La bomba se ceba cada a?o
Florentino P¨¦rez mantiene su pol¨ªtica innegociable de fichar una megaestrella por temporada
Florentino P¨¦rez es hombre de gustos sencillos en la mesa y de paladar refinado en el f¨²tbol. Su restaurante favorito se encuentra a 800 metros del Bernab¨¦u y a parecida distancia de su domicilio, un chalet discretamente ubicado en el barrio de Chamart¨ªn. Suele pedir huevos fritos con patatas, pero no es de los que se resiste a unas lentejas contundentes. Se le tiene por un hombre de ideas claras, poco dado a dispersarse, cl¨ªnico en sus juicios. Un hombre con alma de ingeniero, en fin. Elige el men¨² como escoge a sus jugadores: sin dudas y sin concesiones a los experimentos. Desconf¨ªa de las novedades porque prefiere la seguridad de lo que est¨¢ aquilatado por la experiencia. En la mesa, huevos fritos; en el f¨²tbol, figuras planetarias. Para el presidente del Madrid, una figura es el futbolista que cautiva la imaginaci¨®n de la gente, que transfiere un considerable valor comercial al club y que juega en la delantera o sus inmediaciones. De los defensas no habla. Los defensas no son figuras. Les considera material irrelevante. Opina que uno es defensa porque no puede ser delantero, y tambi¨¦n dice que los defensas no venden una escoba. Y aunque es verdad que Florentino P¨¦rez siempre est¨¢ muy interesado en comprar, nada le gusta m¨¢s que vender. Lo que vende desde su llegada a la presidencia es la idea del Madrid como primer club del mundo. Para eso adquiere sin tregua a las primeras figuras del planeta: primero Figo, luego Zidane, m¨¢s tarde Ronaldo, hoy Beckham.
Alrededor de unas lentejas se le recuerda una conversaci¨®n con Jorge Valdano y una camarera rumana que acudi¨® sin ¨¦xito en auxilio del director general del Madrid. Valdano es conocido por su debilidad con las grandes estrellas del f¨²tbol -"nunca me sobra un crack", dice-, pero no olvida la ortodoxia ni el pragmatismo cuando se refiere a las necesidades de su equipo. Est¨¢ claro que el Madrid necesita buenos defensas para sostener con alguna garant¨ªa su desequilibrio cong¨¦nito, la descompensaci¨®n que supone llenar el campo con delanteros, medios y extremos sin mentalidad defensiva. A esas necesidades se refer¨ªa Valdano cuando surgi¨® el nombre de Chivu, el central rumano del Ajax. Quiz¨¢ fue el propio Florentino P¨¦rez quien lo desliz¨® primero. Lo hizo con un desd¨¦n que a Valdano le pareci¨® excesivo, y no tanto porque el defensa le pareciera mal jugador, sino porque no le merec¨ªa ninguna consideraci¨®n como futuro futbolista del Madrid. "Los defensas, como los delanteros: hay buenos y malos. Mejor fichar a los buenos", le contest¨® Valdano. El presidente le ofreci¨® una sonrisa socarrona y aprovech¨® la llegada de una camarera que no pod¨ªa ocultar su acento extranjero, ni sus rasgos eslavos. "?De d¨®nde eres?", le pregunt¨® P¨¦rez. "De Rumania", dijo ella. "?Qu¨¦ te parece Chivu?". Esa pregunta ilumin¨® su rostro. No s¨®lo conoc¨ªa a Chivu: le consideraba un h¨¦roe nacional. Se extendi¨® en todo tipo de elogios, declar¨® un entusiasmo sin l¨ªmites, era feliz. Pero el presidente no se conmovi¨®. "Prefiero a Pav¨®n y Rub¨¦n". A P¨¦rez no le interesaba un defensa rumano. Quer¨ªa un medio ingl¨¦s: Beckham.
El presidente del Madrid utiliza una expresi¨®n para definir su modelo de actuaci¨®n: "Hay que cebar la bomba cada a?o". Beckham es una bomba at¨®mica en el mundo del f¨²tbol. A Florentino P¨¦rez no le importa ni mucho ni poco que el ingl¨¦s compita con Figo en la banda derecha, o que juegue de medio centro, donde apenas tiene experiencia y no aportar¨¢ ning¨²n contenido defensivo a un equipo que lo necesita. De esas minucias no se ocupa el hombre que dise?¨® el fichaje de Beckham como la consagraci¨®n del cambio de poder en el f¨²tbol. En contra de quienes se sobresaltan por el gasto en las contrataciones de Figo, Zidane y Ronaldo (210 millones de euros en total), el presidente no duda en calificarlos de extraordinariamente rentables. En el club se asegura que el beneficio que produce Ronaldo es de 10 millones de euros por a?o, derivados fundamentalmente de la renegociaci¨®n de contratos con empresas que ahora pagan m¨¢s cara su relaci¨®n con el Madrid. Florentino P¨¦rez es muy cuidadoso cuando habla de Beckham -"no olvide que es un gran futbolista"-, pero sabe que el rendimiento m¨¢s tangible del ingl¨¦s es de car¨¢cter mercantil. S¨®lo Ronaldo puede competir por ah¨ª con Beckham, pero ¨¦ste viene del Manchester, lo que es fundamental en la estrategia comercial de P¨¦rez. En el ¨¢mbito del negocio, es una suma por sustracci¨®n al m¨¢ximo rival en el mercado. Y cuando se trata de vender imagen, no hay nada comparable, ni ahora ni nunca, a la constelaci¨®n de estrellas del Madrid. Desde ese punto de vista, ?qu¨¦ pinta Chivu en el Madrid? Nada. El que pinta es Beckham, el que mejor representa los nuevos tiempos: juego, poder¨ªo mercantil y capacidad de difusi¨®n medi¨¢tica. A eso llama Florentino P¨¦rez cebar la bomba. Hasta la pr¨®xima temporada, donde cebar¨¢ otra. Y no ser¨¢ el defensa que los ortodoxos le reclaman. Los defensas no venden.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.