La revoluci¨®n de los curas obreros
Un obispo de Barcelona asiste al XV Encuentro Internacional de este movimiento sacerdotal marginado por la jerarqu¨ªa
Decidieron quitarse la sotana, enfundarse el mono para trabajar en la f¨¢brica y renunciar a la paga del Estado. Son los curas obreros. No cobran por impartir los sacramentos y encuentran en las parroquias de los barrios un espacio para demostrar que hay otra forma de entender la fe. Una cuarentena de estos sacerdotes, procedentes de 10 pa¨ªses europeos, celebran en Barcelona su XV Encuentro Internacional. El movimiento, que naci¨® en los suburbios de Par¨ªs, tuvo su punto ¨¢lgido en las ciudades espa?olas despu¨¦s del Concilio Vaticano II, en 1965. El obispo Joan Carreras, auxiliar del cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles, asisti¨® el s¨¢bado a la jornada inaugural del encuentro, que se cierra hoy en la Casa de Ejercicios San Ignacio, en el distrito de Sarri¨¢.
En el caso de Catalu?a, los curas obreros fueron claves en los a?os sesenta y setenta en las movilizaciones populares de Sabadell, Terrassa, Santa Coloma de Gramenet, Nou Barris (Barcelona), Badalona y el Baix Llobregat. Muy cr¨ªticos con la jerarqu¨ªa de la ¨¦poca, por contemporizar con el r¨¦gimen dictatorial, supieron conectar con la poblaci¨®n de los pol¨ªgonos reci¨¦n levantados, reivindicando servicios b¨¢sicos y ensayando estrategias pol¨ªticas en la clandestinidad. El obispo Carreras destac¨® el s¨¢bado "el testimonio personal" de los curas obreros. "Ha sido excelente", dijo. Dos de esos sacerdotes, Lluis Hern¨¢ndez y Federico Prieto, llegaron a ser alcaldes de Santa Coloma de Gramenet y de Cornell¨¢, respectivamente.
La realidad del movimiento, tanto laboral como eclesial, qued¨® recogida en un trabajo presentado por Julio P. Pinillos, cura en el barrio de Vallecas (Madrid), que acaba de concluir la Cr¨®nica del Movimiento de Curas Obreros en Espa?a. Muchos se casaron y abandonaron el sacerdocio, pero quedan algo m¨¢s de 100 trabajando en distintos sectores de la producci¨®n: metal¨²rgicos, electricistas, carpinteros, limpiavidrieros, basureros, campesinos, ATS, peones de la construcci¨®n, oficinistas...
El cura Jaume Sayrach responsabiliz¨® al inmovilismo de la Iglesia del declive del movimiento a partir de 1970. A diferencia de Francia, donde la jerarqu¨ªa se mostr¨® comprensiva, en Espa?a hubo menos entendimiento y esa actitud de la Iglesia oficial fue determinante para que algunos curas obreros se inclinaran por el compromiso pol¨ªtico mientras "la dimensi¨®n trascendental de la fe se difuminaba", dice Sayrach,
El jesuita Ramir P¨¤mpols, que estuvo en el barrio de Bon Pastor y trabaj¨® en La Maquinista, lamenta que no se haya hecho justicia con el movimiento de curas obreros. Se tiende a creer que limitaron su labor a prestar parroquias para que las organizaciones clandestinas se reunieran, afirma.
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