La 'casa de goma'
Despu¨¦s de haber pasado por el Centro Cultural Montehermoso, la exposici¨®n de I?aki Larrimbe (Vitoria, 1967) est¨¢ esperando la llegada de un nuevo novio que la exhiba en otra sala. Se trata de un conjunto de im¨¢genes presentadas a modo de instalaci¨®n, evoluci¨®n de su trabajo fotogr¨¢fico sobre "diminutos" en pl¨¢stico, a lo que el autor ha puesto por t¨ªtulo Casa de goma. Aquellos hombres, mujeres y objetos de pl¨¢stico, modelos d¨®ciles, capaces de adoptar las formas m¨¢s ins¨®litas, han encontrado vivienda. Es una casa de goma donde todo es flexible, donde se admiten las tensiones como algo intr¨ªnseco a la elasticidad de los materiales. Met¨¢fora de un valor que viene a cuestionar la rigidez de los comportamientos, de las intenciones y por supuesto de los escenarios donde act¨²a el hombre en su vida cotidiana.
Sus Plastic men y sus Plastic women son los actores que representan las crisis existenciales que laceran al hombre contempor¨¢neo. En ellos, y a trav¨¦s del pl¨¢stico, se intenta poner de manifiesto la disoluci¨®n de la identidad, adem¨¢s de la mu?equizaci¨®n del individuo en el siglo XXI, para el que la vida est¨¢ en funci¨®n del metacrilato con el que se disfraza. El trabajo de I?aki est¨¢ repleto de colores apasteslados. Estos tonos a?adidos a sus mu?ecos y objetos de pl¨¢stico colaboran en una cr¨ªtica sutil y afinada de numerosas parcelas del comportamiento humano. Se?ala a los hombres dominados por el poder del pl¨¢stico o apoyado en los t¨®picos de una sociedad de consumo donde solo se valoran las cosas, lo que reduce al individuo a la m¨¢s insignificancia.
Los recursos que emplea para manifestar sus inquietudes sobre el mundo actual son bastante variados. Una cama de tonos oscuro soporta la imagen de un personaje imaginado con varios pies y varias manos, emulando una serie de movimientos grotescos. La utilizaci¨®n de d¨ªpticos ayuda a conformar la pareja de pl¨¢stico ideal, moldeable en su forma y pensamiento. En otro caso un Plastic man con el torso desnudo se compara con gigantesco cepillo. Algo inaudito. El utensilio sobrepasa a la persona y deja abierta libre interpretaci¨®n para una relaci¨®n sin duda chocante, que estimula el esp¨ªritu autocr¨ªtico.
La fotograf¨ªa, el v¨ªdeo e incluso esculturas de chicle buscan respuesta a la pregunta que se hace el artista: ?para qu¨¦ seguir arrojando m¨¢s cosas a la existencia, si finalmente no se aprecia o no se entiende su servicio emotivo o su car¨¢cter exclusivo? Cada espectador contestar¨¢ a su manera, pero no cabe duda que ser¨¢ despu¨¦s de un ejercicio de reflexi¨®n provocado por una exposici¨®n de fr¨ªa apariencia pero de calor intenso en sus contenidos.
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