Hay que pedir cuentas a Bush
Pero pocos han hecho las mismas afirmaciones en Estados Unidos, aunque "exagerar" sea una palabra demasiado suave para lo que hace la Administraci¨®n de Bush, constantemente. Cada vez resulta m¨¢s cre¨ªble que la opini¨®n p¨²blica fue manipulada para que apoyara una guerra contra Irak, debido al hecho de que la tergiversaci¨®n y el enga?o son un procedimiento operativo est¨¢ndar para esta Administraci¨®n, que distorsiona los hechos de forma sistem¨¢tica y descarada, hasta un punto ins¨®lito hasta ahora en la historia de Estados Unidos. ?Estoy excedi¨¦ndome? Mientras George W. Bush sorprend¨ªa a los periodistas declarando que hab¨ªamos "encontrado armas de destrucci¨®n masiva", el Comit¨¦ Nacional Republicano declaraba que el ¨²ltimo recorte de impuestos beneficiaba a "todos los contribuyentes". Eso es sencillamente mentira. Ya habr¨¢n o¨ªdo hablar de esos ocho millones de ni?os a los que se priv¨® de cualquier subvenci¨®n fiscal debido a un cambio de ¨²ltima hora. En total, 50 millones de hogares estadounidenses, incluida una mayor¨ªa con miembros de m¨¢s de 65 a?os, no obtendr¨¢n nada; otros 20 millones recibir¨¢n menos de 100 d¨®lares cada uno. Y una gran mayor¨ªa de los que se han quedado fuera pagan sus impuestos. Y la insolente desfiguraci¨®n de la elitista bajada de impuestos que no tiene nada o casi nada que ofrecer a la mayor¨ªa de los estadounidenses es s¨®lo la ¨²ltima de una larga serie de declaraciones falsas. Equivocar a la opini¨®n p¨²blica ha sido una estrategia constante del equipo de Bush con respecto a temas que van desde la pol¨ªtica fiscal hasta la reforma de la Seguridad Social, pasando por la energ¨ªa y el medio ambiente. Entonces, ?por qu¨¦ habr¨ªamos de dar al Gobierno el beneficio de la duda en lo referente a pol¨ªtica exterior?
Hace tiempo que lleg¨® la hora de pedir cuentas a esta Administraci¨®n. En los ¨²ltimos dos a?os nos hemos acostumbrado al patr¨®n de conducta. Cada vez que la Administraci¨®n nos sale con otra, los seguidores del partido, un grupo que incluye una gran parte de los medios de comunicaci¨®n, insisten obedientemente en que lo negro es blanco y en que arriba es abajo. Mientras tanto, los medios liberales se limitan a informar de que hay gente que dice que lo negro es negro y que arriba es arriba. Y algunos pol¨ªticos dem¨®cratas ofrecen a la Administraci¨®n una valiosa tapadera al poner excusas y restar importancia a la sarta de mentiras. Si esta misma falta de responsabilidad se extiende a los temas de guerra y paz, estamos en un serio apuro. Los brit¨¢nicos parecen verlo as¨ª: Max Hastings, el experto corresponsal de guerra -que apoy¨® la participaci¨®n brit¨¢nica en el conflicto-, escribe que "el primer ministro comprometi¨® las tropas inglesas y sacrific¨® vidas inglesas bas¨¢ndose en un enga?o, y eso apesta". Decir que Sadam era un tirano asesino no es una respuesta v¨¢lida. Podr¨ªa destacar que muchos de los neoconservadores que fomentaron esta guerra permanecieron indiferentes, o cosas peores, ante los asesinatos en masa realizados por los escuadrones de la muerte en Centroam¨¦rica en la d¨¦cada de los ochenta. Pero lo importante es que no se trata de Sadam: se trata de nosotros. La opini¨®n p¨²blica fue informada de que Sadam era una amenaza inminente. Si esa afirmaci¨®n era fraudulenta, la venta de la guerra es sin duda el peor esc¨¢ndalo de la historia pol¨ªtica estadounidense, peor que el Watergate, peor que el Irangate. Y lo cierto es que la idea de que nos enga?aron para entrar en guerra incomoda tanto a tantos analistas, que se niegan a admitir esa posibilidad. Pero he aqu¨ª el planteamiento que realmente deber¨ªa incomodarles. Supongamos que el Gobierno nos enga?¨® efectivamente para entrar en guerra. Y supongamos que no se le va a hacer responsable de sus enga?os, por lo que Bush podr¨ªa luchar en lo que Hastings llama unas "elecciones caqui" el pr¨®ximo a?o. En ese caso, nuestro sistema pol¨ªtico se habr¨¢ convertido en algo totalmente, y puede que irrevocablemente, corrupto.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Princeton. Traducci¨®n de News Clips
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