?Peligran nuestras pensiones?
Desde su despacho de director de una sucursal de barrio de uno de los grandes bancos, Ram¨®n Espinosa recoge estos d¨ªas sus trastos mientras da los ¨²ltimos consejos a una clientela cada vez m¨¢s interesada en asegurarse una vejez tranquila con ayuda de un fondo de pensiones privado que complemente la jubilaci¨®n que le pague en su d¨ªa la Seguridad Social. Los garantizados son los productos estrella en estos tiempos de incertidumbre.
-?Le trasladan porque le han ascendido?
-?Qu¨¦ va! Me prejubilan.
-Pero si eres muy joven...
-Cincuenta y un a?os. Pero la oferta era dif¨ªcil de rechazar.
Efectivamente, el trato no parece malo: 88% del sueldo bruto (por encima del 90% del neto) hasta cumplir los 65 a?os (eso s¨ª, congelado) y con las cotizaciones por el importe m¨¢ximo con cargo a la empresa, con una actualizaci¨®n anual del 2%, lo que espera que en su d¨ªa le garantice la pensi¨®n p¨²blica m¨¢xima, hoy de 2.029 euros. El hueco que deja en la plantilla, si se cubre, lo ocupar¨¢ probablemente un veintea?ero con dos idiomas y un m¨¢ster que necesitar¨¢ varios a?os para formarse, pero dispuesto a comerse el mundo y a cobrar menos de la mitad que ¨¦l.
Resulta parad¨®jico que muchas grandes empresas prejubilen a miles de empleados mientras desde el Pacto de Toledo se apuesta por estimular el retraso de la edad real de retiro
Los problemas para el sistema p¨²blico de pensiones pueden llegar en 2015 o 2020, cuando comiencen a jubilarse los nacidos en el 'baby boom'
Aznar puso en peligro el consenso en el Pacto de Toledo al acusar al PSOE en la campa?a electoral de haber dejado una Seguridad Social en quiebra
El debate actual se centra en la posible extensi¨®n del periodo de c¨®mputo de las pensiones desde los ¨²ltimos 15 a?os hasta toda la vida laboral
Seguro que al banco le salen las cuentas. Un 87% de las empresas que recurren a tales mecanismos est¨¢n satisfechas del resultado, seg¨²n un estudio de la escuela de negocios IESE, que refleja que el 43% de estos expulsados del mercado laboral vuelve a trabajar. En estos d¨ªas precisamente, Telef¨®nica anuncia planes para recortar hasta 9.000 empleos en tres a?os (con bajas incentivadas y jubilaciones anticipadas) y la el¨¦ctrica Iberdrola negocia con los sindicatos un plan para prejubilar a 2.100 trabajadores, a medida que cumplan 58 a?os. Parad¨®jicamente, se rejuvenecer¨¢ la empresa con 1.200 nuevas contrataciones.
Como Abilio es previsor, tiene un jugoso plan de pensiones privado, que seguir¨¢ alimentando religiosamente cada mes, y una modesta inversi¨®n en bolsa en la que prima la prudencia. Con los hijos ya mayorcitos, ve su nueva situaci¨®n (que t¨¦cnicamente le mantiene en la plantilla de su empresa) como la puerta abierta a una nueva vida. Ya tiene varias ideas para ganar m¨¢s trabajando mucho menos.
Abilio es un privilegiado. Ya quisieran estar en su pellejo quienes pasan por el trance sin las ventajas que ofrecen algunos grandes para reducir y rejuvenecer sus plantillas. Centenares de miles de prejubilados de peque?as y no tan peque?as empresas pasan a la fuerza por el cobro del seguro de desempleo y el subsidio asistencial, cotizando al m¨ªnimo los ¨²ltimos a?os de su vida laboral, los que m¨¢s computan para calcular la pensi¨®n. Eso condena a muchos a la prestaci¨®n m¨¢s baja: 400 euros en 2003, por ejemplo, para mayores de 65 a?os sin c¨®nyuge a su cargo. Y sin posibilidad de un fondo privado: eso exige una capacidad de ahorro fuera de su alcance.
