F¨¢brica de sue?os

?A qui¨¦n quiere enga?ar, as¨ª de entrada, Jos¨¦ Luis Borau, un guionista y director de cine muy especial, y tocado desde siempre por el talento literario, con que es un escritor biso?o y que alguien -un editor, un amigo- le sac¨® de la gaveta este pu?ado de sorprendentes historias y con ellas, casi a la fuerza, ha salido este libro de relatos que dar¨¢ mucho que hablar? No a ¨¦l, ni tampoco al lector. Lo que le ha robado -ese

amigo, ese editor- no es una carpeta con proyectos cinematogr¨¢ficos, descartes, sue?os irrealizables, sofocos para un productor pusil¨¢nime.

Ser¨ªan, s¨ª, en su origen, acaso, sue?os sin cumplir, cortos sin posibilidades, pel¨ªculas sin financiaci¨®n, pero han acabado, como un pu?ado de relatos liberados de toda convenci¨®n. Camisa de once varas es un emocionante ejercicio de libertad creadora. Borau que ya lo es como director y productor (de s¨ª mismo) ha utilizado esa misma libertad que posee para lanzarse como escritor. Ha escrito una inquietante historia de hotel, con las ventanas bien abiertas al ruido juvenil de los s¨¢bados-noche y de las litronas. Ha escrito una emotiva carta a los mitos del cine, al Gordo y al Flaco, de su juventud (hay en muchos relatos continuas referencias a esa f¨¢brica de sue?os, donde respir¨® aire fresco su generaci¨®n, en aquella posguerra triste y atroz).

Pero, sobre todo, ha es

crito dos historias largas, hermos¨ªsimas y terribles, de "freaks", a lo Borau, con Tod Browning en la lejan¨ªa, dos extraordinarios relatos; uno, el de la cuadrilla de enanos para la pel¨ªcula de El mago de Oz, es en realidad una novela corta, una bella historia de amor, terrible como lo es (a¨²n m¨¢s) Ratones sin remedio, que empieza siendo un triste relato de posguerra, con "mutiladito" de la Cruzada y ni?a-bien madrile?a y acaba siendo la historia de amor m¨¢s hermosa y atrevida que uno ha le¨ªdo en mucho tiempo. Borau nunca se atrever¨¢ a hacer esta pel¨ªcula, por eso se ha hecho escritor, ahora, ins¨®lito y valiente. S¨ª, s¨ª, biso?o.