Lo que cuenta es el negocio
No quiero escandalizarme ante el hecho de que un hombre y una mujer se vayan a forrar gracias a sus confesiones m¨¢s privadas. Ocurre todos los d¨ªas. Bill y Hillary Clinton han descubierto la rentabilidad que les pueden reportar sus devaneos e infidelidades y se lanzan a la plaza p¨²blica sin verg¨¹enza. El hecho de que se trate de un ex presidente y una senadora del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo es secundario. Aqu¨ª lo que cuenta es el negocio. Aquella lluvia angustiosa entre bambalinas se ha convertido en una de verdad: en forma de millones de d¨®lares, a partes casi iguales. Adem¨¢s, por qu¨¦ van a ser menos ellos si la tercera en la discordia vive del cuento desde hace varios a?os. Espero que tambi¨¦n se anime la hija Chelsea y, por qu¨¦ no, el perro Buddy. Hasta sus ladridos deben tener un precio prohibitivo en el obsceno mercado en que vivimos.
Pero sobre todo no olviden cuando se decidan a comprar tama?as basuras que la pareja infeliz ocup¨® la Casa Blanca mientras centenares de bombas ca¨ªan sobre Irak en 1998 para desviar la atenci¨®n de sus deslices privados. O sea que si hoy se forran no ser¨ªa descabellado pedir responsabilidades judiciales por aquellas decisiones que costaron tantas vidas humanas.
Seamos serios a la hora de buscar historias emocionantes. En Chile hay una mujer llamada Carmen Vivanco, de 87 a?os, que lleva casi treinta a?os buscando a sus cinco familiares desaparecidos. En Irak hay una mujer llamada Wafa Jerala, de 38 a?os, que ha pasado 17 a?os encarcelada y que acaba de encontrar a sus cuatro familiares desaparecidos. En cualquier parte del mundo hay mujeres an¨®nimas y valientes que llevan a?os luchando con gran dignidad por los verdaderos valores de este mundo y tienen mucho m¨¢s que decir que la se?ora Hillary Clinton.
Pidan el libro de reclamaciones y protesten porque les est¨¢n dando gato (las tonter¨ªas morbosas de una pareja list¨ªsima de bobalicones) por liebre (la emoci¨®n y el pundonor de las hero¨ªnas de verdad).
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