"Ponerte obst¨¢culos es de lo m¨¢s liberador"
Lo m¨¢s consecuente para hacer una entrevista a Thomas Vinterberg (Copenhage, 1969) ser¨ªa utilizar las normas que ¨¦l mismo invent¨® en 1995, junto con su amigo y "hermano mayor", como ¨¦l lo llama, Lars von Trier, para hablar con ¨¦l. "Tendr¨ªas que quedarte desnudo", dice el director dan¨¦s con la sonrisa en la boca, para matizar despu¨¦s: "No, pero habr¨ªa que inventarse nuevas normas de Dogma para el periodista, como por ejemplo, transcribir el texto a mano sobre el papel de peri¨®dico. Eso ser¨ªa Dogma". Las normas elementales de edici¨®n del diario impiden que esta entrevista est¨¦ regida por los principios del Dogma. Pero a Vinterberg parece no importarle, porque, pese a haber creado aquel famoso dec¨¢logo hace ocho a?os "como cuando juegas a indios y vaqueros, y tienes unas normas: yo te disparo, t¨² te caes al suelo y cuentas 20, si te levantas cuando has contado s¨®lo 13, no vale", seg¨²n su gr¨¢fica explicaci¨®n, en sus palabras se adivina un cierto tono sarc¨¢stico al hablar de su criatura: "Es extra?o porque ponerte obst¨¢culos o normas de manera ir¨®nica resulta de lo m¨¢s liberador".
"Me he pasado dos a?os de mi vida siendo el misionero de la Iglesia del Dogma"
?Y c¨®mo surgi¨® todo eso? No fue por una borrachera, como dicen algunos, "pero podr¨ªa haberlo sido", dice Vinterberg, quien lo explica apelando a "la escuela de cine de Copenhague, cuya esencia se basa en una frase que dice que las limitaciones son las grandes inspiradoras". Pero tambi¨¦n a la labor de Lars von Trier, "un director que insist¨ªa en ser vanguardista y hab¨ªa dedicado toda su vida a tomarle el pelo a los adultos". De la confluencia entre Von Trier y Vinterberg saldr¨ªa, una ma?ana de verano de 1995, un manifiesto "que hicimos en media hora sobre cosas que podr¨ªan estimular la creatividad": el Dogma'95. Ahora, Dogma es casi un estilo de creaci¨®n art¨ªstica, "es algo que antes estaba en mi coraz¨®n y ahora est¨¢ por todo el mundo", como reconoce uno de sus padres fundadores.
Lo cierto es que aquella iniciativa, a la que Vinterberg califica una y otra vez de "juego", ha traspasado los l¨ªmites de lo l¨²dico. Es el movimiento de renovaci¨®n cinematogr¨¢fica m¨¢s importante en Europa desde la d¨¦cada de los 70 y uno de sus creadores se reconoce "encantado porque para m¨ª fue una liberaci¨®n", que surgi¨® "para evitar la mediocridad, los convencionalismos, no s¨®lo los del exterior sino los que llevamos dentro, y para m¨ª fue un golpe de suerte, pues fue una experiencia muy rica", principalmente porque desde entonces nada fue igual y hacer una pel¨ªcula es considerado "una forma de arte donde te la juegas, asumes retos y corres riesgos". Al director de Celebraci¨®n se le ilumina la cara cuando recuerda lo que signific¨® para ¨¦l el nacimiento del movimiento Dogma, la reducci¨®n al m¨¢ximo del trabajo del director, que se enfrenta ahora a un actor y un gui¨®n: "Si esas cosas de las que te tienes que preocupar cuando eres director, como el vestuario, la luz o el maquillaje, te las quitas de encima, te quedas contigo, la c¨¢mara o el actor, y eso es una liberaci¨®n, como cuando te quedas desnudo".
Desnudo o vestido, Vinterberg juega con el esp¨ªritu provocador que aviv¨® el alumbramiento de sus normas, como hace en It's all about love, su ¨²ltimo filme, que servir¨¢ para clausurar ma?ana Cinema Jove y que su realizador define como "una contradicci¨®n al Dogma". Cuenta con un reparto internacional (Joaquin Phoenix, Claire Danes, Sean Penn) pero Vinterberg conf¨ªa en que "no ser¨¢ una pel¨ªcula comercial, porque es como un poema, como un sue?o".
Sin embargo, su semblante cambia cuando se le espeta que todo esto se lo toma m¨¢s en serio el resto del mundillo cinematogr¨¢fico que ¨¦l mismo: "Me he pasado dos a?os de mi vida siendo el misionero de la iglesia del Dogma, as¨ª que no creo que encuentres a nadie en este mundo que se lo tome m¨¢s en serio que yo".
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