El valor de los votos
Las elecciones municipales han dado al PSOE de Andaluc¨ªa un triunfo claro que supone un nuevo espaldarazo a casi 25 a?os de apuesta, entrega y defensa de sus pueblos y ciudades y una nueva confirmaci¨®n del amplio y continuado consenso social del goza el proyecto socialista andaluz que encabeza Manuel Chaves.
En buena l¨®gica, la mera lectura de los resultados deber¨ªa servir para dar por zanjado cualquier debate sobre el sentido final de estas elecciones: el PSOE de Andaluc¨ªa ha ganado en n¨²mero de votos, en n¨²mero de alcaldes y en n¨²mero de diputados provinciales, y, cerrando el c¨ªrculo, ha crecido en m¨¢s de 80.000 votos y ha aumentado a¨²n m¨¢s su ventaja sobre el siguiente partido, el Partido Popular.
Los votos son todos iguales. No son m¨¢s o menos valiosos por el lugar donde se emiten ni por la procedencia social del votante
Los dirigentes populares han convertido en votantes de segunda a los que ejercen este derecho en el ¨¢mbito rural
Los datos nos muestran a las claras que el efecto del 25-M en Andaluc¨ªa se traduce, no s¨®lo en el crecimiento del PSOE, sino tambi¨¦n en la p¨¦rdida de posiciones del Partido Popular, lo que se explica en una sencilla lectura de los resultados de las ¨²ltimas tres elecciones municipales en Andaluc¨ªa. En efecto, si el PP perdi¨® en 1995 por 2,5 puntos de diferencias las municipales de aquel a?o, esa distancia se agrand¨® hasta los 6.5 puntos en la convocatoria de 1999 y, finalmente, en ¨¦stas ¨²ltimas de 2003, se ha ensanchado hasta los 7.5 puntos. En roman paladino esto significa ir hacia atr¨¢s, aunque desde el Partido Popular dicha progresi¨®n en negativo haya sido un curioso motivo de satisfacci¨®n. Si la se?ora Mart¨ªnez considera que estar a cada vez mayor distancia del PSOE es un buen camino, no ser¨¦ yo quien la desmienta pero, quiz¨¢s, debiera preguntarse, como Alicia en el Pa¨ªs de la Maravillas, que depende a d¨®nde quiera ir.
Asimismo, es verdaderamente sorprendente el escaso rigor y la superficialidad de determinados an¨¢lisis cuando se hacen ciertas lecturas del llamado voto urbano con las que algunos han querido ocultar el claro incremento del voto socialista. De hecho, 70.000 de los 80.000 votos m¨¢s obtenidos por el PSOE en las elecciones del 25-M respecto de las de hace cuatro a?os se depositaron justamente en ciudades con m¨¢s de 50.000 habitantes. E, igualmente, en las ciudades andaluzas que superan los 100.000 habitantes el PSOE ha subido en casi 47.000 votos, mientras el Partido Popular perd¨ªa 13.000. Y todo ello sin considerar las ¨¢reas metropolitanas, que son, con toda propiedad, voto urbano y que, en su mayor parte, han dado la mayor¨ªa al Partido Socialista.
La perplejidad ante los recursos malabares que utiliza el PP para considerar satisfactorios sus resultados electorales se convierte, sin embargo, en motivo de preocupaci¨®n cuando se pasa a descalificar el voto en funci¨®n de su procedencia. Hemos visto y o¨ªdo en los ¨²ltimos d¨ªas c¨®mo los dirigentes populares, han convertido en votantes de segunda a los que ejercen este derecho en el ¨¢mbito rural, un medio en el que los candidatos de la derecha cosechan derrota tras derrota, sin que niguno de sus representantes se pregunte cu¨¢les pueden ser los motivos de ese rechazo tan masivo como persistente.