Lo m¨¢s sangrante es que las prejubilaciones, en su mayor parte forzosas, se producen cuando sindicalistas y pol¨ªticos ven con alarma la convulsi¨®n social que provocan proyectos de reforma de las pensiones en pa¨ªses como Francia, Alemania y Austria, y cuando en el Pacto de Toledo, monumento al consenso suscrito en 1995 por las diversas fuerzas pol¨ªticas, revisado en 2000 y cuya renovaci¨®n se discute ahora en el Parlamento, se apuesta por el retraso de la edad media de jubilaci¨®n, ahora entre 62 y 63 a?os, aunque la legal sea de 65. O hasta de 60, con ciertas condiciones y con la aplicaci¨®n de coeficientes reductores a la pensi¨®n durante toda la vigencia de ¨¦sta de hasta el 8% por a?o de adelanto, lo que, por cierto, es un buen negocio para la Seguridad Social, ya que el coeficiente de neutralidad se sit¨²a en torno al 5,5%, seg¨²n Jes¨²s P¨¦rez, secretario ejecutivo de UGT, que los considera radicalmente injustos.
Algunos gur¨²s, como Jos¨¦ Barea, catedr¨¢tico em¨¦rito de Econom¨ªa en la Universidad Complutense y asesor en el primer Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, excelente ejemplo a sus 80 a?os de c¨®mo alcanzar una edad avanzada en buena forma, proponen que, de forma paulatina, se eleve la edad de retiro hasta los 70 a?os, en consonancia con el retraso de los j¨®venes en incorporarse al trabajo y con la mayor esperanza de vida. Para evitar la quiebra del sistema p¨²blico, a?ade, ser¨¢ imprescindible adoptar adem¨¢s medidas como extender a toda la vida laboral el periodo de c¨®mputo de las pensiones (ahora son los ¨²ltimos 15 a?os), estimular el crecimiento demogr¨¢fico o cuando menos evitar un retroceso, y potenciar los sistemas complementarios de previsi¨®n (fondos de pensiones y privados y de empresa).
Ya se pone fecha al momento en que comenzar¨¢n a aflorar los problemas: 2015. O 2020 seg¨²n c¨¢lculos m¨¢s optimistas. Hasta entonces no hay nada que temer: las cotizaciones de los activos seguir¨¢n superando a las percepciones de los pasivos, con un excedenteque, en su mayor parte, se destina ahora a un fondo de reserva para cuando lleguen las vacas flacas.
Super¨¢vit
Las ¨²ltimas cifras de afiliaci¨®n a la Seguridad Social han sido muy favorables: 147.516 nuevos socios (27.849 extranjeros) en mayo, hasta el r¨¦cord de 16.707.449 (940.780 inmigrantes), lo que supone una relaci¨®n entre trabajadores y pensionistas de 2,45, muy por encima del 2 que se considera garant¨ªa de viabilidad y de las agoreras predicciones de poco m¨¢s del 1,2 que algunos estudios pronostican para 2050. Para justo 10 a?os antes, en 2040, el n¨²mero de pensionistas superar¨¢ los 12,5 millones, un 63% m¨¢s que ahora, y habr¨¢ que dedicar a pagarles el 12,6% del PIB, cifra preocupante, aunque asumible, y muy por debajo de los c¨¢lculos de la UE, que la elevan al 16,3%. En ese mismo mes de mayo, los ingresos por cotizaciones ascendieron a 22.467 millones de euros, 1.319 millones m¨¢s de lo presupuestado, lo que se traduce en una nueva inyecci¨®n a la hucha de las pensiones, con unos 8.000 millones de euros.
Con tanto tiempo por delante, mucho m¨¢s, por ejemplo, que en la Francia sacudida por las huelgas, hay margen para evitar la bancarrota. Analistas y dirigentes pol¨ªticos y sindicales coinciden en que se puede mantener el equilibrio del sistema, pero discrepan en la receta. Y hay quien pone el ¨¦nfasis, como el ugetista Jes¨²s P¨¦rez, en que "es una perversi¨®n condicionar la supervivencia de las pensiones, que est¨¢ en la Constituci¨®n, a su viabilidad econ¨®mica". Se indigna este veterano sindicalista de que "se diga que puede haber problemas para mantener las prestaciones mientras que hay dinero para reducir impuestos o rebajar las cotizaciones empresariales". La opini¨®n m¨¢s generalizada, sin embargo, es que el sistema de pensiones debe seguir siendo autosuficiente, incluso cuando la demograf¨ªa pase factura.
