Un mar de est¨ªmulos
En realidad, Robert Walser no escribi¨® este libro, aunque todas las historias que lo componen se deben a su pluma. En vida, el escritor suizo public¨® quince libros, pero ninguno se llam¨® Historias de amor. Este volumen se edit¨® en 1987 para celebrar su centenario. De los miles de relatos y prosas de la obra de Walser, una obra que Calasso calific¨® "indefinidamente extensible, el¨¢stica, carente de esqueleto", el germanista Volker Michels seleccion¨® ochenta que tratan del amor y sus derivaciones, y los orden¨® cronol¨®gicamente, con excepci¨®n del ¨²ltimo, que data de 1917, y fue encontrado cuando se hab¨ªan cerrado sus Obras completas. El propio Walser se hubiera asombrado de su prolijidad sobre un tema que no parece agotar su imaginaci¨®n. Por otro lado, la ordenaci¨®n cronol¨®gica, que deber¨ªa ofrecer las diversas etapas de su concepci¨®n del amor, resulta poco pr¨¢ctica en el caso de Walser, ya que su estilo, para seguir con Calasso, es "un continuo entrar y salir del camino, que nos aleja r¨¢pidamente de cualquier sentido oculto o evidente y se remansa s¨®lo al aproximarse a la quietud de lo insignificante".
HISTORIAS DE AMOR
Robert Walser
Traducci¨®n de Juan de Sola Llovet
Siruela. Madrid, 2003
210 p¨¢ginas. 18,50 euros
La singularidad de Walser, que llev¨® una vida casi al borde de la indigencia, es que siempre est¨¢ encantado y agradecido, y sus textos son un modo de celebraci¨®n, lo que no quiere decir que sean exaltaciones, pero s¨ª indudables declaraciones de amor a las apariencias azarosas del mundo. A Walser le gustaba leer noveluchas que luego convert¨ªa en r¨¦plicas ir¨®nicas. Extra¨ªa sus argumentos de la literatura barata, y con su prosa a¨¦rea y sencilla hac¨ªa derivar la historia m¨¢s trivial en un acontecimiento m¨¢gico. Prestidigitador de las palabras, ning¨²n escritor ha sido m¨¢s libre que Walser.
En estas Historias de amor predomina, sobre todo, la burla y una suave socarroner¨ªa. En Walser el amor es un estado de fuga, m¨¢s que una posesi¨®n; sus enamorados, para quienes la apetencia de felicidad es m¨¢s hermosa que la felicidad misma, se expresan desvi¨¢ndose del objeto de amor, pero no del amor mismo, que constantemente se regenera: "Me urge conocer a otra", dice el narrador del cuento Parsifal escribe a su novia, "para enga?arla de un modo encantador". Esta demolici¨®n de toda moral viene suscitada por la improvisaci¨®n. Walser escribe al albur de su imaginaci¨®n; sus historias son idilios siempre fr¨¢giles que producen, no obstante, una enorme liberaci¨®n de las imposiciones sociales. Maravillado ante la realidad po¨¦tica del mundo, Walser no ve en el amor "una investigaci¨®n para saber si lo amado es digno de consideraci¨®n", sino el medio m¨¢s activo para sentir su belleza. De ah¨ª que estas historias deban leerse como juegos geniales, ofrendas de un talento sin ambici¨®n que, por encima de otra finalidad, quer¨ªa aliviar la vida infeliz de sus contempor¨¢neos.
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