Cuando el uso de Internet acaba en despido
El 10% de las empresas espa?olas ha sancionado a alg¨²n empleado por el "uso indebido" de la Red
"Por medio de la presente le comunicamos su cese por despido disciplinario en los servicios que ven¨ªa prestando en esta empresa...". Cuando Esther Gonz¨¢lez recibi¨® esta notificaci¨®n, hace poco m¨¢s de un a?o, se qued¨® de piedra. Era el ¨²ltimo d¨ªa de sus cuatro a?os de trabajo en una compa?¨ªa de software para Internet de Barcelona. Llegaba de una baja por depresi¨®n y durante su ausencia su jefe contrat¨® a peritos inform¨¢ticos para espiar su ordenador y seguir las huellas de sus pasos en la Red. La carta de despido inclu¨ªa el contenido de muchos de sus correos electr¨®nicos y una lista detallada sobre las direcciones visitadas que, a juicio de la empresa, no ten¨ªan que ver con su trabajo. Adem¨¢s, hac¨ªa un c¨¢lculo del tiempo gastado en estas actividades, supuestamente personales.
A la hora de probar los abusos, algunas empresas violan el derecho a la intimidad
Los expertos aconsejan que los jefes y los trabajadores acuerden unas reglas de buen uso
El caso lleg¨® a un tribunal social de Barcelona, despu¨¦s de que Gonz¨¢lez demandara a la empresa por despido improcedente. Entre otras consideraciones, el juez reconoci¨® una violaci¨®n a la intimidad de la empleada, al ser le¨ªdo el contenido de sus correos, y estim¨® que "en la medida en que Internet es una realidad social" no toda navegaci¨®n irregular puede ser sancionada. La empresa, sentenciada a indemnizar a Gonz¨¢lez, ha apelado la decisi¨®n ante el Tribunal Superior de Catalu?a y se espera que el fallo, que probablemente se conocer¨¢ la pr¨®xima semana, ayude a poner, por fin, los puntos sobre las ¨ªes respecto a lo que se ha llamado navegaci¨®n inconsentida.
La pol¨¦mica por el uso indebido de Internet en la oficina empieza a preocupar seriamente a empresarios y sindicatos: el 10% de las empresas espa?olas ha sancionado al menos a un empleado por utilizar de "forma indebida" Internet o el correo electr¨®nico y el 3% ha despedido a alg¨²n trabajador, seg¨²n un estudio realizado en 1.000 compa?¨ªas por el centro especializado PricewaterhouseCoopers y la escuela de negocios de la Universidad de Navarra (IESE), publicado el pasado enero.
Como siempre que se habla de abuso, la pregunta es: ?d¨®nde est¨¢ la l¨ªnea roja? Hay un consenso entre empleados y trabajadores respecto a que las visitas a sitios con contenido sexual, chats y casinos virtuales en horas laborales puede considerarse un abuso. Lo que no est¨¢ tan claro es lo referido al uso del correo electr¨®nico, la prensa digital, las transacciones bancarias y las compras virtuales. Pero el gran choque se produce a la hora de comprobar los supuestos abusos, que es cuando, en muchos casos, se alega la violaci¨®n al derecho a la intimidad por los m¨¦todos utilizados para obtener las pruebas.
"El hecho de que Internet sea una herramienta de trabajo cada vez m¨¢s indispensable implica que deben establecerse nuevos patrones de conducta, como se hizo en su momento con el tel¨¦fono. Ser¨ªa absurdo prohibir el uso personal -en ocasiones necesario- en su totalidad, pero es l¨®gico que las empresas traten de llevar un control", sugiere Miguel P¨¦rez, presidente de la Asociaci¨®n espa?ola de Usuarios de Internet (AUI). En algunos pa¨ªses, este t¨¦rmino medio comienza a aplicarse. En el Reino Unido, donde una encuesta con m¨¢s de 500 empresas publicada el pasado agosto revel¨® que una de cada cuatro compa?¨ªas ha despedido a alg¨²n empleado por el uso de Internet -un gran porcentaje por el acceso a sitios porno-, muchos directores de recursos humanos han permitido a sus asalariados el uso de la Red durante 20 minutos para fines personales.
