El defensa r¨¦cord
El milanista Maldini, con cuatro Copas de Europa ganadas, quiere jugar hasta los 40
Una foto sepia engalana el campo de entrenamiento del Milan, en Milanello. Muestra a Cesare Maldini con la primera Copa de Europa ganada por los milanistas, en 1963, frente al Benfica. Ocurri¨® en Wembley, no lejos de Old Trafford, donde el mi¨¦rcoles, 40 a?os despu¨¦s, Paolo, capit¨¢n como su padre, aup¨® el sexto t¨ªtulo del Milan, el cuarto particular, a s¨®lo dos del registro del ex madridista Gento: 6. "Esa foto es la imagen m¨¢s clara que tengo de mi pa
dre como jugador porque se retir¨® antes de que yo naciera y s¨®lo me cont¨® que el premio fue de 400.000 liras. He so?ado muchas veces con que me sucediera lo mismo", dice Paolo Maldini.
A sus 34 a?os, 35 desde el 26 de junio, a Maldini le quedaba un sue?o que cumplir. Y no piensa detenerse: "Creo que podr¨¦ jugar a alto nivel hasta los 40. Costacurta [con cuatro trofeos, aunque no jug¨® por sanci¨®n ante el Bar?a en Atenas 94] tiene 37 y es muy importante por su experiencia".
Si cumple la cuarentena en activo, es probable que el mejor defensa en muchos a?os multiplique sus r¨¦cords siderales. Ha ganado cuatro Copas de Europa (1989, 1990, 1994 y 2003), pero ha disputado seis finales (perdi¨® en 1993 y 1995), haza?a s¨®lo mejorada por Gento (ocho) y Di St¨¦fano (siete); acumula 500 partidos de Liga y 124 europeos, y ha sido 119 veces internacional, aunque dej¨® a su selecci¨®n tras la Copa del Mundo de 2002. Pese a tantas huellas y su precoz carrera -ingres¨® en el Milan a los 10 a?os, debut¨® a los 16 y fue titular a los 17-, en Maldini no se ven cicatrices. Su carrocer¨ªa, intacta. Tan elegante como siempre, mantiene su pericia defensiva y sus condiciones f¨ªsicas, por lo que no es extra?o que Carlo Ancelotti, su t¨¦cnico y ex compa?ero en el Milan holand¨¦s, le haya sacado en los 17 partidos de la Champions.
Maldini, discreto y comprometido con su trabajo, jam¨¢s se ha beneficiado de ser el chico preferido de Silvio Berlusconi, al que nunca dio la espalda para lanzarse a millonarias aventuras en otros clubes. Tampoco sac¨® provecho de la presencia de su padre al frente de la selecci¨®n y del propio Milan (2000-01). Siempre ha sido un seguro de vida para todos, un pretoriano convencido de las exigencias del f¨²tbol profesional y apasionado con su cuna milanista.
Ni un mal gesto, ni un verbo incendiario. Lo suyo es coleccionar t¨ªtulos para el Milan y frustrar a los contrarios. No son pocas las v¨ªctimas de este lateral reconvertido en central izquierdo. Entre los m¨¢s conspicuos, Michel, al que tortur¨®. Durante la Eurocopa 2000, tras un angustioso Holanda-Italia resuelto por los italianos en los penaltis, el ex madridista no pudo resistirse a conocer a la madre de su verdugo. Cesare, al que el Madrid priv¨® de su primera Copa de Europa en 1958, un 28 de mayo, hizo las presentaciones. "Se?ora, estoy muy enfadado con usted", espet¨® Michel. "?Por qu¨¦? ?Qu¨¦ te he hecho yo?". "Haber parido un hijo como Paolo".
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