Fusiones

Es notable el serio esfuerzo de estos j¨®venes artistas de danza espa?ola que quieren hacerse core¨®grafos. La plantilla de 13 bailarines despliega energ¨ªa y buen gusto, calidad en la danza y riqueza de matices. Buenos trajes, excelente acompa?amiento musical (algo deslucido por la amplificaci¨®n inclemente) y un variado grupo de bailes que propone enlazar el tango esc¨¦nico con el ballet flamenco y la danza espa?ola, as¨ª puede resumirse Tango flamenco.

El resultado es un cuajado de figuras arm¨®nicas que hace razonar sobre los terrenos de contaminaci¨®n estil¨ªstica y de fusi¨®n. Es evidente que la coreograf¨ªa contempor¨¢nea del ballet flamenco va por esos derroteros de mezclar y volver a mezclar elementos de diversa procedencia. Hasta ahora, Najarro mantiene el tipo y el tino, y, aunque hay gestos actuales, est¨¢ presente la tradici¨®n como se la alimenta en las guajiras, probablemente el mejor n¨²mero de la velada. Es un buen bailar¨ªn, con planta noble y destellos virtuosos, no as¨ª Pascal Gaona, fr¨ªo e inexacto, sin ritmo interior. Destaca Alo?a Alonso por su suavidad y su baile riguroso, y el cante lleno de encanto de Sonia Cort¨¦s. El problema acaso est¨¢ en la vida interior de las coreograf¨ªas, que a¨²n necesitan revisiones y ajustes, enriquecerlas en su meollo estil¨ªstico. Tal carencia es l¨®gica: son a¨²n debutantes y la redacci¨®n cor¨¦utica es arte que se nutre del poso y la experiencia muy por encima de esa primera inspiraci¨®n, tambi¨¦n necesaria. De cualquier manera, merece verse y es una muestra de que las cosas pueden hacerse seria y novedosamente a la vez en la danza espa?ola.