Ser¨¢ a partir de 2015 cuando, en un contexto de descenso del n¨²mero de afiliados y cotizantes a la Seguridad Social, comiencen a jubilarse las generaciones nacidas en los cincuenta, mucho m¨¢s numerosas que las de la Guerra Civil y la posguerra, aunque todav¨ªa no tanto como las del baby boom propiamente dicho. As¨ª se conoce la gran explosi¨®n demogr¨¢fica de los sesenta y primeros setenta, cuando, todav¨ªa con Franco en El Pardo, se alcanz¨® una tasa de natalidad doble que la actual, al rebufo de un generalizado optimismo sobre las perspectivas econ¨®micas con la combinaci¨®n de llegada masiva de turistas, modernizaci¨®n del sistema productivo y espectacular crecimiento de las oportunidades de prosperar.
El Ministerio de Trabajo estima que el n¨²mero de pensionistas crecer¨¢ suavemente hasta 2005 (0,46%), moderadamente hasta 2020 (1,07%) y a un fuerte ritmo hasta 2030 (2,07%), para luego descender paulatinamente. Como, en esencia, los activos pagan a los pasivos, la gran pregunta es si habr¨¢ suficientes activos para generar pensiones dignas con sus cuotas a la Seguridad Social, algo imposible si no se produce una reducci¨®n dr¨¢stica del desempleo, no aumenta (y mucho) la natalidad, no se mantiene un considerable flujo de inmigrantes, no sigue habiendo un crecimiento econ¨®mico sostenido (al menos del 1,5%) y no se desarrolla un sistema complementario de previsi¨®n, privado, que reduzca la presi¨®n sobre el sistema p¨²blico. Seg¨²n las dosis en que estas variables se introduzcan en la coctelera, se proyecta un futuro saludable, problem¨¢tico o catastr¨®fico.
Uno de los principales obst¨¢culos para garantizar un saneado sistema de pensiones p¨²blicas es la resistencia de las generaciones posteriores al baby boom a traer ni?os a este mundo. Espa?a se ha convertido en uno de los pa¨ªses con menor n¨²mero de hijos por mujer en edad f¨¦rtil: 1,26 en 2002. Y eso a pesar de que ¨¦ste fue el cuarto a?o consecutivo en el que aument¨® el n¨²mero de nacimientos (416.518, un 3,1% m¨¢s que en 2001), gracias en gran medida al incremento (31,4%) de los hijos de inmigrantes, el 10% del total, aunque la poblaci¨®n extranjera supone tan s¨®lo el 4%.
Si no aumenta dr¨¢sticamente la tasa de natalidad y no se mantiene un flujo continuado de inmigrantes (la cifra ideal podr¨ªa situarse en torno a 160.000 anuales a partir de 2005) que se conviertan en nuevos cotizantes a la Seguridad Social, el futuro puede complicarse para el sistema de pensiones p¨²blicas. ?ste, en su actual estructura (de reparto), impregnada de solidaridad, se basa en que los trabajadores en activo (que ser¨¢n cada vez menos) pagan a los que se retiran (que cada vez ser¨¢n m¨¢s y que cada vez viven m¨¢s a?os: la esperanza de vida asciende en 2003 a 75,85 a?os para los hombres y 83,23 para las mujeres).
Gerardo Camps, secretario de Estado para la Seguridad Social, cree que ¨¦sta se halla "en el mejor momento de su historia" al haber alcanzado el saneamiento financiero "tras una etapa de desequilibrio que alent¨® la incertidumbre". Las cifras r¨¦cord de afiliaci¨®n, con un aumento de casi dos millones en esta legislatura, "son la base para seguir aumentando las pensiones m¨¢s bajas y han permitido el super¨¢vit materializado en el fondo de reserva". En su opini¨®n, Espa?a parte con ventaja sobre pa¨ªses como Francia y Alemania "porque el envejecimiento de la poblaci¨®n se producir¨¢ unos a?os despu¨¦s" y porque el m¨¦todo para defender el sistema, materializado en el Pacto de Toledo y los posteriores acuerdos entre Gobierno, sindicatos y patronal, "ha sido mod¨¦lico en el fondo y en la forma de adoptar las reformas", mediante el consenso. Para evitar el debilitamiento del sistema a partir de 2015 por el desfase entre activos y pasivos, se?ala Camps, "hay que continuar por la senda de las reformas adecuadas y constantes, y no se puede caer en el uso de argumentos demag¨®gicos que nos alejen de las soluciones razonables".
