El heredero de Guardiola
Medio centro: "Es el jugador que ocupa el centro geom¨¦trico del campo y del que arrancan todas las maniobras" (Alfredo Rela?o, Futbolcedario). Tambi¨¦n dice el autor que es una funci¨®n cl¨¢sica, cuya importancia renace. El asunto del medio centro, que tanto debate y reflexi¨®n ha producido en lugares como Argentina, pas¨® desapercibido en Espa?a como tantas otras cosas en el f¨²tbol. En un pa¨ªs mas inclinado a vivir las emociones del juego que a pensar sobre ¨¦l, quiz¨¢ porque hubo un tiempo donde pensar y debatir estaba prohibido en todos los ¨®rdenes de la vida, la importancia del f¨²tbol parec¨ªa ajena al orden y al estilo. Se hablaba de la furia y all¨ª se acababa todo. Es verdad que hab¨ªa equipos que jugaban de maneras diferentes, que en Bilbao se prefer¨ªa el modo ingl¨¦s, que en Las Palmas hab¨ªa un aroma brasile?o, que el Madrid era ecl¨¦ctico y eficaz, y as¨ª sucesivamente. Pero los estilos ven¨ªan de la tradici¨®n, no de la elecci¨®n. Se viv¨ªa el f¨²tbol, no se pensaba.
El aficionado espa?ol celebra al jugador que representa la medida cartesiana del f¨²tbol
Xabi Alonso es hijo del pensamiento, de la elecci¨®n del estilo y del orden, de la cultura futbol¨ªstica que se ha instalado en Espa?a a partir de la Quinta del Buitre y, muy especialmente, del reinado de Cruyff en el Barcelona. Xabi Alonso existe porque antes existieron Milla y Guardiola, porque luego apareci¨® Xavi, porque Redondo tuvo su ¨¦poca en el Madrid, porque el f¨²tbol espa?ol decidi¨® reflexionar sobre su destino: surgieron los medios centro, se establecieron debates sobre la conveniencia o no de los extremos puros, se habl¨® de la zona y del marcaje al hombre, de la defensa de tres o de cuatro, del juego directo o del masticado. Se habl¨® en la prensa, en los estadios, en los corrillos, entre profesionales, y de all¨ª surgi¨® una nueva generaci¨®n de entrenadores -ahora mismo son inmensa mayor¨ªa los equipos con entrenadores espa?oles, al contrario que en la d¨¦cada de los 80- y un modo de juego cuyas se?as de identidad son ajenas, por ejemplo, a las de Italia, Alemania o Inglaterra. Es cierto, como dice Rela?o, que la importancia del medio centro ha renacido, pero no de un medio centro cualquiera, sino de uno adherido a la vieja idea que se ten¨ªa del cinco argentino o del cuatro holand¨¦s: el incontestable director de orquesta. En estos d¨ªas donde a ese puesto se le exige la m¨¢xima capacidad defensiva, Espa?a produce jugadores como Xabi Alonso o Xavi, herederos indiscutibles del pensamiento de Cruyff y del juego de Guardiola. No son unos artistas de la defensa, pero eso importa menos que su legado creativo. Tal y como est¨¢ el f¨²tbol mundial, es dif¨ªcil pensar a Xabi Alonso en otra Liga que la espa?ola. ?O no es Brasil el pa¨ªs de los dos medios defensivos, y Alemania el pa¨ªs de Jeremies, y los italianos los patrocinadores de Ambrosini o Di Biaggio?
Xabi Alonso ha irrumpido como un cicl¨®n y la gente est¨¢ entusiasmada. No s¨®lo sucede con la hinchada de la Real, sino con el aficionado medio espa?ol, reconfortado con la aparici¨®n de un jugador que representa la medida cartesiana de las cosas. Es lo que nos ense?¨® a admirar Cruyff y en eso seguimos. Alonso, hijo de un importante jugador del que ha heredado la presencia de ¨¢nimo y el compromiso con el equipo, a?ade la sabidur¨ªa de los que manejan con precisi¨®n los conceptos fundamentales del f¨²tbol: mejor a un toque que a dos, pasar y no conducir, no regatear salvo extrema necesidad, descargar el juego a los lugares desprotegidos por la defensa contraria... Lo hace con 22 a?os y lo hace con vuelo, sin detenerse en las sospechas que se vierten sobre su punto de lentitud para desplazarse o para defender. Su liderazgo en la Real ha sido tan manifiesto -liderazgo donde cuenta, en el juego- que se le adivina como el pr¨®ximo monarca de una posici¨®n que determina el estilo del f¨²tbol en Espa?a. Casi nada.
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