Disparates, paradojas y milagros
Hay d¨ªas en los que el peri¨®dico aparece cr¨¦dulo, propenso a admitir cualquier barbaridad escrita por sus redactores. Tanto, que los disparates que se cuelan, a veces francamente divertidos, m¨¢s bien parecen elementos de una cr¨®nica de milagros. El resultado, si no fuera porque algunos lectores se indignan con nuestros errores, resultar¨ªa hilarante, una invitaci¨®n a la carcajada, una especie de intento de compensar tantas p¨¢ginas en las que el protagonismo se lo llevan las noticias desagradables. Hay lectores que as¨ª lo entienden y disculpan los fallos con buen humor.
As¨ª parecen haberlo tomado dos lectoras, que no pudieron contener las sonoras carcajadas, ante la sorpresa de sus compa?eros de avi¨®n, mientras comentaban dos noticias publicadas en EL PA?S, el pasado 8 de mayo. En una de ellas, aparecida en la secci¨®n Gente (edici¨®n Nacional), se contaba el caso del minusv¨¢lido brit¨¢nico Glenn Shaw, de 32 a?os, que sufre una grave enfermedad en los huesos, y planeaba escalar el Everest, el pico m¨¢s alto del mundo, en silla de ruedas. Shaw, se dec¨ªa, "ya lo intent¨® en 1997, cuando se rompi¨® las piernas en ocho partes al caer desde una altura de casi 4.000 metros". "Realmente caerse de esa altura y romperse s¨®lo las piernas, aunque sea por ocho partes, es todo un milagro...", dice una de estas lectoras -que solicita que no se publique su nombre- y que interpreta que el escalador brit¨¢nico estaba en "un 4.000" (pico de 4.000 metros de altitud), o bien a una altura de 4.000 metros, cuando se cay¨®, "pero evidentemente no al precipicio".
Ileso con 25 balazos
La otra informaci¨®n, aparecida en la p¨¢gina 17 de Espa?a, en el recuadro titulado Vidas protegidas, pero enjauladas, narraba algunas historias de v¨ªctimas del terrorismo de ETA en el Pa¨ªs Vasco, entre ellas la de Jos¨¦ Javier Uranga, director del Diario de Navarra durante 28 a?os, que, dec¨ªa el redactor, "relat¨® la historia de su milagro": "Sali¨® ileso de un atentado en el que recibi¨® 25 impactos de bala y del que se repuso tras 10 operaciones y 11 meses de hospital". La lectora comenta nuevamente. "Si llega a resultar herido, digo yo, que a lo mejor se muere...". En una cosa ten¨ªa raz¨®n el redactor, era la historia de "un milagro".
Un lector mallorqu¨ªn, Joan J. Maim¨®, se refiere a la cr¨ªtica de un libro aparecida en Babelia, el 26 de abril pasado, bajo el t¨ªtulo Todos los asnos del mundo, en la que se afirmaba que el asno, "es un animal de transporte, est¨¦ril pero siempre en celo, que lo simboliza todo a la vez, y que ha sido maltratado por doquier". Maim¨® quiere, con sentido del humor, "salir en defensa del asno maltratado". "En mi ni?ez campesina mallorquina, los asnos s¨ª que se reproduc¨ªan, entre ellos, claro. Y si un macho copulaba con una yegua sal¨ªa un mul egu¨ª (mulo/a), y al rev¨¦s, de caballo y burra sal¨ªa un mul somer¨ª (burd¨¦gano o macho). No hay que confundir los asnos con los mulos". Cierto, como bien apunta el lector, el est¨¦ril es el mulo, equino que acaba de ser clonado por primera vez.
Otro lector madrile?o, asiduo cazador de gazapos -?tendr¨¢ esta Defensora que nombrar lectores-defensores honorarios?-, considera un "serio disparate" adjudicar la paternidad de la teor¨ªa del caos al Nobel Ilya Prigogine, como se hac¨ªa en el titular de su necrol¨®gica, el pasado jueves. "El nombre de teor¨ªa del caos fue acu?ado por el matem¨¢tico Jim Yorke, de la Universidad de Maryland. Pero si hubiera que adjudicar dicha paternidad a alg¨²n cient¨ªfico -lo que no ser¨ªa muy justo ni preciso, ya que es el resultado de los trabajos de mucha gente en diferentes ¨¢reas y disciplinas-, es posible que el m¨¢s indicado fuera Henri Poincar¨¦. Como abuelo, hay menos dudas: James Clerck Maxwell". Diferentes expertos de la teor¨ªa del caos han confirmado que, efectivamente, nuestro comunicante tiene raz¨®n.
