La obesidad infantil, una amenaza imparable
Los especialistas hablan de epidemia al duplicarse su incidencia en los menores espa?oles

En el hospital Cl¨ªnico de Zaragoza ingres¨® el mes pasado un adolescente de 16 a?os que med¨ªa 1,71 de altura y pesaba 177 kilos. Tras someterse a un tratamiento draconiano para bajar peso, sali¨® del centro con siete kilos menos, seg¨²n explica el doctor Jes¨²s Mar¨ªa Garagorri, profesor titular de Pediatr¨ªa de la Universidad de Zaragoza y presidente de la Sociedad Espa?ola de Endocrinolog¨ªa Pedi¨¢trica. Es el extremo l¨ªmite de una situaci¨®n que repite entre los menores espa?oles: el aumento dram¨¢tico de los casos de obesidad infantil.
Si en 1984 se estimaba que un 5% de los ni?os padec¨ªa esta enfermedad cr¨®nica -seg¨²n el estudio del catedr¨¢tico de Pediatr¨ªa de la Universidad de Zaragoza Manuel Bueno-, en este tiempo se han duplicado los casos, hasta alcanzar un 12% en los menores de 4 a 16 a?os, como indica el estudio auspiciado por la Comunidad de Madrid que elabor¨® el doctor Basilio Moreno, jefe de la unidad de Obesidad del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, en 2001, el ¨²ltimo realizado hasta la fecha.
"Las causas exactas no las conocemos, pero hemos establecido que no son gen¨¦ticas"
"Un ni?o que realiza actividad f¨ªsica, espont¨¢neamente tiende a comer sano"
Adem¨¢s, el sobrepeso de los ni?os llega ya al 30%. "Una cifra espectacular, porque es la antesala de la obesidad y es m¨¢s que probable que esos ni?os la padezcan de adultos", asegura el doctor Moreno, que tambi¨¦n es el presidente de la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Obesidad (SEEO). Para medir la obesidad, se utiliza el ¨ªndice de masa corporal (IMC), que se calcula a partir de la f¨®rmula: peso(kg) / talla(m2). En los ni?os, cuando el IMC supera el percentil 85, se habla de sobrepeso. Y si supera el 95, de obesidad.
Las estad¨ªsticas son muy parecidas en cuanto al g¨¦nero, el lugar de procedencia y la edad de los menores, por lo que es dif¨ªcil considerar un perfil del ni?o obeso. "Hace a?os hab¨ªa mucha diferencia entre lo que com¨ªa un ni?o en la ciudad o en el campo, pero ya se ha armonizado", precisa Moreno.
?Pero qu¨¦ est¨¢ pasando con los ni?os espa?oles? "Hay una epidemia de obesidad", afirma el doctor Fernando Rodr¨ªguez Artalejo, catedr¨¢tico de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, haci¨¦ndose eco de la opini¨®n de las sociedades m¨¦dicas especialistas. "Las causas exactas no las conocemos, pero hemos establecido claramente que no son gen¨¦ticas, sino m¨¢s bien por cambios ambientales".
As¨ª, apunta la "disminuci¨®n dram¨¢tica de la actividad f¨ªsica", propiciada por razones sociales. Por un lado est¨¢ el hecho de que ha disminuido el ocio activo de los ni?os -"ya apenas juegan en la calle, porque no es segura, por culpa del tr¨¢fico y otro tipo de amenazas como que pueda haber jeringuillas o el miedo de los padres a un secuestro", dice Rodr¨ªguez Artalejo- y se ha generalizado el ocio sedentario: ha aumentado el n¨²mero de horas frente al televisor, con el ordenador o el videojuego.
Por otro lado, el aumento de las rutas escolares hace que no sea tan habitual que los ni?os vayan andando al colegio, otro factor importante de ejercicio diario. "Muchos de estos problemas tienen que ver con el dise?o de las ciudades, donde apenas hay lugares para caminar", insiste
Rodr¨ªguez Artalejo. "La vida en urbanizaciones tan extensas a las afueras no favorece, porque obliga al transporte en coche y los ni?os est¨¢n aislados. Por eso muchos pa¨ªses est¨¢n de vuelta de este modelo que impera en nuestras grandes ciudades".
A todo ello se suma que en la dieta de los ni?os se abusa de az¨²cares y grasas, como explica Visitaci¨®n L¨®pez-Miranda, profesora de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid: "Hay un exceso de embutidos, bollos, mantequilla, az¨²cares en dulces o bebidas carbonatadas como fantas, coca-colas o batidos azucarados en la dieta de los ni?os".
Los buenos h¨¢bitos deben, en su opini¨®n, crearse en lo que denomina la infancia temprana, entre el primer y el quinto a?o de vida. "Hay que acostumbrar desde esta etapa al cr¨ªo a las diferentes texturas de los alimentos, a no depender de los sabores, porque, si toma mucho dulce, lo pedir¨¢; y, en general, orientarle a que coma de todo desde peque?o", explica.
"Un ni?o que realiza actividad f¨ªsica, espont¨¢neamente tiende a comer m¨¢s sano y probablemente no fumar¨¢ ni beber¨¢, lo que lleva a otros h¨¢bitos saludables", asegura Rodr¨ªguez Artalejo.