Las "mentiras" de Aznar
La prudencia de Camps contrasta con la agresividad del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que, a mediados de mayo, rompi¨® en plena campa?a electoral el pacto impl¨ªcito de no convertir las pensiones en arma arrojadiza y asegur¨® que el PP recibi¨® en 1996 del PSOE la herencia de una Seguridad Social tan en quiebra que hubo que pedir cr¨¦ditos a los bancos para pagar las pensiones.
"Minti¨® sobre el pasado, exager¨® el presente y silenci¨® el futuro", afirma el ex ministro de Trabajo Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, portavoz del PSOE en la comisi¨®n parlamentaria del Pacto de Toledo. "Ser¨ªa una cat¨¢strofe arruinar con actitudes como ¨¦sa el esfuerzo de consenso que supuso el acuerdo, similar al de los Pactos de la Moncloa. Aznar incluso se ha atrevido a presentar el fondo de reserva como un ¨¦xito personal, olvidando que, hasta 1995, los presupuestos de la Seguridad Social se cerraban siempre con equilibrio, pero no porque no hubiese excedentes, sino porque se utilizaban, por ejemplo, para reducir las cotizaciones sociales".
Miguel ?ngel Garc¨ªa, jefe del gabinete t¨¦cnico de Comisiones Obreras, tambi¨¦n llama mentiroso a Aznar, lamenta que utilice el miedo "de manera partidaria" y recuerda que en 1995 "no hab¨ªa quiebra, sino que faltaba un sistema de financiaci¨®n adecuado que, entre todos, se puso en marcha". Garc¨ªa est¨¢ convencido de que las pensiones estar¨¢n garantizadas durante 50 a?os "si se adoptan medidas sensatas", lo que para ¨¦l se traduce en crear riqueza y moderar el ritmo de crecimiento de las prestaciones. "Si hubiesen seguido aumentando como entre 1977 y 1983, en el a?o 2020 el gasto habr¨ªa superado el 23% del PIB, un disparate. ?Significa eso que se hizo mal en aquellos a?os. No, porque se part¨ªa de unas bases muy peque?as, pocas personas cobrando y con cantidades miserables".
En un documento elaborado en 2000, CC OO sosten¨ªa que, si la econom¨ªa espa?ola segu¨ªa creciendo a un ritmo medio del 2,5% anual, la pensi¨®n media podr¨ªa doblarse con creces en t¨¦rminos reales para 2050, hasta alcanzar los 1.200 euros (el pasado marzo se situ¨® en 617,25). Siempre, naturalmente, que evolucionasen favorablemente el empleo, la tasa de natalidad y la entrada de inmigrantes, a los que hay que ver "como soluci¨®n, y no como problema".
"La principal medida para garantizar unas pensiones dignas y cada vez mejores es no perder poblaci¨®n", se?ala Miguel ?ngel Garc¨ªa. Para ello, la natalidad deber¨ªa saltar de 1,26 hijos por mujer a 1,70, algo imposible si no se facilita la incorporaci¨®n femenina al mercado de trabajo con prestaciones econ¨®micas directas, una amplia red de guarder¨ªas y servicios de dependencia que liberen a las mujeres de la carga de tener que atender a los ancianos que no pueden valerse por s¨ª mismos, un colectivo cada vez m¨¢s numeroso. El Pacto de Toledo est¨¢ dedicando una gran atenci¨®n a este problema, cuya soluci¨®n exigir¨ªa, seg¨²n Jos¨¦ Barea, un "seguro obligatorio de dependencia que, s¨®lo en casos de falta de recursos, deber¨ªa asumir el Estado, pero que, en t¨¦rminos generales, se deber¨ªa costear privadamente o incluirse en los convenios colectivos".
Uno de los principales caballos de batalla en las discusiones para renovar el Pacto de Toledo es la variaci¨®n del periodo de c¨®mputo para calcular la pensi¨®n, hoy los 15 ¨²ltimos a?os, tras dos elevaciones durante el mandato socialista, primero de 2 a 8 (antes de eso era frecuente la compra fraudulenta de los dos ¨²ltimos a?os de cotizaci¨®n) y luego de 8 a 15. En el Pacto, suscrito en abril de 1995, se inclu¨ªa la recomendaci¨®n general de que "las prestaciones guarden una mayor proporcionalidad con el esfuerzo de cotizaci¨®n". En el acuerdo suscrito en abril de 2001 por Gobierno, Comisiones Obreras y patronal (UGT se neg¨® a suscribirlo) se indicaba que "se revisar¨¢ el sistema de c¨¢lculo (...) de manera que se tenga en cuenta de forma progresiva el esfuerzo del trabajador a lo largo de su vida laboral".
