Toni Sala publica una autobiograf¨ªa literaria de 'Copito de Nieve'

Jordi Sabater Pi, el hombre que lo adquiri¨® en Guinea y que lo considera animal m¨¢s bien de poco seso, se sorprender¨¢ ante el retrato de Copito de Nieve que traza el escritor Toni Sala en Goril.la blanc (Edicions 62), las supuestas memorias del cautivo primate. Sala, que sigue de manera pormenorizada la peripecia vital de Copito, presenta a un gorila fil¨®sofo que reflexiona como un Segismundo hirsuto y albino.

El libro, que llega hasta la actualidad, con lo que Copito puede referirse a la pol¨¦mica desatada por el futuro de sus propios restos (taxidermia o cremaci¨®n), arranca con el lejano d¨ªa de la captura del gorila blanco, entonces una cr¨ªa. Sala describe -siempre desde el punto de vista del animal- la selva y la existencia pr¨ªstina de los gorilas y el horror de la tr¨¢gica jornada que acaba con el protagonista preso y la familia abatida a tiros y machetazos para convertirse en pitanza de los hombres. Los encuentros con una ni?a fang albina y con Sabater Pi en Ikunde son el preludio de una larga relaci¨®n con los humanos que incluye a Porcioles, Dal¨ª, Pasqual Maragall, Italo Calvino o Joan de Sagarra, por el que el Copito del libro siente especial atracci¨®n.

La vida en el zoo ocupa, como puede suponerse, la mayor parte del libro, y desde su celda -con alguna escapadita- Copito va pasando revista a los acontecimientos de la ¨¦poca, a veces en un tono ir¨®nico no exento de amargura, lo que es l¨®gico si a uno le aplican la electroeyaculaci¨®n. Tambi¨¦n explica sus vicisitudes familiares y va acumulando mientras envejece una costra de resignaci¨®n y una clarividencia existencial dignas de Di¨®genes.

"Me interesa m¨¢s la literatura que la historia, y as¨ª ha salido el libro", explica Sala. "Era un encargo e inicialmente se planteaba como un repaso a la trayectoria de Copito. De hecho el trabajo de documentaci¨®n ha sido exhaustivo y hasta he viajado a Guinea. Pero mi terreno es la literatura y por eso le he dado esta forma de memorias; no he pretendido otra cosa que hacer literatura, lo que no es ¨®bice para que todo lo que se explica sea verdad, excepto por el detalle de que los gorilas no hablan". Ha salido un Copito muy pensador digno del Informe para una Academia. "Bueno, desde luego ha tenido tiempo para pensar. No creo que los gorilas sean muy diferentes de los seres humanos y si pudiera hablar seguramente expresar¨ªa sus sensaciones de privaci¨®n de libertad, de soledad y de a?oranza de manera muy parecida a nosotros".