan a lo segundo. "Por otro lado, basta con observar los enfrentamientos entre comunidades abor¨ªgenes actuales, como los pap¨²es de Nueva Guinea, para constatar que en las luchas intertribales se movilizan grandes cantidades de individuos. La historia nos muestra asimismo que jefes tribales como el zul¨² Shaka fueron capaces de librar grandes guerras sin necesidad de armamento moderno ni de pasar por una escuela de estrategia militar".
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