El Gobierno quiere que esa recomendaci¨®n se aplique cuanto antes, y que de paso se resuelva el problema de quienes han cotizado menos de 15 a?os, que ahora no tienen derecho a pensi¨®n alguna, pero el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, insiste en que s¨®lo se har¨¢ si hay consenso. No ser¨¢ f¨¢cil en el tenso clima pol¨ªtico posterior a unas elecciones y previo a otras, pero ning¨²n partido querr¨¢ asumir en solitario el coste pol¨ªtico de una decisi¨®n impopular, por el temor generalizado a que suponga un recorte de las pensiones.
Jos¨¦ Antonio Herce, director de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (FEDEA), que patrocinan 22 grandes empresas (la mitad de ellas del sector financiero), se muestra, "definitivamente", partidario de que "las pensiones respondan al principio de cotizaci¨®n o contribuci¨®n definida, es decir, una representaci¨®n estricta del esfuerzo individual realizado durante toda la vida laboral. Reparto o capitalizaci¨®n
[en este caso se cobra en funci¨®n del capital acumulado] ser¨ªa incluso accesorio". Hasta ahora, recuerda, " las pensiones p¨²blicas han sido de reparto, y las privadas, de capitalizaci¨®n, pero ¨¦sa es una asociaci¨®n que no tiene por qu¨¦ mantenerse indefinidamente".
Herce aboga por la abolici¨®n de la "rigidez abominable" del sistema p¨²blico de pensiones, defiende el retraso paulatino de la edad de jubilaci¨®n hasta los 70 a?os ("no se ha revisado desde hace 100, cuando la esperanza de vida era de 55") y sostiene que la soluci¨®n de problemas como la baja natalidad y la escasa incorporaci¨®n de la mujer al mercado de trabajo debe llegar de la mano de remoci¨®n de los obst¨¢culos y el aumento de la flexibilidad en el trabajo, de m¨¢s guarder¨ªas y facilidades para atender a los familiares dependientes. "Eso es lo que piden las familias, y no que las sobornen con dinero para que tengan m¨¢s hijos".
Algo tiene claro Herce, adem¨¢s de que hay que extender el c¨®mputo a toda la vida laboral: "O se prolonga la edad de jubilaci¨®n, o se cotiza m¨¢s o la pensi¨®n ser¨¢ menor". Para ¨¦l, la soluci¨®n no consiste tan s¨®lo en que haya m¨¢s ni?os e inmigrantes, aunque reconoce que estos ¨²ltimos son necesarios porque, sin ellos, muchas empresas tendr¨ªan que cerrar por la "restricci¨®n de brazos", es decir, la falta de j¨®venes en la cantidad suficiente para satisfacer las necesidades del mercado de trabajo, un problema que hoy apenas se aprecia, porque hay un 11% de desempleo, "pero que cada vez ser¨¢ m¨¢s acuciante". El gran reto, sostiene, es defender las pensiones de ese sector de la poblaci¨®n que ahora anda por la veintena y empieza a trabajar.
Toda la vida laboral
El socialista Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n exige, antes de pronunciarse, que el Gobierno entregue un informe sobre los efectos que ha tenido sobre las pensiones el aumento del periodo de c¨¢lculo de 8 a 15 a?os, y la previsi¨®n de lo que supondr¨ªa elevarlo a 20 o 30. Admite que "la idea de la contributividad" est¨¢ en el Pacto, pero adelanta que el problema puede llegar a centrarse no tanto en "hablar de toda la vida laboral, sino de c¨®mo se cuenta ¨¦sta y se atiende a los casos especiales".