Por extensi¨®n, se impedir¨¢n los efectos perjudiciales de la obesidad. El primero que citan los pediatras es psicosocial: disminuye la estima personal, al no poder participar igual en las actividades de educaci¨®n f¨ªsica y, a la larga, deriva en dificultades de relaci¨®n. Adem¨¢s, se asocia a otros factores de riesgo como alteraciones l¨ªpido-sangu¨ªneas o aumento de la presi¨®n arterial. En situaciones extremas, indica Rodr¨ªguez Artalejo, se asocia tambi¨¦n a "la apnea obstructiva del sue?o", lo que implica que el ni?o duerma mal, e incluso a que aparezca diabetes tipo 2, de la que ya hay casos en Espa?a y que s¨®lo aparec¨ªa en adultos.
Una vez que se desarrolla la enfermedad, es dif¨ªcil hacerle frente. Porque las dietas estrictas no son f¨¢ciles de imponer a los cr¨ªos y porque no hay f¨¢rmacos de inhibici¨®n del apetito espec¨ªficos para ni?os. "Aunque suponemos que acabar¨¢n llegando", asegura Garagorri.
En general, se aplica una "medicina defensiva", donde se estudian los h¨¢bitos alimentarios de la familia del ni?o y se intenta, en una primera fase, que lleve una dieta normal. "Quitamos todo lo que sobra: el picoteo, la comida basura...". Si en tres meses no ha perdido, se le retira dr¨¢sticamente el exceso de grasa animal, de fritos, de az¨²cares y bebidas gaseosas y se le recomienda actividad f¨ªsica.
Si a¨²n no funciona, hay dos m¨¦todos: la dieta restrictiva y, m¨¢s radical, la hospitalizaci¨®n. "Curiosamente, el 100% se marchan con una p¨¦rdida notable de peso", dice Garagorri. En casos extremos como el de su paciente adolescente, la ¨²nica soluci¨®n es la cirug¨ªa.

El dec¨¢logo de prevenci¨®n
El mi¨¦rcoles se celebra en Madrid la jornada El modo de vida y la obesidad en ni?os y j¨®venes, organizada por el Foro Complutense, a la que asistir¨¢ la ministra de Sanidad, Ana Pastor, pediatras, soci¨®logos, urbanistas y nutricionistas. Al final se har¨¢ p¨²blico un dec¨¢logo de recomendaciones que adelanta este diario:
1) Una alimentaci¨®n nutricionalmente correcta y un modo de vida saludable, junto con el ejercicio f¨ªsico, son los mejores pilares para prevenir las enfermedades y la garant¨ªa de una vida sana.
2) La infancia es una etapa vulnerable desde el punto de vista nutricional, pues las necesidades de nutrientes son elevadas y el riesgo de deficiencias es mayor. En esta etapa se forman los h¨¢bitos alimentarios y deportivos. Por ello, promover la educaci¨®n nutricional y unas pautas de alimentaci¨®n saludables, junto con el ejercicio f¨ªsico moderado y continuado, deben ser una prioridad.
3) Los h¨¢bitos de vida de ni?os y adolescentes s¨®lo podr¨¢n mejorar si se cuidan tambi¨¦n la alimentaci¨®n y el modo de vida de los adultos.
4) Es responsabilidad de los educadores y de los padres establecer los h¨¢bitos de vida que definen la conducta de los ni?os, con pautas sobre lo que se come y cu¨¢nto se come, limitando las actividades sedentarias (televisi¨®n, ordenador, videojuegos) y fomentando el deporte.
5) La nutrici¨®n no es una lista de dietas. Hay que romper t¨®picos y entenderla como una ciencia compleja en la que queda mucho por investigar, pero en la que se han hecho avances. Los alimentos no son "buenos" o "malos", lo que importa es el equilibrio y la proporci¨®n.
6) La situaci¨®n nutricional de adolescentes y j¨®venes puede mejorarse con una estrategia que incida sobre el conocimiento, la actitud y la conducta. Se ha de recomendar una dieta equilibrada junto con el ejercicio f¨ªsico. La pr¨¢ctica deportiva es conveniente mas all¨¢ de sus beneficios f¨ªsicos, por su contribuci¨®n a la formaci¨®n integral de la persona.
7) En general, los j¨®venes toman menos cantidad de l¨ªquido de lo aconsejado. Se debe aumentar el consumo de agua, zumos o bebidas, hasta un m¨ªnimo de 2-2,5 litros al d¨ªa.
8) Es labor de las organizaciones sociales, p¨²blicas y privadas, complementar y facilitar la tarea de los padres de crear h¨¢bitos de vida saludables para ni?os y adolescentes. Particularmente los poderes p¨²blicos tienen una responsabilidad clave al decidir los programas de educaci¨®n y la planificaci¨®n del entorno urban¨ªstico.
9) Desde el punto de vista urban¨ªstico, las ciudades deben recuperar y desarrollar espacios para la pr¨¢ctica de h¨¢bitos de vida saludable.
10) En resumen, una alimentaci¨®n variada y equilibrada, con un aumento de la actividad f¨ªsica, tienen una repercusi¨®n positiva en la salud.
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