Homo habilis

Uno de los espect¨¢culos m¨¢s sofocantes de estos d¨ªas, ha sido la investidura de Francisco Camps y no por el discreto pa?o de su indumentaria, ni por el gesto de r¨²brica Grotowski, ni siquiera por la ret¨®rica de joven educando etiquetado en G¨¦nova, sino sencillamente por un calor desmesurado. Si los electos evacuaran menos consultas a los archivos y a su ministro de padrinazgo, y m¨¢s al term¨®metro, se pondr¨ªan el ba?ador y se ir¨ªan pitando a la playa, a darse un buen chapuz¨®n, y, en oto?o, ya se investir¨ªan con los atributos de su dignidad, a la temperatura del curso pol¨ªtico y choteo de rentr¨¦e. Pero es que Francisco Camps, dos d¨ªas despu¨¦s, persevera y se monta una escenograf¨ªa de auto sacramental, con su kit de s¨ªmbolos hist¨®ricos y religiosos, para su jura, eso s¨ª, en un valenciano de reposter¨ªa. El nuevo Molt Honorable President, en un ostentoso ejercicio actoral y para que no digan, ha estampado su juramento sobre la Constituci¨®n, el Estatuto de Autonom¨ªa, Els Furs, en edici¨®n facs¨ªmil, y la B¨ªblia. A juramentos de una sola tacada, no hay precedentes entre los titulares de la Generalitat, que pudieran disputarle a Camps su ascensi¨®n al libro Guinnes de los r¨¦cords, si as¨ª se le antojara. Y tras la solemne ceremonia de la jura interminable, la revelaci¨®n del Ejecutivo valenciano. Un Ejecutivo de factura sucursalista -est¨¢, y c¨®mo no, horneado sigilosamente en Madrid-, que da a Zaplana lo que es de Zaplana, y a Camps lo que, seg¨²n Zaplana, es de Camps, a quien el cronista, no obstante, le concede el beneficio de Homo habilis.

Mientras, en medio de la ignominia de Madrid, a cuenta de dos socialistas envilecidos, una gusanera de constructores, con carn¨¦ y supuestamente m¨¢s sustancias del PP, y alg¨²n dirigente del mismo partido, se alzan los rebeldes del PSPV en L'Alacanti y algunas comarcas del sur del Pa¨ªs Valenciano, a la conquista del Palacio Provincial, y dejan al secretario y senador ?ngel Franco, sin acta de diputado. La crisis tiene su miga. De momento, la direcci¨®n nacional ha sustanciado la expulsi¨®n de los diputados alternativos a la lista aprobada, y ha abierto varios expedientes, que no le han hecho ninguna gracia a Zapatero. Negociad, se aconseja prudentemente desde la federal. A estas alturas, la victoria p¨ªrrica de los socialistas en las elecciones municipales y auton¨®micas, est¨¢ perdiendo fuste y credibilidad. Un golpe bajo, quiz¨¢ por falta de desinfecci¨®n en las cavernas de anta?o, que puede ocasionar estragos, en las pr¨®ximas generales. A ver c¨®mo se las agencia Joan Ignasi Pla a la hora de templar gaitas, que es asunto de mucho pulso.

Con la plant¨¢ de les fogueres, del nuevo Consell y de los socialistas de la insurrecci¨®n, el cronista anda mosca. Un buen amigo antrop¨®logo, brasile?o y cachondo, le ha explicado que el Homo politicus, en estado embrionario es el llamado Homo candidatus, un mam¨ªfero depredador por excelencia, que habita en bandos o partidos, donde lucha a muerte por el liderazgo, y si es derrotado no tiene empacho en mudar de h¨¢bitat, siempre que obtenga beneficios. Pero eso es desolador, ha balbuceado el cronista, tiene que haber otra especie. S¨ª, la hay, ha respondido el antrop¨®logo, el Homo pol¨ªticus honestus, pero apenas quedan ejemplares, y se pagan muy altas recompensas por su pellejo.