En Espa?a, la radiograf¨ªa de navegaci¨®n laboral no es muy distinta a la de los ingleses. Seg¨²n datos publicados el pasado marzo por la empresa Optenet -dedicada a elaborar filtros de contenidos para la web-, las visitas a p¨¢ginas de entretenimiento, m¨²sica, compras, pornograf¨ªa y deportes suponen el 25% del tr¨¢fico de Internet en las empresas espa?olas. El estudio, basado en una encuesta a 300.000 trabajadores con acceso a la Red (de los cuatro millones que cuentan con este servicio), se?ala que el 13% dedica al menos una hora diaria a navegar y a enviar correos electr¨®nicos con fines personales. "Esta situaci¨®n no s¨®lo genera preocupaci¨®n por los perjuicios econ¨®micos, sino tambi¨¦n por el tema de la seguridad, bien sea por los virus o por delitos cometidos a trav¨¦s del ordenador y por los cuales la empresa pueda tener una responsabilidad civil subsidiaria", explica la directora de mercadotecnia de Optenet, Natalia G¨®mez.
Esta situaci¨®n ha llevado a que muchas compa?¨ªas instalen filtros de contenidos, un software especial que limita el acceso (por horas o de manera definitiva) a determinados sitios, de acuerdo con las necesidades de la empresa. "En Estados Unidos se habla de que el 40% de las empresas ya tienen alg¨²n sistema de filtrado, mientras que en Europa son el 10%, pero es una medida de control que crece en un 70% anual", afirma G¨®mez.
Para los expertos, este tipo de medidas son completamente v¨¢lidas -ya que no esp¨ªan, sino que limitan-, siempre y cuando el trabajador sepa que existen. Sin embargo, la recomendaci¨®n general de los juristas es un protocolo escrito sobre el uso de las herramientas electr¨®nicas, "ojal¨¢ con un consenso de los empleados". Las mutuas de salud laboral van m¨¢s all¨¢, y piden que se tenga en cuenta el tema de la adicci¨®n a la Red, "una nueva enfermedad que podr¨ªa ocasionar problemas en el trabajo y que m¨¢s que un despido necesita tratamiento", en palabras del presidente de Mutua Universal, Josep Maria Blanch.
"Muchas denuncias por abusos se producen porque el trabajador no conoce la pol¨ªtica disciplinaria de la empresa en este terreno. Entonces, al llegar a los tribunales, las sentencias var¨ªan dependiendo del juez", asegura Francisco Gonz¨¢lez, asesor de Comisiones Obreras en temas de derechos laborales relacionados con Internet. Seg¨²n el estudio de PricewaterhouseCoopers, menos de la mitad de las compa?¨ªas encuestadas (38,5%), tienen pol¨ªticas establecidas sobre el uso de sus recursos electr¨®nicos.
La ley castiga a abusadores y esp¨ªas
Al ser el abuso de Internet un conflicto laboral nuevo, es l¨®gico que en un principio se presentaran diferencias en los fallos judiciales, aunque los ¨²ltimos van m¨¢s o menos en la misma l¨ªnea, explican varios juristas, expertos en derecho inform¨¢tico. "Se toman como referencia dos pilares clave: el documento de la UE sobre vigilancia de las comunicaciones electr¨®nicas en el lugar de trabajo, aprobado en mayo de 2002, que afirma que el derecho a la intimidad del empleado es indiscutible, aunque se puede ver atenuado por motivos de seguridad de la empresa, y el C¨®digo Penal, que castiga a quien, para vulnerar la intimidad de otro, se apodere de sus papeles, cartas o mensajes de correo electr¨®nico", explica el jurista Carlos S¨¢nchez Almeida. La abogada Paloma Llaneza se?ala que las empresas deben seguir unas pautas si, por "fundadas razones", deciden controlar la navegaci¨®n de sus empleados: no abrir los correos electr¨®nicos sino listarlos (como ocurre con las llamadas telef¨®nicas) y utilizar el registro del proxy, un archivo que genera el ordenador sobre los sitios web que ha visitado el usuario. Cualquier m¨¦todo distinto puede ser considerado ilegal.
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