El presidente mauritano aplasta el golpe y sus partidarios celebran la victoria
El jefe de los sublevados muere en los combates tras negarse a rendirse a las fuerzas leales
En la avenida Charles de Gaulle de Nuakchot celebraban ayer el final del golpe de Estado en Mauritania cientos de personas. Eran todos aquellos que ten¨ªan mucho que perder si hubiera triunfado la intentona del coronel Sal¨¢ Uld Hnana contra el presidente, Maauiya Uld Tay¨¢. Recorr¨ªan con sus coches de gran cilindrada la principal arteria de la capital. "?Victoria, victoria!", gritaban los fieles del presidente poco antes de escuchar su breve alocuci¨®n por televisi¨®n para afirmar que controlaba "por completo" la situaci¨®n.
Era el mediod¨ªa de ayer y la intentona de golpe de Estado se daba por concluida. La gente af¨ªn al r¨¦gimen del presidente mauritano se sent¨ªa aliviada. "El orden ha triunfado", proclamaban. "Los radicales no llegar¨¢n al poder", dec¨ªa un joven desde su todoterreno.
Poco despu¨¦s, la radio y la televisi¨®n, que hab¨ªan estado tomadas por los golpistas, restablecieron su programaci¨®n. "Oficiales del Ej¨¦rcito nacional", afirm¨® entonces Uld Tay¨¢ ante los micr¨®fonos, "se han apoderado de una unidad que posee sobre todo carros de combate". Neutralizarles "ha llevado un cierto tiempo porque ha sido necesario destruir, uno por uno, hasta el ¨²ltimo carro de la unidad".
La intentona golpista, que comenz¨® en la madrugada del domingo, fue capitaneada por el ex coronel Sal¨¢ Uld Hnana expulsado del Ej¨¦rcito hace un a?o por su supuesta vinculaci¨®n con los movimientos baazistas pro iraqu¨ªes. El coronel golpista habr¨ªa muerto durante los enfrentamientos, seg¨²n indican varias fuentes. Tambi¨¦n result¨® muerto el jefe de Estado Mayor del Ej¨¦rcito, el general Mohamed Lemin Uld Ndiayan, que, el domingo, se neg¨® a rendirse a las fuerzas sublevadas.
Refuerzos
La ma?ana de ayer estuvo a¨²n marcada por un ¨²ltimo duelo de artiller¨ªa. Eran los ¨²ltimos estertores de los rebeldes con los que acabaron r¨¢pidamente las unidades leales al r¨¦gimen que llegaron para ayudar a la Gendarmer¨ªa y a la Guardia Nacional que tambi¨¦n hab¨ªan permanecido fieles.Estos refuerzos se trasladaron, por la noche, de Attar, la regi¨®n de d¨®nde es originario el presidente, hasta la capital.
Ayer al anochecer no subsist¨ªa ninguna bolsa de resistencia. Una fuente oficial achac¨® los disparos espor¨¢dicos que se o¨ªan a ¨²ltima hora al intento de los leales de impedir que los amotinados emprendieran la huida. "Disparamos contra ellos", comentaban satisfechos los soldados leales al Gobierno. "El golpe termin¨®", aseguraba orgulloso un militar que hac¨ªa guardia frente a una Embajada occidental. "Volvemos a tener el control".
Los combates comenzaron en la madrugada del domingo, cuando los militares insurgentes atacaron el palacio presidencial, del que lograron adue?arse, y fueron repelidos por las tropas leales a Uld Taya. El balance de v¨ªctimas mortales y de heridos es elevado, a juzgar por los comentarios de algunos m¨¦dicos, pero no hay a¨²n datos fidedignos. Entre los fallecidos hab¨ªa no s¨®lo militares sino tambi¨¦n civiles.
La sublevaci¨®n militar se produjo despu¨¦s de que, tras los atentados integristas de Casablanca, las autoridades mauritanas practicaran decenas de detenciones entre los islamistas sospechosos de que podr¨ªan emular el ejemplo marroqu¨ª. A principios de mes 32 personas fueron acusadas de "compl¨® contra el orden institucional, incitaci¨®n a atentar contra la seguridad interior y exterior, y creaci¨®n de organizaciones no autorizadas". Miles de personas se manifestaron entonces contra esas detenciones, entre las que se encontraban profesores de Universidad.
Existe un amplio malestar entre la poblaci¨®n debido a las estrechas relaciones del Gobierno de Uld Tay¨¢ con Israel. En 1999 Mauritania se convirti¨® en uno de los tres Estados de la Liga ?rabe que mantiene plenas relaciones diplom¨¢ticas con Israel. El Estado jud¨ªo ha suministrado al pa¨ªs cooperaci¨®n para la construcci¨®n de un hospital y el desarrollo de su pobre agricultura. Fuentes diplom¨¢ticas aseguran que tambi¨¦n proporciona apoyo a la seguridad del presidente..
Uld Taya, de 62 a?os, lleg¨® al poder en diciembre de 1984 tras un golpe de Estado. Antiguo coronel del Ej¨¦rcito, se anim¨®, sin embargo, a organizar elecciones presidenciales en 1992 y 1997 en las que obtuvo una mayor¨ªa aplastante. La oposici¨®n asegur¨® entonces que la consulta hab¨ªa sido ama?ada.
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