Cavallero sac¨® de quicio al Bernab¨¦u

Antes de que Cavallero, el portero del Celta, desesperara a los delanteros del Madrid con sus paradas; al ¨¢rbitro con sus p¨¦rdidas de tiempo; y a los aficionados con sus desaf¨ªos a los jugadores madridistas, soplaba el viento y ca¨ªa agua. Mucho viento. Y no s¨®lo arrastraba la basura olvidada en los alrededores del Bernab¨¦u. Un se?or mayor, boina por tocado, corr¨ªa por el centro de la calle Concha Espina persiguiendo bolsas de palomitas que se daban a la fuga. A una hora del encuentro, el viento soplaba y el c¨¦sped del estadio ten¨ªa trabajo extra para drenar el agua.

En el vestuario del Celta, Lotina, el t¨¦cnico, guard¨® la escuadra y el cartab¨®n y mostr¨® a sus jugadores el dibujo: cinco defensas, tres centrales y dos carrileros. La gracia del asunto sin embargo estuvo en que zagueros centrales s¨®lo hab¨ªa uno, C¨¢ceres, m¨¢s dos centrales reconvertidos, Juanfran y Velasco, m¨¢s dos interiores disfrazados de laterales, ?ngel y Silvinho. Un l¨ªo que se tradujo en una actitud ultradefensiva. Una disposici¨®n extra?a que no evit¨®, en ocasiones, los pasillos para Ronaldo, cada vez m¨¢s en sinton¨ªa con la grada. El brasile?o fue jaleado desde el principio, especialmente cuando hac¨ªa alg¨²n amago de esforzarse en tareas defensivas. E hizo varios al comenzar el encuentro.

Los pitos esta vez fueron para el portero del Celta, Pablo Cavallero. El guardameta argentino del equipo vigu¨¦s, el menos batido de la Liga junto a Ca?izares, con 31 tantos, movi¨® retadoramente y con aire de burla la pelota ante Ra¨²l en un lance, y ante Ronaldo, en otro. Desde entonces, cada vez que se demoraba un poco en sacar de puerta, la bronca del Bernab¨¦u era muy ruidosa. El portero sigui¨® desafiando a los atacantes blancos, no s¨®lo mostr¨¢ndoles la pelota sino con varias intervenciones de mucho m¨¦rito. Sac¨® varias manos magn¨ªficas ante disparos de Hierro, Zidane o Ronaldo, a quien desbarat¨® un mano a mano, cosa rara cuando se trata del brasile?o.

Cavallero tuvo problemas con el ¨¢rbitro, que le rectific¨® el lugar desde el que deb¨ªa de sacar de puerta en m¨¢s de una ocasi¨®n y le lleg¨® a amonestar por perder tiempo.