Vascos
Se llevaron los batasunos prohibidos su esca?o de Bilbao, nadie hizo nada por impedirlo y la polic¨ªa local los escolt¨®. Motivos: del asentimiento al miedo, desde la duda de que la prohibici¨®n sea legal hasta la satisfacci¨®n por verlos irse: puente de roble y terciopelo. Es una an¨¦cdota, pero refleja algo. Aznar ha perdido all¨ª sus elecciones, pero ¨¦l no lo sabe. O¨ª a Mayor Oreja en Onda Cero explicar c¨®mo, contando bien, se ve el triunfo del PP: tampoco lo sabe. Envidio ese voluntarismo, que en la izquierda se desarrolla poco. Lo cierto es que han perdido otra vez las elecciones all¨ª, y cada vez que las pierden y aumentan su presi¨®n, y trabajan sobre jueces y fiscales para limar las diferencias entre los poderes, algo se pierde en Vasconia. Pero como ignoran que pierden, y nadie se atreve a dec¨ªrselo, y sus pensadores de escolta -guardacerebros- los defienden de cualquier proximidad al pensamiento libre, siguen igual. Ellos y el espejismo de Mayor los llevaron al desastre anterior, que todav¨ªa niegan, y persisten en ¨¦ste. Creen que el descenso del n¨²mero de muertos y la atenuaci¨®n o cuasi desaparici¨®n del disturbio callejero son ¨¦xitos suyos; son de su conveniencia pol¨ªtica, de su manera de fraguar el nacionalismo moderado, de dejar que en la batalla del Gobierno central y el vasco sus ciudadanos dejen de creer que el central es imparcial y justo. Los l¨ªmites que ha tenido el PNV vienen de los votos nulos preconizados por ETA o por Batasuna que se han distanciado para dejar a Ibarretxe tranquilo. Su idea es mostrar que mientras el PNV insista en el plan de autodeterminaci¨®n dejan hacer a la pol¨ªtica. Algo advierten los socialistas all¨ª y algo dicen de no ceder a la colaboraci¨®n con el PP. Pareci¨®, cuando echaron a Redondo, que lo hab¨ªan notado. Pero son lentos.
Aznar no acepta que hay un "problema vasco": y lo aumenta. La cuesti¨®n aguda es el crimen; el problema vasco es el nacionalismo pol¨ªtico. Apagar ese incendio echando gasolina es cosa de locos: luchar contra el terrorismo ampli¨¢ndolo, metiendo dentro a su "entorno", es m¨¢s bien de tontos. Cualquiera de los ciudadanos no nacionalistas que vivan all¨ª sabe perfectamente que en los a?os de Aznar la presi¨®n, la persecuci¨®n y el aislamiento han aumentado; que si la amenaza es la de muerte, la vida cotidiana es insoportable.
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