Tr¨®picos lusos

Llevan m¨¢s de diez a?os de existencia y vienen del mismo archipi¨¦lago que Cesaria ?vora, una islas africanas a medio camino entre Portugal y Brasil. Pedazos de tierra deshabitados, que los portugueses descubrieron en el siglo XV y que usaban como almac¨¦n de esclavos antes de enviarlos a desangrarse a las plantaciones americanas de ca?a de az¨²car, caf¨¦ o tabaco.

Los m¨²sicos de Simentera hicieron un canto rogatorio, a base ¨²nicamente de percusiones, con el fin de que llueva en Cabo Verde. Aunque son m¨¢s bien las delicadas cuerdas de guitarras y cavaquinho las que gu¨ªan sus pasos. Y tambi¨¦n las voces sutiles y corales de Tet¨¦, Teresinha y Maria. Sin perder el ritmo. Un formato ac¨²stico con el que Simentera va interpretando tan a gusto los diferentes g¨¦neros: mornas, coladeiras, funan¨¢... Desde los m¨¢s africanos hasta los m¨¢s europeos. M¨²sica de ra¨ªz, que ellos revitalizan al renovar el repertorio tradicional sin alterar la instrumentaci¨®n, y que fortalece la identidad musical de un pa¨ªs que no obtuvo su independencia hasta 1975.

Simentera presentaba su nuevo disco, Tr'adictional, en el que les han acompa?ado Paulinho da Viola, Manu Dibango, Tour¨¦ Kunda, Mar¨ªa Jo?o y M¨¢rio Laginha.

Los sonidos de las antiguas colonias portuguesas en ?frica tienen una frescura y un alma que los torna especiales. Con esa mezcla agridulce de tristeza y alegr¨ªa que llaman sodade. Simentera, cuyo nombre se refiere al tiempo de la siembra, se decant¨® por los instrumentos ac¨²sticos cuando la mayor¨ªa en Cabo Verde apostaba por la electricidad y estilos llegados desde Estados Unidos o el Caribe franc¨®fono, en busca de una modernidad mal entendida. Es la saludable expresi¨®n de una cultura viva y con unas se?as de identidad muy fuertes.