Un hombre ejemplar

La colecci¨®n Biograf¨ªas de Ariel se distingue por su irregularidad, ya que entre sus t¨ªtulos coexisten las biograf¨ªas solventes (como la Isabel I de Luis Su¨¢rez), las monograf¨ªas solventes que no son biograf¨ªas (como el Abderram¨¢n III de Joaqu¨ªn Vallv¨¦) y las p¨¦simas biograf¨ªas que no son sino caricaturas (como el Felipe V, esclavo de sus mujeres, de Philippe Erlanger). El libro dedicado a Tom¨¢s Moro se cuenta por suerte entre aquellos que cumplen todos los requisitos para satisfacer las exigencias del p¨²blico, deseoso de acercarse con garant¨ªas a su figura, como pod¨ªa esperarse de su autor, que es el fundador y actual director del Centro de Estudios Tom¨¢s Moro de Dallas (Tejas) y, por tanto, un profesional que ha consagrado buena parte de su vida acad¨¦mica a la investigaci¨®n de la figura del gran humanista y estadista londinense.

Tom¨¢s Moro, por otra parte, es de aquellos personajes que despiertan un profundo inter¨¦s en todos aquellos que tienen la oportunidad de conocerlo, s¨®lo sea superficialmente, debido a lo atractivo de su car¨¢cter, a lo vers¨¢til de su actividad, a lo ejemplar de su conducta tanto en la vida como ante la muerte. Abogado de prestigio, juez intachable, humanista preocupado por el perfeccionamiento del hombre y de la sociedad, cat¨®lico empe?ado en la reforma de la Iglesia y hombre de Estado que alcanz¨® la suprema magistratura de Inglaterra su prueba de fuego lleg¨®, como es bien sabido, cuando hubo de oponerse al divorcio de Enrique VIII y a la ruptura con Roma impulsada por el rey y sus consejeros. Una postura que, tras un juicio irregular y una sentencia inicua, le condujo al pat¨ªbulo.

?ste es el material manejado

por su bi¨®grafo, que adem¨¢s se ocupa de rese?ar los rasgos m¨¢s destacados de su vida privada. Entre ellos, su apuesta por unas relaciones familiares basadas en el mutuo amor, su sentido de la amistad ("un hombre nacido y hecho para la amistad", seg¨²n las palabras de Erasmo), su pasi¨®n por la filosof¨ªa y las artes (en detrimento a veces de otras obligaciones), su debilidad por las comodidades del hogar, su gusto por la conversaci¨®n y su permanente inclinaci¨®n al humor y la broma, que llevar¨ªa hasta el cadalso, cuando le pidi¨® al verdugo que le dejara poner su larga barba sobre el tajo: "As¨ª, de camino, me la corta".

La obra, que se enriquece con una serie de ap¨¦ndices (la relaci¨®n de sus viajes, el cuadro familiar, la cronolog¨ªa de su vida y la lista de sus escritos), quiz¨¢ emplea abusivamente alg¨²n concepto (como el de "emperador" aplicado a Enrique VIII), quiz¨¢ no discute lo suficiente los motivos de la tardanza de la Iglesia en elevarlo a los altares y quiz¨¢ no concede el espacio debido a su obra m¨¢s difundida, la Utop¨ªa, esa inmortal reflexi¨®n sobre la sociedad perfecta, basada en pocas leyes, elecciones populares y la supresi¨®n de la propiedad privada, fuente de todos los males. Sin embargo, en su conjunto resulta ser una biograf¨ªa muy completa para uso del lector culto que quiera ampliar su visi¨®n del personaje magistralmente retratado por Fred Zinnemann en su conocida obra cinematogr¨¢fica A man for all seasons, entre nosotros Un hombre para la eternidad. Un hombre que desde luego por su entereza moral puede servir de faro para los tiempos de tribulaci¨®n.