El Supremo inhabilita a un farmac¨¦utico jubilado por un fraude cometido por su hijo
Hace 12 a?os la farmacia defraud¨® 12.000 euros a la Seguridad Social con recetas falsas
Un farmac¨¦utico de Madrid no podr¨¢ dispensar ninguna receta m¨¦dica prescrita por un m¨¦dico de la sanidad p¨²blica y pagada por la Seguridad Social durante los pr¨®ximos 10 a?os. ?se es el castigo que le ha impuesto el Tribunal Supremo porque en su botica se han defraudado 12.000 euros a la Seguridad Social con recetas falsas de f¨®rmulas magistrales (medicamentos elaborados por un farmac¨¦utico siguiendo las instrucciones de un m¨¦dico). El fraude lo cometi¨® el hijo del due?o de la farmacia, "enga?ado", seg¨²n cont¨® ¨¦l, por unos visitadores m¨¦dicos.
Este caso tiene varios matices. El primero es que el condenado, R.P. S., ya no tiene botica, porque est¨¢ jubilado y traspas¨® el negocio a su hijo, R.P. C., hace cuatro a?os. El segundo matiz es que fue precisamente su hijo quien cometi¨® el fraude, seg¨²n ¨¦l "enga?ado" por los visitadores m¨¦dicos de una empresa que ya no existe. Tambi¨¦n es cierto que el fraude se cometi¨® hace m¨¢s de 12 a?os, a principios de 1991, cuando el hijo era el farmac¨¦utico adjunto de la botica y el pensionista, ahora inhabilitado, era el titular del negocio. Por ¨²ltimo, padre e hijo ya han saldado sus cuentas con la justicia hace varios a?os. El hijo fue condenado en enero de 1995 por la Audiencia Nacional a cinco meses de arresto mayor, 1.200 euros de multa y a devolver a la Seguridad Social los 12.000 euros defraudados. El padre, ya cansado de perder un recurso tras otro en los tribunales, negoci¨® con el antiguo Insalud pagar una multa de 3.000 euros en junio 1999 para zanjar el asunto por el que ahora ha sido inhabilitado.
Ning¨²n efecto
Con estos antecedentes, la sentencia ahora dictada por el Supremo no s¨®lo llega un poco tarde, sino que no tendr¨¢ efecto sobre ninguno de los afectados. El padre seguir¨¢ disfrutando de su retiro y el hijo se mantendr¨¢ el frente de la farmacia.
Para comprender esta historia hay que remontarse a principios de 1991. En aquellas fechas, unos visitadores m¨¦dicos de la empresa Cefarma S. L. contactaron con la farmacia, situada en el barrio madrile?o de Arg¨¹elles, para proponerles un negocio. "Parec¨ªa todo legal y piqu¨¦ como un pardillo", asegura hoy el hijo del farmac¨¦utico.
La oferta de los visitadores era sencilla y pod¨ªa ser lucrativa. Cefarma S. L. vend¨ªa las materias primas con las que elaboraban las f¨®rmulas magistrales. Si la farmacia compraba a Cefarma S. L. estas materias primas, los visitadores m¨¦dicos de la empresa se compromet¨ªan a recomendar a los facultativos de la sanidad p¨²blica que remitieran a sus pacientes a la botica familiar. La factura de todos estos nuevos clientes iba a ser pagada por la sanidad p¨²blica y esto iba a beneficiar a la farmacia y a la empresa.
Las negociaciones, que en todo momento llev¨® personalmente el hijo, dieron resultados suculentos. En s¨®lo cinco meses, entre mayo y octubre de 1991, 1.219 nuevos clientes aparecieron por la farmacia a retirar f¨®rmulas magistrales promovidas por Cefarma S. L. En total, fueron retirados productos por valor de 12.566 euros, que la sanidad p¨²blica pag¨® diligentemente.
Pero esta avalancha de nuevos clientes despert¨® las sospechas de los inspectores de la Direcci¨®n territorial del extinto Insalud. Lo que el farmac¨¦utico hijo cre¨ªa que era un "negocio legal", Sanidad lo consider¨® una trama "con prop¨®sito de lucro y con ¨¢nimo de causar un perjuicio patrimonial a la Seguridad Social", seg¨²n la sentencia con la que la Audiencia Nacional conden¨® en 1995 a varios miembros de Cefarma S. L., a m¨¦dicos y al farmac¨¦utico a varios meses de arresto mayor o c¨¢rcel y a cuantiosas multas.
Pero el asunto no termin¨® con la condena al hijo por pertenecer a la trama. Sanidad tambi¨¦n abri¨® diligencias contra el padre, ya que consideraba que era igualmente responsable como titular de la botica utilizada para el fraude.
Sanidad le impuso en septiembre de 1995 una inhabilitaci¨®n de 10 a?os y un d¨ªa para vender cualquier producto recetado por los m¨¦dicos de la sanidad p¨²blica. El farmac¨¦utico padre recurri¨® ante el Tribunal Superior de Justicia, pero ¨¦ste confirm¨® la pena en una sentencia dictada en junio de 1998.
El condenado volvi¨® a recurrir, ahora ante el Tribunal Supremo, que acaba de confirmar la pena en un fallo de la Sala Tercera, en el que ha actuado como ponente el magistrado Mart¨ª Garc¨ªa.
La sentencia del Supremo, sin embargo, ya no tiene ning¨²n efecto. Poco despu¨¦s de presentar el recurso contra la sentencia del Tribunal Superior, el farmac¨¦utico padre solicit¨® al Insalud cambiar la pena de inhabilitaci¨®n por una multa econ¨®mica. Alegaba que ten¨ªa pensado jubilarse y que iba a traspasar la farmacia a su hijo. Sanidad acept¨® y cambi¨® la pena por una multa de 3.000 euros.
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