El Mundial de las colinas
Mugello, la pen¨²ltima carrera del Mundial, fue toda de los italianos. La anterior, Le Mans, hab¨ªa llevado firma espa?ola, es decir catalana (Fonsi Nieto sabr¨¢ perdonar la generalizaci¨®n: la recta de Montmel¨® calca la antigua carretera de Mollet a Lliss¨¤ donde se probaban las Derbi salidas de la cercana factor¨ªa que hicieron grande a su t¨ªo). A estas alturas, parece que el Mundial sobre dos ruedas es una cuesti¨®n entre las dos orillas del Mediterr¨¢neo.
Italia va por delante. Ayer, en Montmel¨®, su leyenda volvi¨® a escribirse. La m¨ªtica MV Augusta de Agostini tiene por fin sucesora en la Ducati de Loris Capirossi: una marca bolo?esa para un piloto bolo?¨¦s, como bolo?¨¦s fue tambi¨¦n Guglielmo Marconi, el inventor de la radio, que colabor¨® con Ducati cuando ¨¦sta fabricaba condensadores para radiotransmisores. Una mitolog¨ªa a la altura de Ferrari.
El motociclismo italiano es un asunto de colinas suaves de la vertiente adri¨¢tica. Capirossi, que mont¨® su primera moto a los cinco a?os -una Italjet- deb¨ªa plegar por las curvas que llevan hasta San Luca y de ah¨ª a lo alto de la Futa, en plenos Apeninos, a mitad de camino de Florencia.
Il dottore, Valentino Rossi, no parec¨ªa ayer muy triste con la victoria de su colega a pesar de lo poco que le gusta quedar segundo. Como el insigne pintor Rafael, Rossi es de Urbino, en la regi¨®n de las Marcas: un paisaje que, desde la costa de P¨¦saro, procede hacia el interior con mont¨ªculos recubiertos de vi?as con las que se elabora el verdicchio.
La tierra de las Sanglas, Derbi, Bultaco, Montesa, Ossa..., va por detr¨¢s de toda esta historia italiana. Hoy de esa brillante lista s¨®lo sobrevive Derbi, aunque absorbida por Piaggio. Pero quien tuvo retuvo: code¨¢ndose con los m¨¢s grandes, estuvo ayer Sete Gibernau, cuyo segundo apellido, ahora que est¨¢ de moda sacarlo a relucir, es nada menos que Bult¨®: su abuelo fund¨® la famosa marca del pu?o. Y por detr¨¢s vienen Fonsi, Toni Elias y Dani Pedrosa.
Catalu?a es tambi¨¦n tierra de colinas suaves surcadas por carreteras viradas por las que es un placer deslizarse sobre dos ruedas. M¨¢s all¨¢ del circo medi¨¢tico y publicitario, el Mundial es todav¨ªa un asunto de colinas. Y de tradici¨®n.
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