Francisco Gavil¨¢n, tambi¨¦n de Madrid, hace ver a esta Defensora la paradoja existente entre dos pies de fotos publicadas el mismo d¨ªa (10 de mayo), en la secci¨®n de Internacional (p¨¢ginas 5 y 6). "Bajo el enunciado La posguerra de Irak, publican una fotograf¨ªa con un pie que dice: 'Autobuses cargados de iraqu¨ªes cruzan la frontera', donde el redactor parece admitir que las personas pueden ser cargadas como mercanc¨ªas en un medio de locomoci¨®n. Sin embargo, en el reverso de la misma p¨¢gina, otra foto muestra unos animales en otro veh¨ªculo y se redacta as¨ª: 'Dos ovejas viajan en la parte trasera de un autom¨®vil en Bagdad'. El mundo al rev¨¦s".
Todas o ninguna
Una lectora, M. Natividad Bris Barrio, se queja del tratamiento desigual dado en la secci¨®n de Madrid (d¨ªa 21 de mayo, p¨¢gina 6) a las candidatas, en las recientes elecciones a la Asamblea de Madrid, Concepci¨®n Dancausa, del Partido Popular, e In¨¦s Alberdi, del Partido Socialista Obrero Espa?ol.
La p¨¢gina, con entrevistas a ambas candidatas, realizadas por Mabel Galaz, conten¨ªa una breve rese?a biogr¨¢fica de las mismas, que, en opini¨®n de esta lectora es poco objetiva, "pues no es homog¨¦nea, resultando claramente sesgada". Bris se?ala que, mientras que en el caso de Dancausa se facilitan datos sobre las relaciones familiares y personales, "es hija de un alcalde de Burgos durante el franquismo, es compa?era y amiga de Ana Botella", en el de Alberdi no se facilita ninguno. Y alega: "Si los datos sobre las relaciones personales y familiares de las candidatas son relevantes, lo son con car¨¢cter general y, en este caso, se deber¨ªa facilitar al lector los de ambas, indic¨¢ndonos tambi¨¦n los de la se?ora Alberdi, que por otra parte pueden resultar bastante significativos para el lector: es hermana de la ex ministra de Asuntos Sociales y actual diputada por Madrid Cristina Alberdi, es la esposa de Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, que ocup¨® diversos altos cargos durante los sucesivos Gobiernos socialistas. Si, en caso contrario, los datos sobre las relaciones personales y familiares de las candidatas no son relevantes, no lo son con car¨¢cter general, y en este caso no se deber¨ªa facilitar al lector los de ninguna de las candidatas".
Bris a?ade que de la informaci¨®n facilitada por EL PA?S parece desprenderse que "s¨®lo son relevantes los datos biogr¨¢ficos cuando relacionan al candidato con relaciones personales de car¨¢cter conservador". Y a?ade que, el 22 de mayo, se entrevistaba en la misma secci¨®n a otras dos candidatas, Alicia Moreno y Rosa Le¨®n, y no se inclu¨ªan datos familiares o personales de las mismas, "pese a que podr¨ªa resultar relevante desde la coherencia y objetividad: ?de qui¨¦n es hija Alicia Moreno? [de la actriz y directora de teatro N¨´ria Espert], ?con qui¨¦n est¨¢ casada Rosa Le¨®n [con el director de cine Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez]. Lo menos que los lectores pedimos a un peri¨®dico de la trayectoria de EL PA?S es un tratamiento homog¨¦neo y coherente", concluye la lectora.
El Libro de estilo mantiene que hay que ofrecer al lector todos los datos necesarios para que "comprenda el entorno de los hechos que se narran". Y tambi¨¦n, que las informaciones deben personalizarse, de modo que la edad del protagonista, estado civil y "dem¨¢s circunstancias personales" se consideran elementos noticiosos de primer orden. Por otra parte, al referirse a la entrevista de declaraciones (art¨ªculo 2.64) dice que "debe contar con una presentaci¨®n del entrevistado en la que se refleje su personalidad, as¨ª como cuantos datos reveladores sean precisos para situarle y explicar los motivos por los cuales se le interroga". Aunque, en esta ocasi¨®n, los datos personales iban en una peque?a biograf¨ªa que, como despiece, figuraba al lado de la entrevista.
Parece claro que los datos personales y familiares incluidos en la biograf¨ªa de la se?ora Dancausa eran no s¨®lo oportunos, sino necesarios. Y ha sido en las entrevistas de las se?oras Alberdi, Moreno y Le¨®n en donde se ha pecado por defecto. El redactor jefe de Madrid, Jes¨²s Duva, reconoce el fallo, pero discrepa de la lectora, "en que s¨®lo consideremos relevantes los datos biogr¨¢ficos cuando ¨¦stos relacionan al candidato con el conservadurismo. No es as¨ª. Simplemente se trat¨® de un error que yo asumo y que, si acaso, es disculpable s¨®lo en parte por el incremento de trabajo habido en la secci¨®n de Madrid durante la campa?a electoral".
Comprendemos el agobio de trabajo pero, como reconoce el propio redactor jefe, no puede servir de justificaci¨®n. La informaci¨®n resulta, al compararse, sesgada, y la coherencia obliga: datos personales para todas o para ninguna.
Los lectores pueden escribir a la Defensora del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensora@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero 91 337 78 36.
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