Entrevista
REALIZADAS ENTRE 1962 y 1975, las conversaciones entre el pintor Francis Bacon y el cr¨ªtico David Sylvester constituyen uno de los documentos m¨¢s intensos y estremecedores sobre arte de entre lo much¨ªsimo publicado al respecto durante el siglo XX. La primera edici¨®n inglesa que recog¨ªa todo este material data de 1975, y, desde entonces, no ha dejado de reeditarse y traducirse a m¨²ltiples lenguas, entre las que estuvo la nuestra. Ahora mismo, por ejemplo, acaba de aparecer una nueva versi¨®n castellana, en formato de bolsillo y con un inteligente pr¨®logo de J. F. Yvars, libro que lleva por t¨ªtulo: Entrevista con Francis Bacon, David Sylvester (Random House Mondadori). El cuarto de siglo aproximadamente que separa mi primera zambullida en dicho texto de la actual no ha atenuado en absoluto, no digo mi inter¨¦s, sino la conmoci¨®n que me produjo, porque lo que all¨ª dial¨¦cticamente se ventila, m¨¢s all¨¢, o, mejor, a trav¨¦s de las explicaciones personales que da Bacon sobre su peculiar modo de pintar, es lo que est¨¢ siendo el destino del arte contempor¨¢neo y el papel del artista, por lo menos mientras permanezca entre nosotros esta extra?a pr¨¢ctica surgida en la noche de los tiempos.
En un momento dado de la conversaci¨®n, Francis Bacon afirma que el arte de nuestra ¨¦poca se ha convertido totalmente en un juego con el que el hombre se distrae, lo que, a su juicio, puede ser tambi¨¦n fascinante porque pone mucho m¨¢s dif¨ªciles las cosas para el artista, ya que "debe realmente profundizar el juego para sacar algo en limpio". Pero, al profundizar en ese juego, se ara?a la costra endurecida de la realidad hasta hacer brotar la sangre de la vida, que fluye con mayor fuerza y frescura a trav¨¦s de los cortes imprevistos, all¨ª donde se esconden los misterios de la existencia. El m¨¢s perentorio entre ¨¦stos, para el tr¨¢gico animal simb¨®lico que somos, es, sin duda, la conciencia de la muerte, porque, con palabras de Bacon, "si la vida te estimula debe estimularte, como una sombra, su opuesto, la muerte".
Curiosamente, se acaba de reeditar en castellano La negaci¨®n de la muerte (Kair¨®s), de Ernst Becker, una obra que caus¨® sensaci¨®n cuando fue publicada en 1973, ya que remit¨ªa al falseamiento de nuestra existencia al rechazo actual de nuestra propia mortalidad, una huida de la realidad que nos impide parad¨®jicamente sacar un aut¨¦ntico provecho de la vida. Para Becker, lo creativo del artista consiste en no aceptar ninguno de estos trucos establecidos para la evasi¨®n, a favor de dar al problema una respuesta personal, algo dif¨ªcil y doloroso porque necesariamente te confina en la soledad. Desde esta perspectiva, el arte es, sin duda, un juego peligroso, vecino de la locura, al dejar a quien lo practica atrapado en su propia creaci¨®n; no obstante, ?c¨®mo no atreverse a practicar este juego fascinante que ilumina la vida desde la muerte para que la vida sea al m¨¢ximo lo que es?
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