A codazos, entre los elegidos
Alonso, tercero del Mundial tras ser quinto en una carrera en la que el colombiano Montoya logr¨® el segundo triunfo de su vida
En el escenario m¨¢s impactante de la f¨®rmula 1. En el circuito de Montecarlo, donde un triunfo tiene un impacto brutal. Fernando Alonso volvi¨® a dar brillo a su leyenda con un extraordinario quinto puesto. Por delante de pilotos con coches mucho m¨¢s potentes que su Renault. Por delante del brit¨¢nico David Coulthard y su McLaren; del brasile?o Rubens Barrichello y su estratosf¨¦rico Ferrari. Antes que ellos lleg¨® a la meta Alonso, que sum¨® cuatro puntos valios¨ªsimos y desaloj¨® a Barrichello de la tercera plaza en la clasificaci¨®n general del Campeonato del Mundo. La victoria, la segunda de su vida, fue para el colombiano Juan Pablo Montoya y su Williams.
Si cualquier carrera supone un extraordinario ejercicio de precisi¨®n, en Montecarlo, en el circuito m¨¢s corto y lento que existe, la estrategia de cada escuder¨ªa tiene una importancia capital. Adelantar se convierte sencillamente en una quimera: ayer, excepto en la salida o en las entradas a los boxes, no se produjo ni un solo adelantamiento. Diecinueve curvas, entre ellas la Loews, en cuesta, la m¨¢s lenta: en primera y a 50 kil¨®metros por hora antes de entrar en el ¨²nico t¨²nel del Mundial. Y precisamente la t¨¢ctica pudo costarle un disgusto a Renault, que hizo entrar a Alonso a repostar por vez primera en la vuelta equivocada.
Part¨ªa el espa?ol el octavo, cerrando el grupo de los mejores, y lo que ten¨ªa delante no invitaba al optimismo. A su izquierda, Barrichello; m¨¢s all¨¢, el brit¨¢nico David Coulthard y su McLaren. Pero fue apagarse el sem¨¢foro rojo y el aceler¨®n de Alonso dej¨® clavado al suramericano. Gir¨® el volante a su izquierda y por ese hueco entr¨® para desgracia de Coulthard, que intent¨® cerrarle sin ¨¦xito.
Acostumbra Alonso a dejar un par de v¨ªctimas en cada salida -lo ha hecho en tres ocasiones- y esta vez no iba a ser menos, por mucho renombre que tuvieran. Se coloc¨® el sexto y enseguida se parti¨® en dos el pelot¨®n. Por delante, los ocho grandes, los de los cuatro mejor equipos: Williams, Ferrari, McLaren y Renault. Por detr¨¢s, los otros, con poco que decir, dada la desigualdad entre los b¨®lidos.
Repartidas las cartas, todo depend¨ªa de las estrategias. Todos hab¨ªan previsto dos paradas. De cu¨¢ndo y c¨®mo se produjeran saldr¨ªa el dibujo de la prueba. En el arranque, Montoya, que sal¨ªa el tercero, pas¨® al finland¨¦s Kimi Raikkonen y su McLaren. Delante iba el alem¨¢n Ralf Schumacher con su Williams. Se abri¨® un peque?o hueco entre ellos y el italiano Jarno Trulli, compa?ero de Alonso, a quien se peg¨® el germano Michael Schumacher. Pero ni siquiera el m¨¢s grande es capaz de inventarse un adelantamiento en un trazado que torna la carrera un desfile.
El primero de los de cabeza en detenerse fue Ralf Schumacher. Lo hizo en la 22? vuelta. Regres¨®, l¨®gico, en el octavo lugar. La entrada a los boxes de unos y otros hizo que Alonso fuera hacia arriba. Su turno le lleg¨® en la 29?. Ah¨ª le faltaron reflejos a Renault, que debi¨® mandarle parar en la anterior. Porque en esa vuelta Alonso estaba tras el brit¨¢nico Ralph Firman y su Jordan, al que iba a doblar. Al tener que reducir la velocidad, Coulthard, por detr¨¢s, le fue ganando tiempo. La parada de Alonso fue breve: 8,3 segundos. Deb¨ªa regresar el sexto, pero regres¨® el s¨¦ptimo. Coulthard le hab¨ªa ganado una plaza. Nada m¨¢s ocurri¨® hasta la siguiente entrada a repostar. El p¨²blico se entreten¨ªa contemplando los impresionantes barcos del muelle.
Tampoco la t¨¢ctica benefici¨® a Ralf Schumacher, que baj¨® hasta el cuarto puesto y a punto estuvo de estrellarse. Lleg¨® la segunda parada y las posiciones parec¨ªan definitivas con Alonso s¨¦ptimo. Sin embargo, en la 57? vuelta, a 19 del final, Trulli y Coulthard coincidieron en el garaje. Cuando salieron, en un tris estuvo el brit¨¢nico de embestir al italiano. Perdieron ah¨ª un tiempo y Alonso, que parece tener las carreras telegrafiadas en la cabeza, se aprovech¨®. Llev¨® su coche al pit lane y los mec¨¢nicos tardaron 6,2 segundos en cambiarle los neum¨¢ticos y cargar el dep¨®sito. En total, estuvo fuera 22 segundos, casi un r¨¦cord. Cuando volvi¨®, lo hizo el quinto, por delante de Trulli y Coulthard. Y ah¨ª qued¨®, firmando, de nuevo, una actuaci¨®n excepcional y manteni¨¦ndose a codazos entre los elegidos.
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