Verkerk descubre el precio de la fama

Martin Verkerk ya ha descubierto lo que significa haber llegado tan lejos. Hasta ahora hab¨ªa pasado inadvertido. Incluso tras su victoria sobre Carlos Moy¨¤. Pero todo cambi¨® cuando elimin¨® al argentino Guillermo Coria. ?l, tan tranquilo y abierto, casi perdi¨® los nervios esa noche al regresar a su hotel tras una cena con sus padres y allegados. Se encontr¨® con una c¨¢mara de televisi¨®n y explot¨®: "Hay que aprender a decir que no. Creo que no es justo que me est¨¦n esperando para saber si he celebrado el triunfo y a qu¨¦ hora me voy a dormir".

Lo cierto es que su vida se ha transformado. En todas partes se topa con fot¨®grafos que persiguen inmortalizar alguno de sus momentos privados. As¨ª, le est¨¢ costando encontrar la calma y la tranquilidad necesarias para afrontar la final contra Juan Carlos Ferrero.

"Ser¨¢ dura", confes¨® ayer Verkerk; "Ferrero es un jugador excelente. Pero he ganado a Moy¨¤ y Coria. ?Por qu¨¦ no voy a poder con ¨¦l". Ahora no quiere pararse en su escalada: "He logrado cosas que parec¨ªan muy lejos de mi alcance. Pero ganar Roland Garros es todav¨ªa un sue?o para m¨ª. Ni siquiera me estoy dando cuenta de lo que me est¨¢ pasando. Puede que lo descubra cuando el torneo concluya. Sin embargo, tengo claro que no quiero pararme aqu¨ª. Quiero ser el n¨²mero uno. Si pierdo, que sea por que Ferrero haya sido el mejor".

Verkerk ha recibido ya varias ofertas publicitarias. Pero, de momento, no ha querido atenderlas: "Mientras no acabe la competici¨®n, no escuchar¨¦ a nadie. Lo principal es esto. Es mucho para m¨ª. Roland Garros es uno de los torneos grandes y tengo una posibilidad de ganarlo. Jugar bien aqu¨ª es lo mejor que te puede ocurrir".

Tambi¨¦n sabe Verkerk que deber¨¢ sacar a un alt¨ªsimo nivel para derrotar a Ferrero, considerado el mejor tenista sobre tierra batida. Por lo pronto, ya es el primer holand¨¦s que ha conseguido llegar a la final parisiense. Tom Okker y Richard Krajicek, los mejores jugadores hist¨®ricamente de su pa¨ªs, no superaron nunca las semifinales. Okker perdi¨® ante el australiano Rod Laver en 1969 y Krajicek ante el estadounidense Jim Courier en 1993. Okker s¨ª jug¨® la final del Open de Estados Unidos en 1968, cuando fue derrotado por el norteamericano Arthur Ashe, y Krajicek fue campe¨®n de Wimbledon en 1996.