La pol¨ªtica y el terror
Cada atentado mortal de ETA sugiere dos niveles de lectura que no es pertinente disociar. El primero concierne a la tragedia humana, a la supresi¨®n por el acto terrorista de la vida de uno o de varios inocentes, a la mutilaci¨®n de otros. El dolor y la condena son sus dos facetas insoslayables. El segundo es el pol¨ªtico, no menos necesario porque el terrorismo etarra es pol¨ªtico en sus fines y se desarrolla dentro de un marco sociopol¨ªtico determinado. ?nicamente a partir del an¨¢lisis de este nivel resulta posible alcanzar una evaluaci¨®n del significado y del alcance de la ekintza, y preparar en consecuencia una respuesta capaz de hacer pagar a ETA y a su entorno el coste de la barbarie. A estas alturas de la historia, sabemos que la negativa a dar el segundo paso demuestra la falsedad del primero. Los lamentos de determinados pol¨ªticos vascos ante los cr¨ªmenes son s¨®lo un ritual de autojustificaci¨®n que se convierte en simple coartada y en signo de complicidad con los criminales, dado que al gesto de dolor no sigue una actuaci¨®n pol¨ªtica consecuente. M¨¢s bien lo contrario.
Lamentablemente, tal es el caso de los dirigentes del nacionalismo democr¨¢tico. Los hechos son incuestionables. Un ejemplo entre mil: tersa y frescachona como siempre, Bego?a Errazti, presidenta de EA, condena ante las c¨¢maras de televisi¨®n el atentado de Sang¨¹esa, reafirma su oposici¨®n y la del Gobierno vasco a la violencia y califica a ETA de "enemigo principal del pueblo vasco". Estupendo. S¨®lo que unas horas antes Errazti se ha opuesto a la simple inclusi¨®n de un anuncio de V¨ªctimas del Terrorismo en la televisi¨®n vasca, y ayer y hoy, lo mismo que sus socios de Gobierno, de Ibarretxe a Madrazo, lucha con todas sus fuerzas por mantener hasta el ¨²ltimo reducto de legalidad de ese "enemigo principal del pueblo vasco". Los nacionalistas "moderados" han elegido esa v¨ªa, ya que para ellos lo que cuentan son los fines. No les gustan los medios sanguinarios, pero el verdadero enemigo es Madrid. El resultado se ver¨¢ de inmediato: los muertos al hoyo y la palabra sagrada del "hombre de honor" Atutxa, antes hombre honorable (y blanco de ETA), al servicio pol¨ªtico de Josu Ternera y de Otegi. Claro que la siniestra confrontaci¨®n, animada desde las instituciones vascas, hace avanzar en la opini¨®n el respaldo al plan Ibarretxe, como se ha visto el 25-M. ETA tiene todo el inter¨¦s en aportar sus dosis de muerte para acelerar la ruptura.
Ante este panorama, hablar de alianzas transversales en el PSOE, por poco que guste el PP, equivale a sancionar esa deriva del Gobierno Ibarretxe y de PNV-EA hacia una fractura de incalculables consecuencias. No es cosa de "frentismos", ni de pol¨ªtica urbana, sino de coherencia con la toma de partido por la democracia y contra quienes amparan hoy por hoy a los portavoces legales del terror. En el resto de Espa?a hay un sistema democr¨¢tico donde tienen cabida los m¨¢s ¨¢speros enfrentamientos -aunque Aznar y Felipe Gonz¨¢lez har¨ªan bien en callarse m¨¢s de una vez-, pero en Euskadi se da un r¨¦gimen de excepci¨®n provocado por el terrorismo. La ¨²nica prioridad es la defensa de esa democracia. Debiera recordarlo Javier Rojo, teniendo en cuenta, en primer lugar, la norma habitual en Espa?a de que en coalici¨®n gobierne el partido m¨¢s votado, y sobre todo que en su caso, habiendo sido hace tres a?os quien pronunci¨® el elogio f¨²nebre de Fernando Buesa en la manifestaci¨®n de duelo tras su asesinato por ETA, resultar¨ªa injustificable la concesi¨®n por iniciativa suya del poder en ?lava a quienes profanaron la memoria de su compa?ero en aquella triste jornada al grito de ?Lehendakari aurrera!.
En la misma l¨ªnea, no es f¨¢cil entender que el PSOE olvide a la hora de pactar con IU lo que la pol¨ªtica de la IU vasca representa. Llamazares propone en Sang¨¹esa la uni¨®n de los dem¨®cratas contra el terrorismo, pero s¨®lo unas horas antes Madrazo, defensor de la legalidad de Batasuna y servidor eficaz del PNV, vota en contra del simple anuncio de V¨ªctimas del Terrorismo en las mismas pantallas donde hace unas semanas los encapuchados anunciaron el regreso de la muerte. Por muy federal que se pretenda, la coalici¨®n no puede actuar como si fuera una versi¨®n pol¨ªtica del ej¨¦rcito de Pancho Villa, donde cada cual hace lo que le viene en gana. Ser¨ªa ¨²til que la direcci¨®n del PSOE lo tuviera en cuenta, tanto en su estrategia de alianzas como en el imprescindible trazado de una pol¨ªtica para Euskadi.
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