Sorpresas y olvidos

Programa interesante, como todos los de Jos¨¦ Ram¨®n Encinar, el de la Orquesta de la Comuniad de Madrid, seguido por mucho p¨²blico, aunque muchos quedaron decepcionados porque no se produjera el esperado estreno de una nueva obra de Gonzalo de Olavide. A veces, escuchar lo casi in¨¦dito puede deparar sorpresas, pero tambi¨¦n justificaciones del olvido. Es el caso del poema de Liszt Heroide f¨²nebre, mucho menos representativo de la inventiva del gran h¨²ngaro que Los Preludios, Ideal o Tasso. Es muy bello, en cambio, el primer concierto violin¨ªstico de Bela Bart¨®k (1907), si bien no permite adivinar lo que avanzar¨¢ y conseguir¨¢ su evoluci¨®n posterior. Partitura temprana la Obertura concertante, con piano obligado, de Rodolfo Halffter (1932-1937), con sello de la familia y de la ¨¦poca, esto es, neoclasicismo evolucionista. Y se escuchan con agrado en sus escasas "visitas" las Danzas fant¨¢sticas, de Turina, montaje expresivo y sentimental sobre tres aires populares de Arag¨®n, Pa¨ªs Vasco y Andaluc¨ªa. La labor del solista de viol¨ªn, el albano Pandeli Gjezi, y de la pianista mexicana Elena Barrientos, se situ¨® entre lo admirable y lo excepcional.