El ¨²ltimo d¨ªa en la vida del Che
El argentino Pacho O'Donnell publica una nueva biograf¨ªa del l¨ªder revolucionario asesinado en una aldea boliviana
"?Ser¨¦nese y apunte bien! -me dijo como si me ordenase-. ?Va usted a matar a un hombre!
Entonces di un paso atr¨¢s, hacia el umbral de la puerta, cerr¨¦ los ojos y dispar¨¦ la primera r¨¢faga. El Che con las piernas destrozadas cay¨® al suelo, se contorsion¨® y comenz¨® a regar much¨ªsima sangre. Recobr¨¦ el ¨¢nimo y dispar¨¦ la segunda r¨¢faga que lo alcanz¨® en un brazo, en un hombro y el coraz¨®n.
Ya estaba muerto".
?ste es el relato de los ¨²ltimos instantes de la vida de Ernesto Che Guevara, narrado por su verdugo, el sargento boliviano Mario Ter¨¢n, a su ministro del Interior, Antonio Arguedas. Aquel 9 de octubre de 1967 muri¨® uno de los mitos del siglo XX y la aventura ef¨ªmera del Che de establecer con una cincuentena de hombres un foco guerrillero en Bolivia, que pretend¨ªa expandirse por todo el continente.
El escritor argentino Pacho O'Donnell reproduce el testimonio de lo ocurrido en la aldea boliviana de La Higuera en el pr¨®logo del libro Che, la vida por un mundo
mejor, que acaba de publicarse simult¨¢neamente en Espa?a (Plaza y Jan¨¦s), Argentina (Sudamericana) y M¨¦xico (Grijalbo). Las numerosas entrevistas realizadas durante la investigaci¨®n fueron grabadas en v¨ªdeo, con el objetivo de preparar una serie documental.
Parec¨ªa que poco quedaba por contar de la vida del Che. Pero O'Donnell ha aceptado el desaf¨ªo y durante un a?o y medio ha viajado por Argentina, M¨¦xico, Cuba, Francia y Bolivia en busca de datos y personajes. Desde Rosario L¨®pez, la ni?era que le cuid¨® en la localidad argentina de Alta Gracia, a quien entrevist¨®, hasta el sargento Ter¨¢n, localizado en la ciudad boliviana de Santa Cruz, pero que no se dej¨® entrevistar.
"Val¨ªa la pena escribir el libro", dice O'Donnell. "Creo que da una visi¨®n distinta de otros bi¨®grafos, que han tenido lo que podr¨ªa decirse una visi¨®n cubana del Che. Han privilegiado sus ocho a?os en Cuba, tanto en Sierra Maestra como en el Gobierno despu¨¦s de la revoluci¨®n, y dejaron desmayados los otros 31 a?os de su vida". En la nueva biograf¨ªa, asegura el autor, tienen la misma importancia todos los a?os del Che, el nacimiento en Rosario, la infancia en C¨®rdoba, la juventud en Buenos Aires, los viajes de aventuras, la transformaci¨®n de un joven con vocaci¨®n de aventura en un revolucionario, la etapa mexicana, Cuba, Congo y Bolivia.
Pacho O'Donnell apunta cierto paralelismo entre sus propios or¨ªgenes y condici¨®n y los de Ernesto Che Guevara a la hora de explicar las motivaciones para escribir el libro. "Soy argentino, m¨¦dico sin demasiada convicci¨®n, asm¨¢tico, pertenezco a la misma clase social que el Che, soy rama pobre de familia rica, y creo que todo eso me provoca la siguiente pregunta: ?c¨®mo saliendo de esa misma plataforma, el Che lleg¨® a ser un s¨ªmbolo mundial?".
El asma tortur¨® al mito revolucionario hasta sus ¨²ltimos d¨ªas. El padre de O'Donnell era un pediatra que atendi¨® al peque?o Ernestito y que aconsej¨® a la familia Guevara-De la Serna pasar temporadas en Alta Gracia (provincia de Santa Fe), en busca del clima seco de la sierra.
La nueva biograf¨ªa reconstruye c¨®mo transcurrieron las ¨²ltimas 24 horas del Che, desde la captura hasta la ejecuci¨®n. "Tengo la filmaci¨®n, un documento extraordinario, donde el ex agente de la CIA F¨¦lix Rodr¨ªguez cuenta que orden¨® al sargento Ter¨¢n que le disparara una r¨¢faga de ametralladora de la cintura para abajo. Quer¨ªan hacer cre¨ªble la versi¨®n oficial que hab¨ªa decidido dar el Gobierno de Bolivia de acuerdo con la Embajada norteamericana, seg¨²n la cual el Che muri¨® en combate, desangrado. Afortunadamente para el Che y para la historia, el sargento Ter¨¢n estaba tan perturbado que le result¨® imposible cumplir la orden, y dispar¨® al boleo y una bala atraves¨® el coraz¨®n del Che".
O'Donnell ha buscado con su libro rescatar la argentinidad del personaje. "Argentina nunca reivindic¨® al Che". Una gran injusticia, seg¨²n el autor, que recuerda que mientras Cuba guarda sus restos y Bolivia conserva el diario del Che en la b¨®veda del Banco Nacional, Argentina no atesora nada. "Por lo menos, mi libro reivindica la memoria del Che".
Babelia
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