Lo que se plantea desde estos portavoces de la derecha, desde visiones tan t¨®picas como rancias, es la vinculaci¨®n del mundo rural con el atraso, mientras se intenta identificar en exclusiva a las capitales de provincia con la modernidad. En realidad, al plantear esta falsa dicotom¨ªa, lo que se est¨¢ pretendiendo es identificar a los que votan al PSOE con el atraso y el subdesarrollo mientras se presenta a los que los que votan a la derecha como los m¨¢ximos representantes de la modernidad y del dinamismo econ¨®mico. Y nada hay menos cierto. Porque la realidad de nuestra comunidad es que, en absoluto, despu¨¦s de los avances en cohesi¨®n social y territorial que se han venido produciendo, el dinamismo econ¨®mico y social est¨¢ en proporci¨®n directa al tama?o de los municipios.
Adem¨¢s de ello, lo cierto es que el PSOE, en estas elecciones, ha ganado en 26 de las 51 localidades cuya renta familiar por habitante subi¨® en el quinquenio 95-2000 m¨¢s de un 50%, es decir, los m¨¢s din¨¢micos econ¨®micamente. Que el PSOE ha ganado en la mayor¨ªa de los 88 municipios andaluces que superan los 7.800 euros de renta familiar disponible por habitante, es decir los que tienen m¨¢s riqueza. Que el PSOE ha ganado tambi¨¦n en la mayor¨ªa de los 26 municipios de Andaluc¨ªa con menor edad med¨ªa poblacional, es decir, los m¨¢s din¨¢micos demogr¨¢ficamente; en concreto en 14 de estos 26, frente a los 7 donde gan¨® el PP.
Que, a partir de estos datos que cualquiera puede contrastar, se insista en intentar levantar ese nuevo t¨®pico, es una muestra m¨¢s de ignorancia de la realidad o de mala fe hacia Andaluc¨ªa. O de ambas cosas.
El abc de la democracia, que a algunos todav¨ªa se les atraganta, es que los votos son todos iguales. No son m¨¢s o menos valiosos por el lugar donde se emiten ni por la procedencia social de los electores ni, tampoco, lo son por la tendencia pol¨ªtica que los ciudadanos escogen en un ejercicio libre y responsable de su libertad de elecci¨®n.
Esta es una lecci¨®n que animo a asumir de una vez a los dirigentes populares. Y otra es que el PSOE sigue teniendo la confianza mayoritaria de los andaluces pese a estrategias de acoso desde el Gobierno central, una estrategia para la que no han renunciado a practicar la discriminaci¨®n hacia nuestra comunidad, el m¨¢s descarado agravio en su pol¨ªtica de inversiones, que le ha llevado incluso al insulto al calificar a los andaluces de indolentes y con la que intentan poner en cuesti¨®n la capacidad de trabajo, esfuerzo e innovaci¨®n de Andaluc¨ªa.
Los socialistas conocemos la ra¨ªz, la causa real del respaldo continuado que obtenemos en Andaluc¨ªa desde las elecciones municipales de 1979 y esas causas no son otras que el trabajo de miles de concejales y alcaldes dedicados el progreso de sus pueblos y ciudades, un esfuerzo que ha contribu¨ªdo decisivamente a la transformaci¨®n de Andaluc¨ªa.
Se tome desde la perspectiva que se tome, el PSOE-A sale de estas elecciones reforzado en su papel de primera fuerza pol¨ªtica en Andaluc¨ªa, como el partido de preferencia del mayor n¨²mero de andaluces y en el mayor n¨²mero de ayuntamientos -238 alcaldes m¨¢s que el PP y 290.000 votos m¨¢s-.
Esta nueva muestra de confianza por parte de los andaluces es un est¨ªmulo para nosotros, los socialistas. Un est¨ªmulo para seguir trabajando, con todos, con todas, en el progreso y la modernizaci¨®n de nuestra tierra.
Gaspar Zarr¨ªas Ar¨¦valo es consejero de la Presidencia de la Junta de Andaluc¨ªa.
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