Provinciales

Vino a manifestar el presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n, poco antes de las elecciones del d¨ªa 25, que ¨¦l controlaba el Partido Popular en la provincia y que, caso de que hubiese aspirado a ser alcalde de la capital de La Plana, le hubiese resultado relativamente f¨¢cil colocarse el primero de la lista. Porque Carlos Fabra en la lista iba el 25M detr¨¢s del reelegido alcalde y ahora, gracias a las votaciones indirectas a partir de las cuales se constituyen las diputaciones, Fabra resultar¨¢ reelegido presidente de la provincial Diputaci¨®n. A quienes consideramos la provincia como una mala copia de los departamentos franceses, hecha por centralistas hispanos, nos hubiese gustado, por curiosidad, ver los resultados electorales de Carlos Fabra encabezando la lista de los conservadores de su pueblo. Nos hubiese gustado tambi¨¦n, y no por curiosidad, que el Bloc de Porcar y el PSPV-PSOE alcanzaran unos miles, no demasiados, de votos m¨¢s que hubieran hecho posible una coalici¨®n de gobierno municipal de centroizquierda, tras doce a?os de gobiernos municipales de derechas. No fue ni lo uno ni lo otro la noche electoral del 25, y la ciudadan¨ªa democr¨¢ticamente indic¨® que siguiera el actual alcalde Jos¨¦ Luis Gimeno.

Con dignidad y estoica entereza de ¨¢nimo ante unos resultados electorales no esperados, lo indic¨® el m¨¦dico Ignacio Sub¨ªas: "Los ciudadanos han votado y los ciudadanos no se equivocan". Sub¨ªas dirige la oposici¨®n municipal desde hace unos a?os y no tiene dobles lenguajes. El m¨¦dico milita en el PSOE, pero ante la adversidad electoral, la noche del 25, fueron sus convicciones democr¨¢ticas, m¨¢s que su filiaci¨®n partidista, quienes se hicieron due?as de sus palabras. Habl¨® el galeno de que no hab¨ªan sido capaces de llegar con su proyecto a los votantes y que decir la verdad era empezar a trabajar de nuevo por la ciudad de todos. Un trabajo que comporta iniciar una querella cuando el cemento anda m¨¢s que turbio. Porque las querellas las ha de iniciar una oposici¨®n, que se precie de tal, no para ganar o perder, sino para defender los intereses ciudadanos. Sub¨ªas mostr¨® su talla pol¨ªtica la noche del 25, y es alta y mueve a la consideraci¨®n y el respeto hacia nuestra clase pol¨ªtica.

Menos respeto y consideraci¨®n merecieron, la noche del 25, quienes un d¨ªa establecieron un ordenamiento electoral que exige superar la barrera del 5% de votos en tres provincias cuando la provincia es la circunscripci¨®n electoral. Superando la barrera del 5% de los votos en la decimon¨®nica provincia, el Bloc no puede enviar ning¨²n diputado a las Cortes Valencianas; otra agrupaci¨®n pol¨ªtica que no alcanza ese porcentaje env¨ªa uno. Este es un destartalado sistema electoral que deja sin representaci¨®n pol¨ªtica a minor¨ªas respetables, avaladas tambi¨¦n por democr¨¢ticos votos. Demasiadas contradicciones en estas elecciones auton¨®micas que son provinciales pero no lo son. La noche del 25, uno se fue a la cama pensando que la minor¨ªa danesa en el land alem¨¢n de Schlewig-Holstein tiene derecho en el parlamento regional a representaci¨®n pol¨ªtica con independencia del porcentaje de votos que obtenga. Y otro tanto tiene la minor¨ªa alemana en la regi¨®n danesa de Schleswig. La minor¨ªa del Bloc castellonense, a¨²n superando la barrera porcentual que exige la norma en la circunscripci¨®n electoral, se queda en lo ancho de la calle. Un agravio para esa minor¨ªa de miles de votos, que no se merecen los ciudadanos de las comarcas norte?as valencianas.