Jes¨²s P¨¦rez, secretario ejecutivo de UGT, afirma que diversos estudios reflejan que las pensiones podr¨ªan reducirse hasta en un 30% si el c¨®mputo se ampl¨ªa a toda la vida laboral, y propone que se mantengan los 15 a?os y que el trabajador pueda elegir los mejores. Recuerda que UGT considera prioritario mantener las conquistas del sistema de bienestar social y de pensiones: "Si se consuman medidas que supongan aut¨¦nticos recortes, estaremos enfrente con todas las fuerzas a nuestro alcance. Ah¨ª est¨¢ la experiencia de los trabajadores europeos". UGT no firm¨® el acuerdo de 2001 "porque no daba soluci¨®n adecuada a ninguno de los grandes problemas de la Seguridad Social", y qui¨¦n sabe si suscribir¨¢ el que las fuerzas sociales alcancen tras la renovaci¨®n del Pacto de Toledo. Pero algo tiene claro Jes¨²s P¨¦rez: "Hagamos lo que haya que hacer para mantener un sistema de pensiones dignas, saneado y con futuro, no para quebrarlo, pero sin utilizarlo tampoco para lograr el d¨¦ficit cero".
Espa?a se halla a¨²n lejos del dram¨¢tico escenario franc¨¦s, alem¨¢n o austriaco, pero la tormenta asoma ya por el horizonte. Hay tiempo para conjurarla, si es que los intereses partidarios no truncan el consenso.
El segundo y el tercer pilar del sistema de pensiones
CON 6,5 MILLONES de beneficiarios y un patrimonio acumulado de 48.000 millones de euros, el sistema privado de previsi¨®n (fondos de pensiones y similares) se configura cada vez m¨¢s como un importante complemento de las pensiones p¨²blicas, tal y como se establec¨ªa en el Pacto de Toledo, que incluso propon¨ªa en 1996 la "actualizaci¨®n y mejora de los incentivos fiscales, con especial atenci¨®n a los sistemas colectivos", es decir, los establecidos en el seno de las empresas.
En el informe elaborado por la diputada de CiU Inma Riera como punto de partida para la discusi¨®n en la comisi¨®n del Parlamento, se habla de que el sistema de pensiones tiene tres pilares: el primero y m¨¢s importante es el de las pensiones p¨²blicas; el segundo, el de los planes generados en el ¨¢mbito de las relaciones laborales de la empresa, y el tercero, el resultado de "decisiones de ahorro individuales a largo plazo de los particulares", planes de pensiones y los seguros de vida individuales, como los planes de previsi¨®n asegurados de reciente creaci¨®n.
El citado informe parte de la constataci¨®n de que se produce un "insuficiente grado de desarrollo de la previsi¨®n complementaria" y de que se da "la necesidad de seguir reforz¨¢ndola".
Jos¨¦ Barea recuerda que estos dos pilares del sistema suponen apenas el 7% del producto interior bruto espa?ol, frente a una media del 25% en Europa y de m¨¢s del 50% en Estados Unidos, y aboga por un acercamiento al nivel de la UE. "Si una pensi¨®n supone una p¨¦rdida de renta del 20% o el 30% del ¨²ltimo salario, lo l¨®gico ser¨ªa asegurarse el resto con un plan privado". Y el Estado, prosigue, "deber¨ªa establecer condiciones muy duras sobre la gesti¨®n para limitar los riesgos".
Jos¨¦ Antonio Herce, director de FEDEA, se?ala por su parte que "la gran revoluci¨®n financiera de los pr¨®ximos a?os ser¨¢ orientar el ahorro hacia la prevenci¨®n de las pensiones futuras". Un gran obst¨¢culo para lograrlo es que "la mayor parte de los patrimonios familiares est¨¢ en ladrillos, y se requerir¨ªa una gran desamortizaci¨®n inmobiliaria".
Para el socialista Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, sin embargo, "una mayor dependencia de los planes de pensiones privados [que, por cierto, han obtenido rentabilidades negativas en los tres ¨²ltimos a?os] aumentar¨ªa la desigualdad social, ya que s¨®lo est¨¢n al alcance de las personas de mayores ingresos". Adem¨¢s, y en eso coincide con Herce, lo que podr¨ªa ser un buen sistema complementario "tal como est¨¢ planteado tiene m¨¢s importancia como instrumento de desgravaci¨®n fiscal". Hasta el 45% de las aportaciones, seg¨²n el nivel de renta, en tanto que las prestaciones est¨¢n sujetas a imposici¨®n como rendimientos del trabajo, excepto que se perciban de golpe como capital, en cuyo caso no paga impuestos el 40% del derecho consolidado. La apuesta de Gri?¨¢n, como en general la de los sindicatos, pasa por universalizar los planes de empresa, "lo que reducir¨ªa la presi¨®n sobre el sistema p¨²blico".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.