Delito de lesa democracia
Hay personas indeseables en todos los ¨¢mbitos de la vida. En todas las profesiones y organizaciones. Tambi¨¦n en los partidos, y en las listas electorales que hacen los partidos. En ellos hay, inevitablemente, gente susceptible de ser corrompida, pol¨ªtica y econ¨®micamente. Por eso no podemos consentir, sin un da?o devastador para la moral ciudadana, que la democracia efectiva -el gobierno del pueblo- se haga depender de las conspiraciones de corruptores y corrompidos para traicionar el signo pol¨ªtico de los Gobiernos decididos por ese pueblo.
Si en Madrid no gobierna la izquierda se producir¨¢ un golpe grav¨ªsimo a la capacidad de los ciudadanos de poder elegir qu¨¦ gobierno desean, y una lesi¨®n irreparable a nuestra conducta c¨ªvica.
La mayor¨ªa progresista puede y debe reivindicar su legitimidad para gobernar Madrid
En la operaci¨®n perpetrada el d¨ªa 10 de junio en la Asamblea de Madrid hay sin duda unos beneficiarios individuales, el diputado y diputada que robaron la presidencia y la mayor¨ªa de la Mesa de la Asamblea a la izquierda. Y hay un beneficiario pol¨ªtico objetivo, el Partido Popular. Ya lo ha sido con la elecci¨®n de la Mesa. Pero toda esa operaci¨®n s¨®lo tiene un completo sentido: que el Partido Popular gobierne la Comunidad de Madrid los pr¨®ximos cuatro a?os.
La hip¨®tesis de la que cabe partir, por tanto, es que la derecha pol¨ªtica y econ¨®mica, desde la propia noche electoral, no ha querido aceptar el resultado de las urnas, del que se desprend¨ªa que no iba a gobernar en la Comunidad. Desde entonces, no ha cesado de maquinar para impedir que se consumase ese resultado.
La Comunidad de Madrid -la primera de Espa?a en poder econ¨®mico- es demasiado importante y poderosa. CajaMadrid, Telemadrid, el urbanismo trepidante, los enormes negocios inmobiliarios, los grandes centros empresariales nacionales y multinacionales ubicados en la capital de Espa?a, el horizonte de las olimpiadas, etc¨¦tera... Y, adem¨¢s, Madrid como escaparate / trampol¨ªn para un posible triunfo progresista en 2004.
Si la democracia lleva al poder a los socialistas, hay que manipular la democracia. Da toda la impresi¨®n que esa fue la consigna. Las consecuencias las conocemos hoy.
S¨®lo hay una forma de que el Partido Popular -que est¨¢ en el Gobierno del Estado- salga limpio e inocente, a los ojos de la opini¨®n p¨²blica, de este delito de lesa democracia. Y esa forma es respetar escrupulosamente lo que los ciudadanos de la Comunidad de Madrid han querido y han expresado, sin lugar a dudas: que PSOE e IU sean la mayor¨ªa pol¨ªtica.
Si el PP se beneficiara, por acci¨®n u omisi¨®n, de lo que los corruptos han planeado les dar¨ªa la raz¨®n y, abrir¨ªa paso a pr¨¢cticas propias de rep¨²blica bananera. Si cayese en esa tentaci¨®n sabr¨ªamos que la derecha pol¨ªtica est¨¢ detr¨¢s de la operaci¨®n m¨¢s detestable y tenebrosa conocida en nuestra democracia.
Los posibles errores del PSOE en la elaboraci¨®n de listas son un problema que se tendr¨¢ que abordar, despu¨¦s de pedir disculpas al electorado, como se ha hecho. Sin embargo, la responsabilidad del partido socialista no es la cuesti¨®n de fondo aqu¨ª. Lo que est¨¢ en juego en estos momentos es si dos diputados indecentes, susceptibles de ser corrompidos, y unas fuerzas muy poderosas, susceptibles de corromper, pueden cargarse la voluntad de los votantes. Y eso depende s¨®lo del Partido Popular, con su actitud ante la votaci¨®n de investidura.
La mayor¨ªa progresista puede y debe reivindicar su legitimidad para gobernar Madrid, sin necesidad de nuevas elecciones. Quien lo niegue, niega la democracia. Porque a lo que estamos asistiendo -y esa es la verdadera amenaza- es a un ataque brutal a la democracia. Resistirlo debe ser un compromiso de todas las fuerzas pol¨ªticas.
Si la derecha organizada en el PP colabora con la corrupci¨®n para romper la voluntad de los madrile?os, ¨¦stos estar¨¢n legitimados -y lo har¨¢n- para culpar a esa derecha pol¨ªtica de complicidad, cuando no de autor¨ªa directa. En ese caso, el Gobierno de la Comunidad en manos del PP, sin el apoyo social mayoritario, constituir¨¢ un atropello insostenible, por estar fundamentado en una ofensa, en un desprecio a la dignidad de los madrile?os.
De tal desatino habr¨¢ que sacar algunas lecciones. Una de ellas es que la etapa de dominio de la derecha pol¨ªtica y social en Espa?a ha trasladado tal fuerza a sectores econ¨®micos determinados, a poderes privados, que ya se creen en condiciones de sobreponerse a la pol¨ªtica, a las instituciones, a los partidos, a la esencia de lo que la democracia es: que si los ciudadanos convergen para hacer una mayor¨ªa social, esa mayor¨ªa tiene derecho a decir qui¨¦n les gobernar¨¢.
Diego L¨®pez Garrido es diputado socialista en el Congreso. Ricardo Peralta es abogado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- VI Legislatura CAM
- Asamblea Madrid
- Caso Tamayazo
- Transfuguismo
- Eduardo Tamayo
- Mar¨ªa Teresa S¨¢ez
- Gobierno Comunidad Madrid
- PP Madrid
- PSOE
- Parlamentos auton¨®micos
- PP
- Corrupci¨®n pol¨ªtica
- Parlamento
- Gobierno auton¨®mico
- Corrupci¨®n
- Conflictos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Delitos
- Comunidad de Madrid
- Espa?a
- Pol¨ªtica