Los iraqu¨ªes se niegan a entregar las armas
A falta de cinco d¨ªas para que se cumpla el plazo, el pr¨®ximo d¨ªa 14, dado por EE UU para que los iraqu¨ªes entreguen voluntariamente sus armas, los resultados son decepcionantes. El teniente Coppenbarger, de la polic¨ªa militar norteamericana, admite que hasta ahora "s¨®lo han sido entregados cuatro Kal¨¢shnikov, cinco lanzagranadas RPG y un sorprendente veh¨ªculo no tripulado de reconocimiento fotogr¨¢fico hecho en Alemania". En muchas comisar¨ªas de Bagdad, donde sestean unos agentes iraqu¨ªes sin armas ni coches ni paga, no han recogido ni un fusil. Los militares norteamericanos se plantean que, de seguir as¨ª las cosas y una vez vencido el plazo, realizar¨¢n registros casa por casa.
El Ej¨¦rcito de EE UU s¨®lo pretende requisar las armas pesadas como lanzagranadas o ametralladoras y permite conservar a los iraqu¨ªes todas aquellas que sean de calibre 7,62 mil¨ªmetros, como el Cetme de la mili espa?ola y el Kal¨¢shnikov, o inferior. La tarea no es f¨¢cil. El oficial de la polic¨ªa militar norteamericana explica que, por una parte, "los que tienen las armas m¨¢s peligrosas son los Al¨ª Bab¨¢s " y que por otra "est¨¢ el hecho de que la gente en este pa¨ªs siempre ha tenido armas". Adem¨¢s, a?ade, "tienen mucho miedo a la polic¨ªa desde los tiempos de Sadam y tampoco conocen a¨²n las maneras americanas. A veces mandan a la abuela a entregar el AK-47".
El teniente Coppenbarger afirma que no se han planteado pagar por cada arma entregada, como se hizo en algunos procesos de desmilitarizaci¨®n en pa¨ªses de Centroam¨¦rica, ni tampoco han previsto conceder licencias. "Ser¨ªan falsificadas casi al instante". Pese a todo, el teniente asegura que ya se han abierto 31 comisar¨ªas conjuntas de norteamericanos e iraqu¨ªes, que han descendido los partes de delitos y que los delincuentes -"muchos de ellos son parte de los 10.000 presos que Sadam Husein excarcel¨® el pasado oto?o"- son detenidos a veces por los propios vecinos del barrio.
Es cierto que la seguridad va mejorando, que el n¨²mero de patrullas nocturnas ha aumentado y que o¨ªr disparos por la noche es cada vez menos frecuente. Pero tambi¨¦n es verdad que a¨²n existe el toque de queda, los comerciantes abren sus tiendas s¨®lo hasta la hora de comer y que las mujeres, que en Irak alcanzaron un nivel de igualdad sin parang¨®n en el mundo ¨¢rabe, han desaparecido de las calles de Bagdad por temor a los secuestros, a excepci¨®n de las ni?as y las ancianas.
El comisario mayor Mohamed Faron, de la comisar¨ªa de Al Sadun, en el centro de Bagdad, afirma que all¨ª "nadie ha entregado ning¨²n arma". Dice que son 67 agentes, que a veces hacen patrullas conjuntas con los norteamericanos, pero que carecen de coches y que les deben el sueldo desde marzo. "En tres meses s¨®lo hemos recibido los 20 d¨®lares de emergencia que nos dieron los americanos". En la comisar¨ªa de Al Mesbeh, situada en una zona comercial de la capital iraqu¨ª y que fue saqueada tras la ca¨ªda de Sadam, el teniente Al¨ª Abd Ganin cuenta que "s¨®lo han sido entregados tres AK-47". "Somos 60 agentes y s¨®lo tenemos 15 pistolas. ?Qu¨¦ podemos hacer frente a fusiles ametralladores? Si no podemos defendernos nosotros, ?c¨®mo vamos a defender a los vecinos? Aqu¨ª no hacemos nada", afirma sacudiendo el polvo de una mesa completamente vac¨ªa de papeles.
Los detenidos, que pese a todo los hay, son entregados a las fuerzas norteamericanas, que posteriormente los trasladan al aeropuerto. Las armas requisadas son destruidas.
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